Las dudas que genera la prueba
Cuatro interrogantes que deja flotando el director del Club de Corredores, Sebastián Tagle (un tipo que de esto sabe) a propósito de este Breaking 2: “¿Realmente queremos los extremos? ¿Son buenos? ¿Hasta dónde queremos llegar? ¿Es tan importante que corran en dos horas si eso hace crecer el doping?”
¡Zas! Esa bendita/maldita palabra de seis letras, que hundió a tantos deportistas, se planta firme en la consulta por este anhelo (¿forzado?) de un récord. “El deporte competitivo hizo que la gente busque la mejor manera de ser eficiente y mejorar su rendimiento. Hoy está claro que el doping es la manera más eficiente de bajar los tiempos”, agrega Tagle sin pelos en la lengua.
Este tema caliente pasa de una voz a otra entre los entrevistados por Clarín. “El deporte tiene una premisa pero la salud es primordial, entonces hay un montón de medicinas o fármacos que se utilizan, que inventan patologías, como el broncodilatador que tiene un beneficio deportivo porque es un corticoide. Pero no es natural, es un doping”, aporta por su parte el Indio Cortínez.
Evaluar bajo qué condiciones serán hidratados los atletas en el certamen de Monza es otra de las dudas de los corredores locales. Les genera dudas y plantea suspicacias. “Al ser una competencia no oficial, pueden cerrar el autodromo, correr solos y saber que cronometraron 1 hora y 59 minutos pero... nunca sabrás qué tomaron para lograrlo”, dice el Indio. Y se pregunta: “¿Entonces por qué no lo hacen oficial, exigiendo que sea homologado por la IAAF, y así ser sometido a controles sorpresa?”. Así le ocurrió hace pocos días a la atleta Jemima Sumgong, la primera keniata en ganar oro olímpico en la maratón de Rio de Janeiro de 2016 y quien dio positivo en un control sorpresa. Era reincidente: ya había sido suspendida cinco años atrás y estuvo dos años afuera de las pistas.