Clarín - Clarin - Spot

“Sin pasión me cuesta todo”

La actriz tiene una obra en cartel y dos próximos estrenos. También quiere dirigir su primera película.

- Juan José Santillán jsantillan@clarin.com

El tiempo ubica cada cosa en su lugar y este año a Romina Richi la puso de vuelta en el teatro. Últimament­e, además del nacimiento de su tercera hija, Bethania, estuvo ocupada dirigiendo, actuando y escribiend­o para tele y cine. En algún momento percibió que se alejaba del escenario y quiso volver. Le dedicó varios meses al unipersona­l La hora de la calabaza, un texto de Esther Feldman que dirige Alberto Lecchi en el Payró; mientras prepara Rabia roja, en el ciclo Mercurio del Regio basada en textos de la anarquista Salvadora Medina Onrubia. Además comenzó a tomar clases con Norman Briski con quien estrenará en octubre La conducta de los pájaros, en el teatro Calibán, donde será la revolucion­aria alemana, Rosa de Luxemburgo. Está atravesand­o mujeres de fuego.

Todo en su vida fue precoz: a los doce actúo por primera vez, a los veinte fue madre, un año después tuvo su primer unipersona­l. Y a esa velocidad le dio sentido con los años. “No sé si hay una época o un momento para hacer algo -dice-. Lo hacés cuando te animás”.

-¿Qué significó empezar a los doce?

-Es muy inconscien­te, me daba placer hacerlo porque las clases de teatro eran como una meditación. Volvía a mi casa en el colectivo 86 y me gustaba. A los doce años hice como cuarenta comerciale­s, algo que ahora no haría más.

-¿Tenés lugar para la sorpresa después de tanto recorrido?

-A este año, con tantos ensayos, lo vivo como un gran casting. Siento que estoy aprendiend­o, porque estoy en tres obras muy diferentes y tengo una beba de un año y siete meses. Los hijos requieren mucho,más cuando son bebés.

-¿Te inquieta esa situación?

-No, porque lo tengo muy organizado y me hago tiempo para todo. Tengo horarios muy fijos.

-Tenés otras dos hijas, aparte de la beba. Hay una experienci­a para acomodar las cosas.

-Pero ellas no la cuidan, no les pido eso. Además, ahora siento que estoy peor, más grande, cuidadosa y con una conciencia más clara del peligro.

-¿El año pasado estuviste más guardada?

-No, pero parece que si no estás en los pocos trabajos que hay en tele, no estás en ningún lado. Hice La pulsera (TV Pública, miércoles a las 23) donde actúo, también realicé el casting y la dirección de actores.

-¿Pensás dirigir teatro?

-Puede ser, me divierte ,pero ahora me gustaría dirigir el largo que estoy escribiend­o sobre un personaje de la mitología guaraní: El pombero. Viajé a Misiones, estuve con los guaraníes armando algo que quiero rodar el año que viene.

-¿Cómo fue el reencuentr­o con las clases de Briski?

-Estudié hace unos años con él y cuando cumplió un año Bethania me fui a las clases y empezamos con La conducta... Estar con el maestro es la gloria.

-¿En qué te motiva como director?

-En muchas cosas. Con estos ensayos estamos cuatro horas hablando de Lenin, Trotsky y Marx. Estoy ahí para absorber las armas que él me dé para hacer este personaje. Cuando estrene Rabia roja me pondré a estudiar un poco de alemán para estar en el idioma de Rosa de Luxemburgo. Al tiempo que tengo lo debo utilizar bien. Una hora es sagrada en mi vida.

-¿Este rigor con el tiempo te lo dio haber sido madre?

-Puede ser, igual no puedo imaginar otra vida porque tengo hijas casi des- de que nací.

-La primera fue a los 20. ¿Fue pensado?

-No, pasó y fue bienvenida. Es hermoso, pero requiere mucha responsabi­lidad, algo de lo que no reniego y que me hizo aprender muchas cosas. Ahora tengo una de veinte, otra de trece y la más chica es una beba. Tres generacion­es.

-¿Las más grandes te dijeron qué quieren hacer?

-La mayor también está tomando clases con Briski. El maestro te sacude y te hace pensar qué querés de tu vida más allá de la actuación. La del medio estudia, toca increíble el piano y actuó conmigo hace poco. Va a una escuela muy exigente.

-¿Te hubiese gustado un varón?

-Sí, claro. Ahora es imposible, lo que no quiero decir que no vaya a tener otro.

-El unipersona­l “La hora de la calabaza” habla de la pasión ¿Qué pensás sobre eso?

-La obra plantea el momento en que empezás a ver los defectos del otro, cuando lo que antes te parecía lindo de golpe deja de serlo. Ahí o se termina el vínculo o sigue y la pasión se calma un poco y aparece el amor.

-¿En qué momento estás con tu pareja?

-En pasión total, porque la maternidad no siempre la corta. Cada caso es distinto, pero estamos en una mezcla de pasión con amor, hace ya casi tres años. Lo que dice la autora de la obra es que en un momento se acaba la pasión, pero a mí sin pasión me cuesta todo.

-Tenés hijos con tres padres diferentes. ¿Armonizás?

-Perfecto con los tres, somos una familia grande, muy de esta época.

-Generalmen­te pasa lo contrario.

-La clave es el amor, el entendimie­nto y sacarse a uno del frente. Hay que bajar el ego y pensar en el otro, no ponerse uno en el centro de la película,

-¿La clave es tener un buen final de cada historia?

-El final siempre puede ser un poco tormentoso, nunca son lindos. Si lo que diste es amor y comprensió­n, el otro no tiene por qué odiarte. Gana lo que fue siempre.

Me hago tiempo para todo. Una hora es sagrada. No puedo imaginar otra vida, porque tengo hijas casi desde que nací”.

La clave es el amor, el entendimie­nto y sacarse a uno del frente. Hay que bajar el ego y pensar en el otro”.

 ?? MARCELO CARROLL ?? Mamá por tres. Richi tiene tres hijas de tres padres diferentes, pero dice saber armonizar. Una es actriz, la otra toca el piano y la otra es una beba.
MARCELO CARROLL Mamá por tres. Richi tiene tres hijas de tres padres diferentes, pero dice saber armonizar. Una es actriz, la otra toca el piano y la otra es una beba.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina