Pulgarcito en el Colón, versión “mini”
“Esta obra es nuestra, no tenemos a ningún adulto que nos controle”, afirma la soprano Guadalupe Fustinoni, de tan sólo nueve años, desde la décima fila de la platea. Miembro del Coro de niños del Teatro Colón, Guada mira con mucha atención cómo un puñado de sus compañeros ensaya por primera vez en el famoso escenario. En breve le tocará subir, para interpretar a una astuta conejita que corre por el bosque.
“Por ser mi primera ópera, actuar de conejito un ratito es el comienzo. Creo que después se pueden lograr muchísimas cosas”, agrega su amiga Paula López, también de nueve, que se incorporó a la compañía en febrero. “Yo digo que no soy perfecta, pero algo de música debo saber”, dice con picardía.
La ópera en cuestión es Pulgarcito, de Hans Werner Henze y Giuseppe Di Leva, una obra que mezcla los clásicos relatos Pollicino y Hansel y Gretel de los hermanos Grimm, con los cuentos de Perrault y Collodi: cuando ya no tienen nada con que alimentarlos, dos pobres leñadores abandonan a sus siete hijos en el bosque ¡dos veces! Luego de dar infinitas vueltas, los pequeños encuentran una casa, que resulta ser el hogar de una malvada pareja de ogros que planea devorarlos. Claro, primero tratarán de engordarlos. Esa pausa será su única chance de escapar, junto a las hijas de los propietarios. La pieza fue concebida para que que los roles fueran interpretados por niños, tanto sobre el escenario como en el foso. Aquí todos tienen entre 8 y 15 años, y una polenta impresionante que se escucha hasta el gallinero.
Con la dirección de escena de Matías Cambiasso y la dirección musical de César Bustamante, serán tres las funciones: hoy a las 11 y a las 15, y mañana a las 17, con entradas a $115 y descuento para menores.
“Es una obra ideal. Es la única con estas características. La idea fue trabajar igual que en las producciones líricas, los niños imponen un ritmo de trabajo y la sorpresa es ver hasta dónde pueden llegar. Fueron más lejos de lo que yo esperaba”, comparte Bustamante en la pausa del ensayo.
Para lograr su cometido, al Coro de niños se le sumó un ensamble de percusión del Conservatorio Piazzolla. Y para los roles de adultos , se convocó a ex integrantes del Coro, que aceptaron encantados esta propuesta, parte del ciclo “Colón en familia”.
Luego de la pasada general, las pequeñas vuelven corriendo a contar su primera experiencia a solas con el escenario: “Cuando me subí me sentí yo, pero de otra manera. Tenían todos los ojos puestos en mí. Me emocioné”, declara la pequeña Guadalupe, que asegura conocer el gran teatro como la palma de su mano. “Es tu momento de brillar Guada”, le augura Paula que, también sabe, tiene el suyo.