JIM CARREY, EL PINTOR
La faceta menos conocida del popular cómico: su dominio de las artes plásticas. Un corto sobre el tema se hizo viral.
Fue un basquetbolista famoso el que alertó a la prensa el lunes pasado sobre un corto que Jim Carrey había subido online a Vimeo, unos 6 minutos movilizadores que lo muestran en su faceta de pintor, apelando a los colores como terapia antidepresiva. “Es increíble, no tenía idea, me encantaría ver tus pinturas en persona”, le escribió en Twitter la estrella de la NBA Lebron James al actor, quien le respondió agradecido.
Carrey ya había exhibido algunas de sus pinturas en Palm Springs en diciembre del 2011, a menos de un mes de cumplir los 50, pero pasó bastante inadvertido. En este breve documental que filmó su productor de la película Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, David Bushell, Carrey explica en off por qué empezó a pintar hace 6 años, después de separarse de su ex mujer, Jenny Mccarthy.
“Cuando tu corazón está enamorado flota en el espacio, pero cuando perdés ese amor tenés que reentrar en la atmósfera, y puede ser duro”, se lo escucha decir. Relata que era un invierno muy depresivo en Nueva York y que sintió que necesitaba colores en su vida, que eso fue terapéutico.
“No sé qué es lo que la pintura me enseña, sé que me libera”, asegura. “Hay algo dentro tuyo que siempre está contando una historia. Es bueno mostrar eso”.
Sus pinturas van a ser exhibidas y algunas de ellas vendidas en septiembre en una galería de arte en Las Vegas. Quizás por eso el crítico de arte desde 1999 del diario británico The Guardian se sintió con derecho de decir lo que pensaba.
“Las pinturas en las que Carrey trabaja en el corto son tan malas que no las aceptarían si quisiera donarlas al Ejército de Salvación”, escribió el jueves Jonathan Jones. “Quiero pensar que es una de sus bromas” .
No sólo eso, Jones dijo que el arte de Jim Carrey “es la mejor prueba de que los actores de Hollywood deberían evitar acercarse a los lienzos para pintar”. ¡Auch!
El crítico pone en la misma fila a James Franco, Val Kilmer y Sylvester Stallone y les pega a todos por igual. Deja afuera a Dennis Hopper, se nota que le gustan sus fotografías.
Lo cierto es que a pesar de esta bofetada, la mayoría de los medios que cubren espectáculos en Nueva York (donde tiene su estudio de arte) y en Los Angeles fueron muy cálidos con el actor. Elogiaron su talento, su sensibilidad y su mensaje antidepresivo. De hecho, el conductor televisivo Trevor Noah aseguró que se dio cuenta de que estaba sufriendo depresión después de escuchar al actor de La máscara hablando de su enfermedad.
Carrey cuenta que de chico se la pasaba la mitad del tiempo entreteniendo gente en el living de su casa y la otra mitad en su habitación escribiendo poesía y dibujando. Le agradece a una maestra de sexto grado por permitirle usar los últimos 15 minutos de su clase para poder expresarse como comediante. “Si eso hubiera pasado ahora, estaría tomando Ritalin y no hubiera existido El detective Ace Ventura”, sugiere el actor.
Nunca negó su lado oscuro. En las entrevistas puede ser increíblemente divertido y entretenedor, pero es fácil descubrirle ese velo que cada tanto oscurece su mirada. Es muy exitoso en el cine, pero en su vida privada no ha tenido tanta suerte. Después de la aparente dolorosa separación con Mccarthy, sufrió un revés aún más grande cuando hace dos años se suicidó una novia con quien había roto recientemente, Cathriona White, dejándole una carta en la que le decía que no podía vivir sin él.
“Amo estar vivo y mi arte es una evidencia de eso”, asegura en el documental como si estuviera respondiéndose una pregunta existencial. Su arte podrá ser sujeto de crítica, pero resulta inspirador ver a alguien que confiesa sentirse acechado por la oscuridad tratando de expresar sus confusas emociones con la herramienta que más le sienta, en este caso la pintura.