Motoquera y modelo
Virginia Guidetti
Estar en París por trabajo y “escaparse” para ir a ver Moto GP a Le Mans o internarse horas y horas en el museo del Louvre. Ese combo “es” Virginia Guidetti, la modelo que desfiló para firmas como Stella Mccartney, Alberta Ferretti o Paul Smith y, en su país, estudia pintura y llega al Museo Nacional de Bellas Artes arriba de su moto de pista.
De chiquita, a esta santafesina le picaba el bichito de la mecánica. “Siempre fui un poco rebelde, a los 12 años agarraba el ciclomotor con mi hermana, skate bajo el brazo, y nos íbamos andar por San Lorenzo”, recuerda. Pero, al igual que otras entrevistadas, su padre motorizó su pasión por las dos ruedas. “Primero tuve una Kawazaki 100, me la pasaba mirando campeonatos de motociclismo. Mi piloto preferido es Valentino Rossi”.
La moto que realmente la hechizó fue una pistera, la BMW K1300R. “Viajé a Buenos Aires para comprarla con mi viejo. El volvía manejándola y yo, por las dudas, me llevé el casco. En un momento me dice ´querés probar´. Me subí y no me vio más: llegué a San Lorenzo al toque. Me volví una vez que agarró velocidad”, dice esta dueña de una Harley Davidson Sporter 883 Custom. -¿Cómo se combina modelaje y motos?
-Difícil, muchas modelos me miran como que estoy un poco loca. Y tienen razón. Con ellas no puedo hablar de motociclismo.
-Y no tenés un perfil muy fierrero...
-No soy la típica chica que va a los encuentros de motos a comer asado y ver bandas de rock. Yo llego a la estación de servicio, me ssaco el casco y revoleo el pelo (risas).
-¿Cómo evitar la velocidad en una moto así?
-Se complica, los 330 km que separan San Lorenzo de Baires los hago en 2 horas y media, en algunos tramos incluso llegué a andar a 250 km/h, pero cinco minutos nomás. Eso sí, siempre ando sola. También manejo por circuitos del interior. Ahí la pongo hasta a 280 km/h. En el circuito es el único momento en que estoy 100% enfocada en algo.
-¿Competirías en pista?
-Si, probaría un año en categoría Stock , para eso me gustaría tener una Yamaha R1. Creo que me la voy a comprar más adelante.
-¿Qué te atrae de subirte a una moto?
-Montar algo es muy instintivo, es otra conexión. No es como manejar un auto, es una amistad que tenés; vos cuidás a la moto y ella te cuida a vos. Suena medio loco decirlo, pero pensás: “Motito no me tires al piso..”
-Perdón, ¿le hablás a la moto?
-Telepáticamente, sí (risas). Cuando venís metiendo embrague, bajando cambios a full, decís: “No me tires en esta, bancame que vengo a 250 km/h y tengo que bajar a 80”. Acá no hay mucho margen de error.w