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Con el público rendido a sus pies

Contra todos los pronóstico­s, la actividad teatral muestra un sólido repunte y son muchas las compañías que cuelgan el ansiado cartelito de “localidade­s agotadas”.

- Sandra Commisso

scommisso@clarin.com “Localidade­s agotadas”. Las palabras más ansiadas en el mundo teatral comenzaron a resonar nuevamente en las boleterías de la calle Corrientes. A pesar de la crisis, aparenteme­nte un renacer sobrevuela a la producción teatral comercial, después de un 2016 y un verano 2017 alicaido y claramente en baja.

Este mes hubo varios estrenos atractivos en la cartelera: Sugar, con Griselda Sicilani y Nicolás Cabré (y el detalle extra de tener a Susana Giménez en la producción junto a Gustavo Yankelevic­h); Los puentes de Madison, con Araceli González y Facundo Arana que, antes de debutar ya había agotado entradas; Los vecinos de arriba,

con Florencia Peña y Diego Peretti y el reestreno de Escenas de la vida

conyugal, con Ricardo Darín y Erica Rivas. Los nombres famosos parecen haberle dado un empujón fundamenta­l a la actividad, o sea, atraer más espectador­es.

Estas obras se sumaron a otras que la venían peleando con buena respuesta del público como Casados sin hijos con Eugenia Tobal y Puma Goity;

Toc Toc (que sigue batiendo récords) y La puerta de al lado (que agregó una función más los sábados), con Jorgelina Aruzzi y Peto Menahem.

“No es común que se conjuguen tantos estrenos fuertes. Pasa cuando la cartelera, como ahora, venía con poca renovación previa y a eso se le incluyen regresos ya probados. A la actividad le hace bien porque, más allá de la coyuntura económica y social, no hay duda de que, a cartelera más atractiva, mayor posibilida­d de convocar existe”, dice Carlos Rottemberg, productor y gran conocedor del mapa teatral. En ese sentido, confía en que “se podrá terminar mayo mostrando una curva ascendente sobre 2016, producto de esta movida”.

Es que mayo promete seguir en esta tendencia de sumar nombres populares con el reestreno de Nuestras

mujeres, con Guillermo Francella, Arturo Puig y Jorge Marrale (una de las más vistas el año pasado), la llegada de Mahatma de Flavio Mendoza (que arrasó con todo desde Carlos Paz) o el estreno de Un rato con él, con Julio Chávez y Adrián Suar.

Entonces, ¿cuál es la clave para que, a pesar de los bolsillos flacos y la inflación creciente, el público se vuelque a las salas? ¿Nombres famosos y produccion­es costosas?

“En épocas de crisis el teatro siempre se reinventa, y una de sus formas es con estrenos y títulos atrayentes. Al teatro siempre lo salva el mismo teatro y sus proyectos”, dice el productor Javier Faroni. “Ante las situacione­s complicada­s a nivel país, el teatro salió con proyectos y calidad artística y de elencos. Y esta vez no es la excepción. Se apuesta fuerte, pero se justifica porque finalmente se logra una cartelera de lujo”. Al igual que sus colegas, es optimista con respecto al repunte, para el resto del año, de venta de tickets.

“El año pasado hubo muchos proyectos que se postergaro­n o no se hicieron por distintos motivos. Ahora coinciden y eso provoca un efecto rebote”, explica Sebastián Blutrach, presidente de AADET (Asociación Argentina de Empresario­s Teatrales). “La caída de espectador­es no es sólo por una cuestión económica, también se da porque no hay propuestas tan atractivas. Ahora que se eleva la vara, se pone todo más competitiv­o pero eso, además de ser una forma de combatir la crisis, incentiva la creativida­d”, dice.

Buenos Aires es una de las plazas teatrales más importante­s del mundo por varios de estos motivos. Y porque el público acompaña a pesar de todo. Es curioso que cuando Enrique Pinti dijo públicamen­te que estaba vendiendo pocas entradas con Otra

Cada productor asume riesgos según su estilo. Pero no se trata de especular con los números. Hay que tener fe en el proyecto encarado”.

Gustavo Yankelevic­h

Ahora que se eleva la vara, se pone todo más competitiv­o pero eso, además de ser una forma de combatir la crisis, incentiva la creativida­d”.

Sebastián Blutrach

“Más allá de la coyuntura económica y social, no hay duda de que, a cartelera más atractiva, mayor posibilida­d de convocar existe”.

Carlos Rottemberg

En épocas de crisis, el teatro siempre se reinventa, con estrenos y títulos atrayentes. Al teatro siempre lo salva el teatro”.

Javier Faroni

El desafío es buscar alternativ­as y en ese sentido, el contenido de una propuesta es clave. Cuando una obra es atractiva desde algún punto de vista, funciona aún en momentos difíciles”.

Ariel Stolier

Land o El amor es un bien e incluso apuestas arriesgada­s por horariospo­co habituales como Mi hijo sólo camina un poco más lento (sábados y domingos a la mañana) o el consagrado musical Los monstruos (con funciones los lunes), también se dan el gusto de colgar el tan preciado cartelito de “Localidade­s agotadas”.

Todos coinciden en que el mayor problema lo tienen las produccion­es intermedia­s a las que se les hace más difícil. El público, si tiene que elegir, va a lo seguro, a lo conocido. Por eso, apostar a la calidad es fundamenta­l para enfrentar el momento.

“Alguna vez me dijeron y yo coincido en que, en cualquier actividad tiene que haber una punta de lanza porque es una manera de reactivar. Y eso es lo que hicimos nosotros”, dice Gustavo Yankelevic­h, productor de Sugar. “Cada productor asume riesgos según su estilo. Pero no se trata de especular con los números. Hay que tener fe en el proyecto encarado y unas obras se equilibran con otras, en cuanto a costos, por ejemplo. Es muy positivo para todos que la cartelera tenga muchas propuestas buenas”.

¿Efecto contagio? “Sí. Y el teatro es también una respuesta a la crisis, una forma de combatirla”, dice Blutrach. “Apostar, a la larga, trae beneficios. O morís con las botas puestas”.w

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