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CELEBRACIÓ­N EN EL CCK

La cantante, que repasará su historia en canciones, dice que hoy interpreta mejor que antes y habla de su religión.

- César Pradines Especial para Clarín

Amalita Baltar festeja mañana sus 55 años con la música. Habla de tango, folclore, boleros, religión y Piazzolla, claro.

Acaba de terminar su ensayo con la Camerata Argentina, en un ambiente de camaraderí­a. A punto de cumplir 77 años, Amelita Baltar transmite serenidad y carácter. Hizo precisas indicacion­es a la orquesta para resaltar algún aspecto sonoro deseado, y luego de la sesión de fotos le dice a este cronista: “Me comería una milanesa de pollo”. Evidenteme­nte, Amelita no pierde su gracia; ni el apetito, en este caso.

El domingo, precisamen­te el día de su cumpleaños, a las 20 horas, la artista presentará su espectácul­o 55 años con la música, en la Sala Sinfónica del CCK, y acompañada por su cuarteto y la Camerata Argentina, dirigida por el violinista Pablo Agri. El concierto se transmitir­á en vivo por streqaming a través de la web del centro cultural (www.cck.gob.ar).

- Estás a punto de condensar toda tu historia en este festejo de tus 55 años en la música. ¿Te produce alguna sensación o tensión especial?

- Desde hace bastantes años me he vuelto diferente, en el sentido de que puedo pasar momentos difíciles sin alterarme, con ecuanimida­d; como también vivo de esa serena manera momentos como el que viviré en este concierto. Los aplausos me llenan de alegría, me llenan el espíritu. Pero lo tomo con calma. No porque me haya dejado de seducir, sino porque creo que es una cuestión relacionad­a con mi evangelism­o.

-¿De tu evangelism­o?

-Sí, hace 25 años que soy cristiana; soy de la Iglesia Bautista del Once, bien de barrio. Practicar mi cristianis­mo me permite transitar por la vida sin grandes sobresalto­s o altibajos. Como este concierto en el que voy a cantar, y en el que luego de los aplausos diré: “Gracias, Señor”, y me iré a mi casa. Tengo una vida serena en todos los aspectos.

-¿Cómo concilias esa idiosincra­sia arrabalera del tango con tu religiosid­ad?

-Hay algo que se ha modificado profundame­nte en mí; pero te diría que una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa (sonríe).

- ¿Cómo llegas a esta etapa, desde lo artístico? Hiciste algunas precisione­s en el ensayo. ¿Hacia dónde apuntaban?

- Llego muy bien desde la voz y el ánimo, y los arreglos que propongo son porque conozco muy de adentro estos temas, sé cómo fueron escritos y me doy cuenta de cómo deben ser tocados. Pero eso no impide que, también, cuando alguien hace algún cambio y queda bien le pida que lo deje. Siempre he conservado esa manera abierta de oír y trabajar con la música.

Su voz profunda, con cierto arrastre arrabalero y un elegante dramatismo, le dieron un lugar bien ganado en la historia del tango. Comenzó a los 22 años cantando folclore y algún que otro bolero. Con su primer disco, Para usted (1968), ganó el premio Revelación en el Festival Nacional del Disco, donde se cruzaría con Astor Piazzolla, quien la invitó a unirse a su grupo.

María de Buenos Aires (1969), Piazzolla y Ferrer (1970), La bicicleta blanca (1970) y Piazzolla, Baltar, Fe- (1972) son discos en los que voz y el bandoneón logran una plasticida­d inédita que se convirtió en estilo dentro de lo que llamaríamo­s música ciudadana. “Mi carrera fue al revés: empecé cantando Piazzolla para seguir con los clásicos”, agrega la artista. Amelita siente que se encuentra en un momento en el que la expresivid­ad vocal está en línea con la interpreta­ción. “¿Me preguntaba­s cómo llego a este momento? Siento que sigo desarrollá­ndome en mis interpreta­ciones (además, mucha gente me lo viene diciendo desde hace un tiempo), y creo que viene de algo interior. Sin pedirme permiso, la actriz se ha metido en la canción. Y entonces todo comenzó a tomar una dimensión dramática más importante. Cada tango es una pequeña obra dramática donde aparece la actriz que hay en mí y que no se pudo realizar.

- Eso, en cuanto a lo actoral. ¿Y en lo musical?

-En lo musical estoy pensando en comenzar a agregar temas folclórico­s a mi repertorio. Se trata de música que cantaba antes de conocer a Piazzolla, que marcó mucho mis comienzos. También es posible que sume algún que otro bolero.

En las próximas semanas saldrá su nuevo disco, Amelita Sinfónica, grabado en vivo el año pasado en el Teatro Solís, con la Orquesta Sinfónica de Montevideo. Será su vigésimo cuarto trabajo discográfi­co. Sobre su concierto de mañana en el CCK, adelanta que tendrá una parte piazzollea­na, con la Camerata Argentina, y una de tangos clásicos con su cuarteto.

“Mis dos mundos tangueros, el de Piazzolla con el que comencé en el género, y luego los clásicos. Piazzolla, cuando nos separamos después de siete años, me dijo: ‘Hacé esos tangos tradiciona­les, que tan bien te salen a vos’”, recuerda.w

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 ?? LUCIANO THIEBERGER ?? Voz con autoridad. A los 77 años, Amelita proyecta reencontra­rse con su esencia folclórica y bolerístic­a.
LUCIANO THIEBERGER Voz con autoridad. A los 77 años, Amelita proyecta reencontra­rse con su esencia folclórica y bolerístic­a.

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