A dormir a la iglesia
El champing (mezcla de church y camping) es lo nuevo en viajes: los viajeros se hospedan en antiguos templos.
Camping, glamping... y ahora ‘champing’. La última moda en viajes ya no es dormir en glamorosos alojamientos a todo lujo en plena naturaleza, ahora, lo que se usa -y sobre todo se usará- es pasar la noche en antiguas capillas o iglesias. De ahí su nombre, que surge de la unión de dos palabras: church (iglesia en inglés) y camping.
Esta nueva tendencia ofrece a los viajeros una forma de alojarse muy alejada del concepto turístico tradicional, ya que la experiencia permite sumergirse en la historia y relajarse en un entorno único y singular. La idea surgió de The Churches Conservation Trust, una organización sin fines de lucro del sudeste de Inglaterra que trabaja para salvar las iglesias históricas del país, que en 2014 vio en el alojamiento de huéspedes una oportunidad para mantener los templos. Tras probarlo con el templo medieval de Todos los Santos de Aldwincle, en Northamptonshire, la red no para de crecer y el concepto se convirtió en tendencia.
Aunque el champing no se caracteriza por el lujo -en la mayoría de iglesias de The Churches Conservation Trust los huéspedes deben traer su propia ropa de cama y en ocasiones no disponen de luz eléctrica, agua corriente o calefacción-, el concepto se ha extendido y ya es posible optar por alojamientos rústicos con todo tipo de comodidades.
Tanto de este lado del Atlántico como en Europa es posible dormir en lugares cargados de historia: un templo transformado en una mansión, un convento con patio andaluz con carácter, un loft que fuera iglesia en pleno Brooklyn... las posibilidades son infinitas. En Airbnb encontramos algunos champings realmente impresionantes. ¿Ejemplos?
La antigua iglesia de Aurora, un pueblo a 400 km de Manhattan, fue reconvertida en una lujosa mansióncon altos arcos y carpintería artesanal. El precio de una noche de fin de semana en esta residencia ronda los 925 dólares. En pleno centro de Brooklyn también hay un antiguo templo convertido en loft cool, con techos altos y abovedados, ventanas originales en forma de arco y una estructura de madera delicadamente reformada. La noche para cuatro huéspedes allí ronda los 340 dólares.
En Alora, Málaga, se puede dormir en la antigua capilla privada de una finca andaluza construida sobre una colina. Tiene vistas al campo y a un castillo moro de siglo XI y la noche allí ronda los 100 dólares. En Córdoba, también en España, hay un antiguo convento convertido en departamentos. Está junto a las plazas de las Correderas y de las Tendillas, en pleno centro de la ciudad. Es un poco más económico: la noche cuesta unos 60 dólares.
En Glasgow, Escocia, también hay opciones. Se trata de una antigua iglesia rodeada de jardines, que conserva en su exterior los elementos típi- cos religioso aunque su interior fue remodelado con detalles que hacen más cómoda la estadía. Tiene dos habitaciones y para pasar la noche allí hay que pagar 160 dólares.