LAS CLAVES A SEGUIR
Suscribirse a los newsletters de las marcas o las plataformas de venta on line para estar actualizado sobre las promociones que se hacen exclusivamente vía e-commerce.
Tomarse las medidas corporales y consultar la tabla de talles que publican las marcas en sus sitios ya que reduce significativamente el margen de error en la compra.
Aprovechar el servicio de chat online que tienen algunas páginas. Es muy rápido y eficaz para sacarse cualquier tipo de duda en el proceso.
Chequear en la sección de “Condiciones” o “Preguntas frecuentes” si se aceptan cambios y devoluciones de los productos, hasta cuántas veces y en qué términos.
Averiguar siempre si las compras tienen gastos de envío y por qué montos. Algunas firmas los hacen de forma gratuita pero son una minoría. A veces también se pueden pasar a retirar.
Llevar un registro escrito de las transacciones así como el nombre, datos del negocio y los términos legales de la compra. Conservar esta información hasta que termine el período de garantía.
Si la URL de la página empieza con [https://]https://, es una página segura; si la URL empieza con [http://]http://, la página no es segura.
En la parte inferior derecha de la página en que se realiza el pago debe figurar un candado amarillo como garantía de que se trata de un sitio web seguro.
Es fundamental mirar la información de contacto del vendedor. Si ésta es extraña o proviene de un país que no tiene nada que ver con la marca del producto, no es confiable.
El comerciante de una tienda online debe anunciar las menciones legales en su página web. Si no lo hace, se lo considera un sitio ilegal.
Al comprar, proporcionar sólo la información absolutamente imprescindible para la operación. Si alguna tienda online solicita obligatoriamente información que no se considere esencial, es mejor realizar la compra en otro sitio.
No es raro que un sitio web no confiable redirija al internauta hacia sitios chinos y norcoreanos. Este tipo de sitios no tienen ningún valor.