De lo comercial a lo independiente
Hizo “Los juegos del hambre” para poder dirigir “Lucha por la libertad”, con Matthew Mcconaughey.
Gary Ross construyó una carrera particular dentro de Hollywood, oscilante entre proyectos personales, de difícil financiación, y otros de gran presupuesto. Dirigió y escribió el primer episodio de la saga de Los juegos del hambre, y ahora está abocado a Ocean’s Eight, el nuevo capítulo de la franquicia de La gran estafa. Pero en el interín se dio el gusto de concretar Lucha por la libertad, que le llevó diez años de investigación y tiene a Matthew Mcconaughey como Newton Knight, cabecilla de un grupo de desertores y esclavos fugitivos que en 1863 enfrentó al ejército del Sur en la Guerra de Secesión. El filme iba a estrenarse en la Argentina en 2016, pero finalmente no llegó a los cines y ahora está disponible en Netflix. -¿Dirigió Los juegos del hambre para poder filmar “Lucha por la libertad”?
-No tan explícitamente así, pero sí. Tenía problemas para hacer Lucha por la libertad y pensé que si hacía un éxito comercial me permitiría hacer una película independiente. Amé Los juegos del hambre, no es que no la disfrutara o no quisiera hacerla, pero era consciente de que me podría ayudar a hacer una película como ésta. -¿Un director en Hollywood debe trabajar en filmar comerciales para poder rodar algo más personal después? -Te ayuda, pero no es una regla. Uno siempre trata de filmar películas personales, por más industrial que sea el proyecto. Un buen ejemplo es Alfonso Cuarón, que hace películas de ambos tipos, y pasa fácil de una a otra. Hizo Y tu mamá también y después una de Harry Potter, y son ambas geniales. - ¿Cuántos condicionamientos imponen los estudios?
-Cuando hay mucho dinero en juego, es lógico que tengas más conversaciones con los ejecutivos que cuando hacés una película de menor presupuesto. Es natural. No creo que esas charlas sean algo malo. En Los juegos del hambre hice en gran medida la película que quería. No puede haber una película más comercial, y me dejaron hacerla. No tuve más intrusión que en Lucha por la libertad. -¿Quería que “Lucha por la libertad”
fuera didáctica? -Es informativa, ilumina un período de la historia y enseña. Una razón por la que la quería hacer era informar sobre una época que ha sido tergiversada, reescrita a propósito desde el punto de vista blanco. - ¿Qué resonancias tiene la película con la actualidad política de EE.UU.?
-Muestra que hay una coalición potencial entre los blancos pobres y los afroamericanos, porque viven experiencias similares. Es una lástima que ese potencial sea ignorado o destruido por divisiones raciales. Ese es el truco en los Estados Unidos: siempre se divide, cuando la problemática económica debería unir. -El público estadounidense está familiarizado con su historia, ¿cómo piensa que la película será entendida en otros países? -En España, el presente todavía está marcado por la Guerra Civil. En la Argentina, el tema de los desaparecidos todavía tiene resonancias y para ustedes es importante mantener su memoria. En los Estados Unidos, la historia fue reescrita sistemáticamente a conveniencia de los blancos y la memoria, arrasada: la idea fue alterar el pasado para controlar el presente. Todos tenemos que conocer la verdad de nuestra historia, o pondremos en riesgo el presente.