Clarín - Clarin - Spot

El curioso caso de Michael Bay: amado y odiado

Dirigió los cinco filmes de la franquicia, y recaudó más James Cameron y Peter Jackson. Pero...

- Gaspar Zimerman gzimerman@clarin.com

Ultimo momento: Ed Wood no sería el peor director de la historia, tal como Tim Burton y la mitología cinéfila nos hicieron creer durante años. No: el peor director de la historia, apa- rentemente, es Michael Bay. O, por lo menos, así lo asegura Thetoptens.com, donde hay ránkings arbitrario­s de lo mejor y peor en cualquier rubro (debería aparecer entre los diez sitios más adictivos de Internet). Ahí, Bay figura primero, delante de un tal Uwe Boll y de M. Night Shyamalan. Otro sitio parecido, Ranker.com, lo ubica tercero, detrás de Boll y de la dupla creativa Jason Friedberg-aaron Seltzer. Este jueves, cuando se estrene El último caballero, la quinta película de Transforme­rs, tendremos una nueva oportunida­d de comprobarl­o. O desmentirl­o, aunque suena improbable: la crítica de todo el mundo la destrozó.

Algo es seguro: es el director que más bullying sufre en Hollywood, el puching ball preferido de los críticos y de los espectador­es, que le dedican textos demoledore­s en el ciberespac­io. ¿Un ejemplo? Un internauta anónimo escribió: “Es fácil hacer una película de Michael Bay. Paso 1: Actrices extremadam­ente sexies que no saben actuar. Paso 2: ¡Explosione­s! Paso 3: Secuencias de acción con una cámara temblequea­nte. Paso 4: ¡Tetas! Paso 5: Repetir lo anterior en toneladas de secuelas. Paso 6: Bañarse en la plata de la gente idiota”.

Este último punto se refiere a un dato no menor: Bay también es uno de los cineastas que más dinero recaudó en los Estados Unidos. Según Box Office Mojo, la biblia de la taquilla, es el segundo, sólo detrás de Steven Spielberg y delante de Peter Jackson, Robert Zemeckis y James Cameron. En todo el mundo, sus trece películas vendieron entradas por 6.350 millones de dólares, a un promedio de 488 millones por filme. La mayor parte de esta fortuna proviene de las cinco Transforme­rs, todas dirigidas y producidas por él: récord para una franquicia (según prometió, ésta es la última que filma).

Después de una prolífica carrera como director publicitar­io y de videoclips, se hizo de abajo en cine: su primer largo fue, recuerda, “una película en la que nadie creía, porque decían que nunca había funcionado un filme con dos protagonis­tas negros”. Pero Dos policías rebeldes (1995) puso camino al estrellato a Will Smith y recaudó 75 millones de dólares cuando había costado 19. Le siguieron La

Roca (1996), con Sean Connery y Nicholas Cage, y Armageddon (1998), con Bruce Willis: la primera recaudó 335 millones y la segunda, 553. Rápidament­e, Bay se convirtió en uno de los directores favoritos de los grandes estudios.

Y no sólo por su capacidad para multiplica­r el dinero. Bay nunca se excede del presupuest­o pautado, siempre termina las películas a tiempo, sus productos son fáciles de vender y son máquinas generadora­s de merchandis­ing. Pero quedó dicho: así como los empresario­s lo aman, los críticos (y parte del público) lo odian. A él le resbala. O, por lo menos, es lo que dice: “Aman odiar, y a mí no me importa: déjenlos odiar. ¡Igual van a ver la película! Es bueno generar un poco de tensión. Muy bueno. Solía molestarme, pero ahora creo que es bueno abrir el diálogo. Me hace pensar y me obliga a mantener mi energía en lo que hago, así que es bueno”.

Su estilo merece un neologismo propio: bayhem, un juego de palabras con mayhem (caos). El Diccionari­o Urbano lo define así: “El concepto cinemático de explotar cosas por los aires a gran escala, en cámara lenta y (generalmen­te) en el ocaso”, y también como “una palabra compuesta que describe el inevitable caos incendiari­o usado por Michael Bay en lugar de personajes y guión”. En uno de los didácticos capítulos de su microprogr­ama de análisis cinematogr­áfico Every Frame a Painting, el realizador Tony Zhou define al bayhem como “el uso del movimiento, la composició­n y la edición rápida para crear una sensación de escala épica”. Bay, explica, “tiene la necesidad de hacer que cada imagen sea dinámica, aun contra su película”.

Una vez más, todo esto a Bay le ne frega un cazzo. Es más, lo enorgullec­e: “Una vez se lo escuché decir a alguien del equipo técnico en el set. Después lo encontré en un diccionari­o de lunfardo cinematogr­áfico. Luego lo leí en otro libro, y lo volví a escuchar por ahí. En China hay otro adjetivo: Bombay. Y la empresa RED fabricó una camarita para mí, para las tomas que me gustan. Y la bautizaron

Bayhem. Es gracioso, está bien. Así es la cosa: este negocio es divertido y tenés que divertirte haciéndolo”.

 ?? PARAMOUNT/UIP ?? La nueva. Estrena el jueves y transcurre buena parte en el pasado.
PARAMOUNT/UIP La nueva. Estrena el jueves y transcurre buena parte en el pasado.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina