Panorámica de cuatro décadas de pasión continuada con el arte
“Uno de los mayores temores que me produjo hacer una muestra en este lugar fue su tamaño, absolutamente intimidante”. Esto decía Leandro Katz en Buenos Aires, poco antes de viajar a Madrid a inaugurar El rastro de la gaviota, la exhibición antológica que se verá hasta el 16 de abril en esta fábrica de tabaco de Madrid. Contrariamente a lo que temió, su obra ocupa de modo rotundo este antiguo edificio de siglo XVIII, convertido en espacio de exhibición desde 2003. Incluso, insospechados rincones.
Lo primero que ve el visitante son imágenes del cielo del Norte. Desde unas grandes pantallas en el techo, las lunas de Katz lo reciben. Y también desde la pared opuesta a la entrada, donde se despliega el Alfabeto Lunar, el mural de veintisiete fotografías, que construyó en su intento de captar las transiciones lunares. Es una experiencia que hizo entre 1977 y 1978 desde la terraza de su estudio en Nueva York.
El interés por los conocimientos astronómicos de la cultura maya fue el punto de partida de una larga relación con Mesoamérica y América latina, que con el tiempo devino en interés político. La muestra acoge en sus generosos espacios las imágenes del Proyecto Catherwood, a través del cual el artista, que vivió 40 años en Nueva York, reconstruyó el viaje del arqueólogo que investigó a las culturas del Yucatán. Pero también las impactantes imágenes del Che Guevara muerto,del fotógrafo Freddy Alborta, y la investigación que rodeó ese trabajo. Incluido el film
Paradox, que confronta la nobleza histórica de los mayas con la miseria actual, tras la explotación semiesclava a que fueron sometidos sus descendientes.