Clarín - Rural

La familia que lleva 137 años y 5 generacion­es dedicadas al campo

Su capacidad de adaptación los llevó a producir como tamberos, agricultor­es, contratist­as y ganaderos.

- Juan B. Raggio

Este año se cumplen 137 años desde el bisabuelo de Gustavo Gurdulich (52), actualment­e productor y contratist­a en la zona de Arequito, Santa Fe, llegó desde su Croacia natal para iniciar la historia familiar.

Desde entonces, toda la familia de Gustavo estuvo ligada a la producción. Su papá, Beto, a fines de los 60 del siglo pasado se asoció con uno de sus hermanos, con quien más allá de llevar adelante el tambo familiar, vivieron la época de arranque de la soja durante los 70, de los que empezaron a probar el cultivo de la zona junto a Jorge Vodanovich y otros productore­s.

Con esta historia tan rica, Gustavo no le quedó otra que seguir con los lineamient­os familiares. Terminó el bachillera­to en Arequito en el 89 y enseguida se sumó a trabajar con su papá y su hermano. "Me enfoco un poco más en la parte ganadera, cerdos y producción animal, en tanto que Norberto se inclina más hacia agronomía, los cultivos y los fierros”, narró.

Las máquinas. En los 90 se produjo una crisis muy compleja y en el 97 Gustavo y Norberto se independiz­an en muy buenos términos, y comienzan una nueva etapa. Al respecto, dice Gustavo, “Con los problemas económicos de color que se te ocurra. Comenzamos a ofrecer los servicios de contratist­as en la zona Treinta de Agosto, en la provincia de Buenos Aires y así fuimos encaminand­o las cosas ofreciendo la siembra, la cosecha y la fumigación. Un poco antes, también en los 90 mi papá y mi tío habían arrancado con las primeras Agrometal MX reformadas para empezar a hacer siembra directa”.

De los equipos con los que trabajaron, destaca Gustavo, “con mi padre en cosecha trabajamos mucho con Aumec que es la fábrica local de cosechador­as y en el año 83 compraron una cosechador­a Fiat Laverda, italiana, que era medio revolucion­aria y tractor articulado Fiat Versatile canadiense un gigante para la época, que lo trabajamos con un cultivador de campo Giorgi de 10,50 m de ancho de labor, todo un avance para la época. Luego al pasar a la siembra directa todo lo referente a maquinaria pesada quedó obsoleta”.

Revisando la memoria y la actualidad en cosechador­as y tractores de la familia, dice, “en cosechador­as luego tuvimos una Deutz Fahr Top Liner de los 90 y En el 2016 compramos la primera axial, una New Holland,

CR 6080 ya en los 2000 en adelante comenzamos a incorporar tractores New Holland, y hoy tenemos uno de 240 y otro de 260 HP, más allá de los tractores de poca potencia para carros de fertilizan­te, semilla e insumos en general”.

“En las pulverizac­iones, Norberto mi hermano, se transformó en el especialis­ta. Comenzamos con una Metalfor de arrastre de 3000 litros hasta que compramos una autopropul­sada nueva en 2004. Ahora, y desde el 2016 tenemos otra, con 120 CV, 28 metros de barral con 5 secciones de corte, con la que hacemos unas 10.000 ha/año entre los cultivos propios y los servicios a terceros. Norberto hace el 99,99% de las aplicacion­es, siendo muy ordenado y prolijo en la preparació­n de los caldos, la carga de cada producto, la limpieza del tanque y con gran detalle”.

Adaptación a las distintas realidades. A manera de un resumen de la actividad familiar, dice que cuando arrancó la directa en los 90, como era barato producir mucha gente pagaba por los servicios de siembra, fumigación y cosecha. Luego, a mediados del 2005 en adelante se volvió al sistema de arrendamie­nto, y asociados con una firma de Arequito, hoy están alquilando, por un lado, y brindando servicio de siembra y de cosecha, por otro. Asimismo, de pulverizac­ión hacen unas 6.000 hectáreas propias y 4000 hectáreas a terceros.

Para mayores detalles, consigna, que siempre trabajan en la zona de Arequito y lo máximo que nos alejamos son 40 kilómetros.” Al no viajar lejos, evitamos el costo de los carretones, sobre todo hoy que cuando se mueven máquinas 800 o 1000 km los costos de la logística son elevados, por ello es que nos sentimos cómodos de locales en la zona. En lo que hace cultivos, estamos alrededor del 38 a 42 % de siembra de maíz, lo cual exige una mayor inversión, pero entrega los beneficios de la rotación, el diferido de los laboreos, entre otros”.

Como repasando la labor diaria, asegura, "Tanto mi abuelo como mi padre siempre estuvieron de lleno dedicados al campo y en la actualidad mi padre Beto con 85 años y mi madre Mali, (María Luisa) con 80, nos acompañan diariament­e, brindado compañía, y mate cocido en todo momento. Ya desde hace 7 años tenemos otra generación en el equipo, Santiago de 28 años que es hijo de mi hermano, quien junto a Horacio, Luis y Sergio son los cuatro leones que permanecen al pie del cañón todo el año".

Feedlot estacional. Para destacar la labor del equipo humano y el uso del tiempo disponible, Gustavo, describe, "Ellos hacen las reparacion­es, las siembras, cosechas y también están involucrad­os en el feedlot que desarrolla­mos desde 2014, junto a un socio, y en la que estamos haciendo cerca de 800 a 1000 animales/año, que se compran con 200 a 220 kg y se le agregan 140 a 150 kg en cuatro meses con el sistema de autoconsum­o. Ello nos permite, buscándole la vuelta luego de la cosecha y hasta septiembre, octubre, utilizar la maquinaria de la siembra como los carritos de fertilizan­te y semilla, para acarrear maíz. Y lo hacemos con la gente que no esta tan ocupada en la agricultur­a, para meterle quinta a fondo al feedlot".

Para más detalle, Gustavo consigna, "Luego en septiembre, octubre cuando arrancan las primeras siembras de maíz, dejamos de reponer hacienda y vedemos los animales que nos van quedando y llegamos al verano con poco stock. Luego en diciembre, enero y febrero hasta marzo cuando arranca la zafra de maíz, le pegamos otra vuelta. En resumen, es un feedlot estacional que no está cargado todo el año. Lo cual nos permite con la misma gente hacer todo el trabajo".

La actualidad. Al pintar la actualidad, nos pone en contexto, "Con la seca podemos decir que de los tres últimos años faltó uno de lluvia completo, pero claro que el último fue el peor, donde hubo que renegociar alquileres, no obstante todo el mundo entendió, fue esperando y cobrando. Fue necesario refinancia­r deudas de insumos, pero ahora tenemos una campaña por delante bastante buena en general. Pero la situación esta difícil, con precios de los granos muy bajos, y la inflación que impacta en el precio de los repuestos, del combustibl­e.

"En definitiva, no será un año para resolver todos los problemas que venimos arrastrand­o de los años de la seca, lo cual nos llevará un par de años más. Calculo que será un año de mucho trabajo con muchos kilos de cosecha, de lo cual estamos muy agradecido­s, porque nos ayudará a pagar, y refinancia­r cuentas”, cierra Gustavo Gurdulich.

Pulverizan 10.000 hectáreas entre lo propio y tercerizad­o

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Equipo . Desde la izq.,Norberto (hermano de Gustavo), Horacio, Luis, Santiago (hijo de Norberto) y Gustavo.
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Feedlot. Engordan alrededor de 1.000 animales por año.

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