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Emmy, demasiada política para tan poca audiencia

- Silvia Maestrutti Especial para Clarín

La del Emmy, el domingo pasado, fue una ceremonia con muchas referencia­s (negativas) al presidente Donald Trump. Era casi obvio, muchos en el rubro de comedia estaban nominados (y ganaron) por hacer reír a costa de las elecciones presidenci­ales y del propio Trump. Lo que, obviamente, no cayó muy bien entre sus electores. ¿Pudo haber sido esa la razón de que no lograra repuntar en los ratings como clama el presidente? El tema parece bastante mas complejo.

Por lo pronto el actor Alec Baldwin, que lo caricaturi­za en Saturday Night Live, le dijo “acá finalmente tenés tu Emmy”, al ganarlo por su personific­ación del presidente en el programa satírico que, con 50 años de historia, venció entre los de variedades. Para hacer justicia, la actriz que personific­ó con humor a Hillary Clinton también ganó su estatuilla.

Se sabe que Trump quedó dolido al ser nominado pero no ganar el premio con su reality Celebrity Apprentice. “Si le hubieran dado un Emmy no hubiera querido ser presidente”, les reprochó el anfitrión Stephen Colbert a los miembros de la Academia de Televisión sentados en la platea preferenci­al del teatro Microsoft. Elegirlo a él, que lo maltrata cada noche en su show, para moderar la ceremonia ya fue un gesto político.

Pero aún la prensa liberal se quedó un poco confundida cuando para asegurar que la ceremonia iba a tener el mayor rating de la historia, Colbert hizo venir al escenario a Sean Spicer, ex secretario de prensa de presidenci­a, quien lo dijo con la misma cara de piedra con la que le aseguró a los correspons­ales de la Casa Blanca lo mismo de la inauguraci­ón de Trump, algo que las fotos claramente desmentían.

Fue una sutil ironía, le sirvió a Spicer para sacarse selfies con actores (¡incluyendo Baldwin!) en la fiesta oficial y luego en la de Netflix.

En términos de rating la ceremonia mantuvo la baja audiencia de las últimas 3 emisiones. La vieron 11,4 millones de televident­es, en lugar de los 11,3 del año anterior. “No fuimos los peores, fuimos los casi peores”, decía Colbert en su programa respondién­dole al presidente, quien después de confrontar con Corea del Norte en la ONU, terminó diciendo vía tuit que el Emmy era un premio “perdedor” y que eso es porque sus seguidores son muy inteligent­es.

En rigor, hay por lo menos tres razones para el descenso del rating. Una es que claramente hay muchas mas alternativ­as, las nuevas generacion­es pueden seguir el premio a la televisión desde sus celulares, tabletas o computador­as, sin necesidad de prender la tele. The Hanmade Tale, de Hulu, ganó por mejor serie dramática llevando al podio el streaming, justamente.

El Emmy compitió además contra el popular programa de fútbol dominguero, que aunque sea distinto al que jugamos nosotros despierta las mismas pasiones.

Hay que considerar también el tono político. Muchos en el país aseguran que quieren ver estos shows de Hollywood por los vestidos y el glamour, y que están cansados de su politizaci­ón. Julia Louis-dreyfus mencionó la posibilida­d de destitució­n presidenci­al al romper el récord recibiendo su sexto Emmy consecutiv­o como mejor actriz de comedia por Veep (HBO). Dany Glover ganó como mejor actor y director de comedia por Atlanta (FX) y recordó que con Trump la población negra está más oprimida que nunca y que quizás por eso ganó. Jane Fonda lo llamó sexista.

“Será que queremos queremos mirar el show para ser entretenid­os, no para que nos recuerden lo divididos que estamos en el país”, resumió Megyn Kelly, la rubia periodista conservado­ra a la que Trump igual criticó duramente cuando no le gustó cómo moderó uno de sus debates con Hillary.

Para quienes buscan glamour hubo vestidos sensaciona­les, como el de Nicole Kidman (mejor actriz por Big Little Lies (HBO) , uno de seda rojo de Calvin Klein al que acompañó con 2 millones de dólares en diamantes. Nicole y Reese Whiterspoo­n ganaron como productora­s ejecutivas el premio a la mejor miniserie por ese programa. “Estoy vestida por Stella Mccartney, pero prefiero hablar del logro de las mujeres unidas para darnos los mejores roles televisivo­s”, decía Reese en la alfombra roja.

La emisión la vieron 11,4 millones de televident­es contra 11,3 de 2016. “No fuimos los peores, fuimos los casi peores”.

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