Llega el buen tiempo y todos quieren ser runners
Diez kilómetros para todos los gustos, la media maratón y los 42 K más grandes del continente, carreras recreativas para chicos, competencias sólo de mujeres: cada año son más los que se largan a correr.
Así como está la de esquí o de avistaje de ballenas, también existe la temporada alta de carreras de calle, el momento en que los runners salen a ponerse a prueba por distintos circuitos de Buenos Aires. Una invasión de zapatillas.
Entre fines de agosto y principios de diciembre las competencias de 10, 15, 21 y 42 kilómetros se multiplican, como si la llegada de la primavera fuera el mejor incentivo para salir a mover las piernas. En realidad, claro, se trata de aprovechar el buen tiempo, ni tanto frío ni tanto calor. Competitivas, solidarias ocomerciales, en esta época del año hay carreras casi todos los fines de semana. Y en algunos casos, como el domingo 1° de octubre, se llegan a disputar hasta tres en un mismo día. No por nada, claro, Buenos Aires está considerada “la capital latinoamericana del running”.
La cantidad de participantes crece año tras año. En Palermo o Costanera sur, por citar algunos de los lugares donde se arman estas pistas, la carrera más común es la de 10 kilómetros. Pero también hay de 3 y 5K. Y “recreativas”, como la de Cartoon Network, donde los padres corren con sus hijos, o la que organiza la Gendarmería, cuyo reglamento permite competir sin traje de fajina.
Profesora de educación física y ma- ratonista, Paula Ren ya estuvo en ocho competencias este año. Y va por más. “El 10 de septiembre voy a correr la media maratón de Buenos Aires”, le explica Paula a Clarín. “Aunque mi idea es bajar mi marca, en este caso lo voy a tomar como un entrenamiento, ya que una semana después voy a viajar a los Pirineos para correr la ultramaratón, una carrera de 46 kilómetros a 3.100 metros”, agrega, con experiencia en este tipo de competencias extremas.
Su calendario de actividades aeróbicas no terminará en las montañas franco/españolas. “A la vuelta, el 28 de octubre, voy a estar en los 5k de Mcdonald’s en Puerto Madero, exclusivaparamujeres”, describe la corredora, incansable.
Marianogarcíatiene39años,esprofesor de geografía en colegios secundarios y, en sus ratos libres, deja el mapamundi y sale a ejercitar el cuerpo. “Este año voy a participar por tercera vez en la maratón de Buenos Aires: mi mejor marca es de 3 horas, 10 minutos. Y la quiero llevar a 3 horas, 5 minutos o 3 horas 3”, se entusiasma, enfocado en este desafío.
Mariano, que acaba de correr por los médanos en Pinamar (hace 15 días se hizo la clásica Adventure Race de 27K) por la arena, se entrena “seis veces por semana” para llegar en forma a los 42K, la carrera soñada. El año pasado hubo unos 13.000 competidores, y este octubre se espera que la cifra llegue a 15.000. Antes de esa prueba, Mariano acompañará a una amiga, Carolina Torres, en la media maratón. “Mi idea es correr con reloj al lado de ella para marcarle el ritmo. Si hay algo que abunda en el running es la camaradería”.
-¿Después de los 42k vas a estar en alguna otra carrera?
-Puede ser... Puedo competir, por ejemplo, en la carrera de Miramar. Pero nunca me anoto hasta que veo cómo termino la maratón de Buenos Aires. Si quedo destruido, prefiero descansar (se ríe).
Santiago Romero, de 38 años de edad y seis de runner, también competirá en los 21K de Buenos Aires codo a codo con una mujer, en este caso, su novia Greta. “Es la carrera más convocante de Latinoamérica”, puntualiza. “El año pasado hubo un récord de 24.000 inscriptos y este año se espera que haya 30.000”.
Santiago, que de lunes a viernes se dedica al comercio exterior, también tiene como objetivo poner a punto pulmones y piernas para los 42K. Para eso, explica, diseñó un plan de entrenamiento específico que consiste en “incrementar la cantidad de kilómetros recorridos hasta llegar a los 100 sema- nales”. “Los martes y jueves voy a hacer doble turno, a las 5.30 de la mañana, antes de ir a trabajar, y a las nueve de la noche. Es muy exigente, sí, pero vale la pena”, comenta convencido.
-En esta época, con tantas carreras, se supone que los runners dejan de hacer otras actividades: salen menos a comer, van menos al cine...
-Sí. Hay carreras para todos los gustos. ¡Está buenísimo! Y si te entrenás los sábados y domingos a la mañana, no es recomendable acostarte tarde. El cuerpo necesita descanso. Como muchos de los corredores, Santiago se entrena en grupo, una especie de gran familia. “En octubre, algunos de mis compañeros van a participar en la maratón de Chicago, una de las seis carreras más importantes del mundo. Junto con las de Nueva York, Boston, Berlín, Tokio y Londres forman el Grand Slam”, señala. “Pero yo no voy a poder ir”.
-¿Por qué?
-Porqueenesosdíasmecasocongreta.
Soltero, de 32 años, Nicolás Descalzi ya corrió siete veces los 10K, entre ellos, la carrera que organiza Unicef y la de las Cuatro estaciones de invierno, en Puerto Madero. “Ahora voy por mi tercera competencia de 21 y mi primera de 42. Estoy ansioso, sí. Es todo un desafío. Me motiva la idea de cruzar el arco en menos de cuatro horas...”, confiesa Nicolás, que durante la semana trabaja de 8 a 17 en una oficina “en el sector de importación”.
Por estos días, Nicolás también se cuida en las comidas y suma “horas extras de entrenamiento”. Lo disfruta a pleno: “Septiembre y octubre son los mejores meses para correr... ¡Sería ideal que el domingo de los 42 hubiera sol y unos 15 grados!”.
El de las carreras en continuado no es sólo un fenómeno de Capital y alrededores. En el resto del país sucede algo parecido: en Bolívar, por ejemplo, el 23 de septiembre se corre la Maratón Internacional Dino Hugo Tinelli, un homenaje del conductor a su padre. A Marcelo, se ve, no sólo lo entusiasma el fútbol, el básquet o la salsa de a tres.
Profesora de inglés, casada y con tres hijos, Valeria Samman es runner “desde hace diez años”. Se entrena en Palermo cuatro veces por semana: cuestas, pasadas, carga continua, fondo... ¿Cuál es su norte a esta altura de la temporada? “Quería correr la maratón de Nueva York el 5 de noviembre. Pero no conseguí cupo. Entonces cambié de planes y voy a estar en los 42k de Villa La Angostura”.
Aquí y allá, todos corren. Una producción en masa de endorfinas.