Argentina, ¿una patria de barras?

La novela El barrabrava cuenta el devenir de Facundo, un chico de clase alta que queda fascinado por el folclore del fútbol devenido en ritual violento luego de visitar la cancha de Ti- gre. Crece y se mete en la hinchada. Con los años, esa aventura salvaje lo llevará a enredarse con personajes oscuros, con el poder político y con negocios que a la vez son una amenaza. ¿El gusto por la violencia tiene que ver con nuestra mentalidad? Explica el autor, Fernando Gonzalez: “Podemos encontrar muchos episodios en la historia del país que tienen que ver con la violencia sin sentido. La Argentina es un país de barras”.

- ¿En las canchas de fútbol hubo una decadencia en ese sentido?

– A la sociedad argentina le pasa lo mismo que a Facundo. Cuando vas a cualquier cancha, no solamente ves comportamientos de barras en el núcleo de la hinchada. Lo ves en las plateas caras, en las mujeres. Hoy no puede ir el público visitante. Hasta los primeros años ‘90, en las plateas se mezclaban simpatizantes de los clubes. Va en la misma línea de otros comportamientos: se ha complicado la convivencia.

- ¿Por qué no logramos solucionar el drama del fútbol violento?

– No hay un involucramiento de fondo de la política y la sociedad no ayuda. La solución tiene que llegar a través del Estado. Pero como simpatizantes no sumamos, porque no hay condena al barrabrava sino que hay celebración. La falsa cultura del folcore del fútbol.

- ¿Tenemos cierta ingenuidad frente a las agresiones cotidianas?

- Vivimos en un país pasional y muchas veces por ingenuidad o seducción llegamos a lugares donde no queremos estar después. La violencia armada de los ‘70, época en que se despreciaba la democracia, y el horror que vino luego. La Guerra de Malvinas, con gente apoyando la euforia belicista... Nos hemos dejado llevar por situaciones sin racionalizar ni pensar en el mediano plazo. Eso también le pasa a Facundo.