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Elquinteto del que saldrá la candidata al Oscar

- Pablo O. Scholz pscholz@clarin.com

Restan pocos días para que se sepa qué película enviará la Academia de Artes y Ciencias Cinematogr­áficas de la Argentina a su homónima de Hollywood, para que allí la consideren entre las que podrán competir -pasando por distintas etapas- por el Oscar a la mejor película hablada en idioma extranjero.

Y una cosa era hablar de este tema en mayo, con el schedule de las fechas de estreno, pero sin haber visto las películas, y otra un tanto distinta es hacerlo ahora, cuando hay un pequeño pelotón de produccion­es nacionales que bien pueden aspirar a representa­r a la Argentina, que no tiene una película en competenci­a en Hollywood desde que en octubre de 2014 se envió a Relatos salvajes, de Damián Szifron, y fue una de las 5 candidatas en 2015.

Por estricto orden de aparición, y haciendo una selección subjetiva y de la que me hago cargo, están La cordillera, de Santiago Mitre; Los que aman, odian, de Alejandro Maci; Una especie de familia, de Diego Lerman; Temporada de ca- za, de Natalia Garagiola, las dos últimas en cartel desde esta semana; y Zama, de Lucrecia Martel, que al estrenarse el 28 de septiembre cumplirá con lo justo con los requisitos para entrar en discusión entre los académicos locales.

Pero puede hacerlo. Está en regla: la decisión se conocerá un día después del estreno de la película que tanta controvers­ia abrió al no competir este año en Cannes (porque Pedro Almodóvar es su coproducto­r, se adujo) y recién tuvo su première mundial en Venecia hace dos semanas, pero fuera de competenci­a.

Elijo este quinteto, y dejo afuera a otras produccion­es porque poseen detrás a compañías productora­s fuertes, que suelen tener sus películas en la discusión. Así de simple y sencillo. Llámenlo lobby o como quieran. Pero verán que la que viaje a Hollywood estará segurament­e entre las mencionada­s. Vayamos por partes, o de a una en fondo. La cordillera pintaba como número puesto. Porque está Darín, porque Mitre es un director que se ganó su prestigio, porque fue a Cannes (OK, compitió en Un certain regard, y no por la Palma de Oro, pero sigue siendo la Selección oficial del festival más importante del mundo), por los temas que aborda. Ahora, cuando se esmicos. trenó, la manera en que los aborda pareciera que abrió una grieta -otra, como si nos hiciera falta- entre los que la defienden y los que la denostan.

Esto, que promueve la polémica, le puede jugar en contra a la hora de sumar votantes.

Los que aman, odian. Parte de una buena base (la novela de Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo), es un filme de época, tiene una producción muy cuidada y a Francella haciendo de serio. Como en El secreto de sus ojos y El Clan, que fueron selecciona­das por nuestros acadé- Un arranque no tan fuerte en lo popular, y un boca a boca hasta ahí no debería hacer perder las ilusiones a Alejandro Maci y compañía.

Una especie de familia. Acá está, para mí, la gran contrincan­te de La cordillera. Diego Lerman tiene un estilo clásico para relatar el drama de una mujer porteña que va a Misiones a adoptar un bebé, por el que tenía todo arreglado. Pero esto es la Argentina y aquí todo puede pasar. La madurez que ha alcanzado el director de Tan de repente, La mirada invisible y Refugiado es notable, la película es de lo mejor de este año y tiene una actuación de Bárbara Lennie que, a los ojos de los de la Academia de Hollywood, puede jugarle más que a favor.

Temporada de caza. La única película de una debutante (Natalia Gargiola) en el quinteto, se beneficia de un rigor que más de un realizador de los veteranos de nuestro cine no tiene y envidiaría. Es la relación entre un padre ausente (Germán Palacios) y su hijo adolescent­e (Lautaro Bettoni). Filme de climas, revelacion­es y premiada en la Semana de la Crítica en Venecia.

Zama. Es artísticam­ente la película más jugada de las cinco (y de su realizador­a). Si muchos no entendiero­n o se incomodaro­n con La cordillera, la deconstruc­ción que Martel hace del relato de Antonio Di Benedetto los dejará en offside.

Son más de 300 los miembros de la Academia local, pero nunca votan todos, sino cerca de la mitad. Así que con un poco de apoyo, cualquiera podrá llegar a ganarse el título en la tapa de los diarios de “la argentina para el Oscar”. De ahí, a que pase el corte en que quedan 9, y luego 5, es otra historia por escribir.

Llámenlo lobby o como quieran, pero verán que la que viaje a Hollywood estará entre las aquí mencionada­s.

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