“Los argentinos me resultan muy cultos”
El cantante habla de la actualidad de la banda británica, recuerda a Chris Cornell y proyecta su futuro.
Ian Astbury es un hombre que vió y vivió todo lo que uno suele pensar en términos de cantantes icónicos del rock. Cerebro creativo de The Cult, junto al guitarrista Billy Duffy, y durante seis años cantante de un The Doors post Morrison, hoy en día Astbury disfruta del éxito de Hidden City, disco número diez de su banda, cuyo título nació de la famosa leyenda que mostró Tévez en su camiseta, durante un partido de Juventus contra Hellas Verona, en 2013, que hacía referencia a Ciudad Oculta. “Desde que se fue a China le perdí el rastro”, cuenta, antes de su nueva visita a la Argentina, para presentarse el 3 de octubre, en el Luna Park, tras pasar por Mendoza, Rosario y Córdoba.
- ¿Hay algún hecho que motive a The Cult a hacer cuatro fechas aquí?
- Totalmente. Desde el ‘91 (N del R: Tocaron en River con Steppenwolf), nuestra relación con el público de allá es muy buena. Ese show fue uno de los más importantes para The Cult; tuvo una atmósfera muy distinta a la de otros que hayamos hecho. Estábamos en un estadio, estaba lloviendo y el público seguía ahí… Fueron cosas que nunca habíamos experimentado hasta el momento. Salíamos a recorrer, nos cruzábamos con la gente y eran todos muy cálidos y amigables. Muy animados y muy pasionales, para hablar no sólo de música, sino de sus vidas. Los '90 fueron una época muy particular para Argentina; era un país joven que estaba renaciendo, entrando en una nueva etapa. Y con Buenos Aires surgen varias conecciones; ese show, Tévez y Hidden City... No es solo el lugar, es la pasión. Los argentinos me resultan muy cultos, leen y viajan bastante. Están bendecidos en muchas formas.
- ¿Creés que "Hidden City" puede sumarse a sus discos más populares?
- La música es muy del momento. Hidden City refleja el momento en el que salió. Estamos muy metidos en la transición hacia el siglo XXI y la tecnología digital, en la forma en la que nos comunicamos y consumimos información. Todo eso está muy fragmentado e influye en nuestra vida y en nuestras relaciones. Esas fueron algunas de las observaciones y los simbolismos que pusimos en el disco.
- ¿Cómo hizo la banda para no quedar atrapada en un momento específico?
- The Cult nunca besó el anillo. ¿Me entendés? Y por eso nos metimos en un montón de problemas. Hubo muchas situaciones donde deberíamos haber dicho “sí y dijimos “no”, y la gente nos aprecia por eso. Somos como piratas; tocamos con Guns N’ Roses en estadios, y en teatros, por nuestra cuenta. Tocamos con Foo Fighters, con Imagine Dragons, con Jack White; en festivales de rock pesado, en eventos alternativos y en Coachella. Somos muy universales en ese sentido, nos adaptamos a varios ambientes y podemos responder a cualquier tipo de situación. Es algo de lo que estoy muy agradecido. La carrera The Cult no fue la de “llegar a la fama y empezar a llenar estadios”. Fuimos por todos lados, y eso nos mantiene frescos.
- Hablás de "Hidden City" con mu- cho orgullo. ¿Qué lograste en este disco que te hace apreciarlo tanto?
- Pude meter un piano en el estudio de grabación. Fue muy importante porque quería encontrar otra voz, algo más íntimo. En el rock, la gente reacciona y responde a las guitarras, al volumen y a la energía; pero a veces, cuando estás callado -esto es algo que aprendí de mi tiempo con los Doors-, surge una conversación mucho más íntima. Y creo que en Hidden City hay más de estos momentos. Son como esas conversaciones que podes tener con amigos de “Hola, ¿Cómo estás? ¿Cómo te sentís hoy?”. No estás gritando. Estás pensando en esas situaciones de “¿Qué te hace sentir? ¿Qué opinas de esto?”.
-¿ Cual será el próximo paso d et he cult?
- Probablemente desarmemos la banda. Tenemos que intervenir y deconstruir. Es para desafiarnos, no sé quiénes van a acompañarnos y tampoco sabemos cómo va a sonar, pero sé que tenemos que destruir cualquier idea que tengamos en este momento [ríe]. Tenemos que trabajar con nuestro instinto; siento que es algo muy bueno que tenemos y que nos sirve para trabajar. Yo estoy con algunos proyectos musicales también, algo que tal vez salga a principios del año que viene o a fines de éste, no estoy seguro. Pero la idea es seguir trabajando. Es como con el boxeo: cuando parás es muy difícil volver al nivel al que estabas, y tenés que estar siempre en tu mejor nivel. Solo así te podes mantener fresco y vivo.w