Coetzee y Martel, un diálogo esperado
Se encontrarán este domingo, en una charla auspiciada por revista Ñ, para hablar de la adaptación de "Zama".
Este domingo a las 18, en la Sala Jorge Luis Borges, se presentará una de las mesas redondas más esperadas de la 43° Feria del Libro, auspiciada por la revista Ñ. El premio Nobel sudafricano J.M. Coetzee conversará con la cineasta Lucrecia Martel sobre su adaptación cinematográfica de Zama, con la coordinación de la editora Matilde Sánchez.
La extraordinaria novela del escritor argentino Antonio di Benedetto, que va por su flamante octava edición, viene de desatar un fenómeno de elogios críticos en los Estados Unidos, con su reciente traducción al inglés. De hecho, Coetzee, autor de las novelas Desgracia, Diario de un mal año y de Esperando a los bárbaros,
que guarda sutiles simetrías con la novela del mendocino, acaba de publicar una encendida crítica de Zama
en el diario “The New York Times”, donde ubica a Di Benedetto (19221986) entre los más grandes estilistas del castellano en el siglo XX. A su vez, Coetzee ha participado en estas semanas del seminario “De la literatura a la pantalla”, en torno de las adaptaciones literarias, organizado por la Universidad de San Martín.
Por su parte, Lucrecia Martel tomó el desafío de llevar al cine la delicada crónica de Zama y su delirio de perdición, que transcurre en el Paraguay colonial de fines del siglo XVIII. El film se estrenará en pocas semanas. Martel sostiene que con la novela de Di Benedetto no se ha propuesto “hacer ni un western ni un melodrama”. Esta tarde en la Feria, se compromete a revelar algo más.
Zama ha sido una leyenda negra de la cinematografía argentina. En los años 80 la emprendió el realizador Nicolás Sarkis pero la producción abortó de un día para otro cuando el primer actor español plantó a todo el equipo en Asunción, con la mitad de la película filmada. Víctor Laplace iba a encarnar al nuevo Don Diego, pero el empeño naufragó... tierra adentro.
La cineasta salteña, que deslumbró al público con sus irónicos silencios y subrayados de crítica social en
La ciénaga, parece muy apta para trasladar a imágenes toda la ambigüedad y cierto tono de “comedia negra” de la novela, como fue definida por la crítica estadounidense. La revista The New Yorker llega a preguntarse si la “subestimada” Zama no será en verdad “la gran novela americana”, de norte a sur del continente.
Coetzee nació en Sudáfrica en febrero de 1940. Estudió matemática e inglés y hasta trabajó como programador informático. Por ese camino llegó al lenguaje: en 1969 se doctoró en lingüística computacional. Para su tesis analizó la obra del irlandés Samuel Beckett (éste, quizás, haya sido uno de los puntos que lo acercaría a Paul Auster: el escritor estadounidense también es un admirador de Beckett. El mismo di Benedetto tiene ecos de su teatro del absurdo).
La primera novela de Coetzee, Tierras de poniente, apareció en 1974. Luego vino En medio de ninguna parte y la mencionada Esperando a los bárbaros, donde, como en Zama, una autoridad colonial asiste, en una zona de frontera, a la progresiva desintegración de un orden mientras aguarda un cambio en su destino. De hecho, Zama está dedicada a ellos, a las víctimas de la espera. Tras leer Zama Coetzee -que dirige la cátedra “Literaturas del sur” en la Universidad de San Martín- escribió: “No es sorprendente que la esperanza frustrada sea uno de los grandes temas de la literatura argentina”. E interpreta: “Al igual que Zama en su puerto fluvial, el inmigrante se encuentra abandonado en un sitio nada edénico del que no hay escapatoria”.
La reseña -donde el Nobel sudafricano señala la influencia en Di Benedetto de Kafka y de las lecturas que Borges hace del autor de La metamorfosisse titula de maner certera: “Un gran escritor que deberíamos conocer”. De estos cruces, de cómo traducir a las pantalla ese tiempo detenido, de las elecciones artísticas de Lucrecia Martel (Salta, 1966) y las ideas de Coetzee se debatirá este domingo en la Feria.