Los dos se benefician
Al correr, el ser humano y el perro se benefician. Como es una actividad lúdica, el vínculo entre ambos se fortalece. Se trabaja como un binomio, en equipo. El animal espera ansioso la hora de salir a entrenar. Y está comprobado que los perros que salen a correr con sus dueños tienen menos conductas “indeseables”, como romper cosas de la casa.
El perro es un compañero incondicional a la hora de correr y nunca tiene pereza. Esto es algo que motiva mucho a quien lo lleva.
Hay perros que por su raza, estado físico, alguna patología o de edad avanzada no tienen buen intercambio de oxígeno y pueden verse perjudicados con este deporte. Es el caso de los perros que tienen cara chata, como el bulldog y el pug, entre otros.
El entrenamiento siempre debe ser paulatino. Y es fundamental visitar al veterinario para un chequeo previo de salud del animal.
También es importante saber que el perro va a seguir a su dueño hasta quedar agotado. Por eso es una responsabilidad del dueño evaluar el cansancio de su compañero a la hora de entrenarse.
La anatomía del perro, como la del lobo, está preparada para correr en pisos blandos. El asfalto duro y caliente puede provocarle lesiones en los pulpejos de los dedos. Si no se corre en espacios verdes, es necesario alterna entre el asfalto y zonas blandas con pasto o tierra.
¿Cuáles son las claves para un perro que corre maratones?
El día de la carrera, el perro debe comer temprano la mitad de su ración habitual. Y la hidratación debe mantenerse hasta media hora antes de la largada.
La entrada en calor es fundamental.
Durante la carrera, el animal debe correr sin bozal, ya que es el jadeo la forma que utiliza para el intercambio de oxígeno y la eliminación de calor.
Los perros deben ir siempre con una correa.
Después de la carrera, el organismo del perro experimenta una sensación de fatiga, o incluso de agotamiento, que se manifiesta con calambres, rigidez muscular o imposibilidad de moverse. Los animales deben seguir moviéndose suavemente, ya que el trabajo muscular, aunque sea muy reducido, aumenta aproximadamente seis veces la irrigación muscular, algo muy importante para la eliminación de los residuos metabólicos.