Pasión por el motocross

Dalila Hidalgo

“Voy a viajar a Estados Unidos y voy a correr con mujeres”. Esa fue la bandera a cuadros de una mendocina que sabía desde pequeña que lo suyo era el motociclismo, especialmente, el motocross. “Cuando tenía 15 años mis viejos no me querían enseñar a andar en moto, me decían que no era para mujeres. Entonces, en vez de fiesta pedí una moto... pero estuve cerca: me regalaron un cuatriciclo. Nada de vestido rosado”, explica Dalila Hidalgo, en charla con Clarín.

Su primer acercamiento a las dos ruedas llegó gracias a su papá Rafael, que andaba en una Honda XR 600 y hacía travesías de campo. Y, obviamente, Dalila lo acompañaba. “Empecé corriendo en enduro, a campo traviesa, y también me iba al colegio y a la escuela en el cuatri. Después me compraron la moto porque andaba a los saltos con el cuatri. Aprendí a andar en una CR 250”, dice esta fanática de los pilotos James Stewart y Stefan Everts.

Hoy, esta kinesióloga que vive en la ciudad de Mendoza, se mueve por la ciudad cordillerana con su Honda 125. “La cross sólo se puede usar en circuito, ya que está preparada para competición. Por ejemplo, no tiene luces reglamentarias”, acota Hidalgo, que forma parte del equipo KTM Argentina (uno de los teams del campeonato argentino), además de haber corrido para Kawasaki-chile.

-¿Cómo entraste en la competición?

-Cuando tenía 25 años una team manager me llevó a correr a Buenos Aires y después viajé a Estados Unidos. Por entonces vivía con el equipo Leocata Motos, ellos me esponsoreaban y así podía vivir de esto. Ibamos a distintos circuitos de Buenos Aires para entrenar sin parar.

-Y después llegaste a Estados Unidos...

-Sí, se corrían unos Juegos Olímpicos de motocross en Florida y nos fuimos a entrenar antes a California, la otra costa, ya que habían más pistas allá. Mi mayor logro fue salir primera entre 25 mujeres, en el circuito de Glen Helen, la mejor pista del mundo de motocross. Además llegué a correr junto a Jessica Patterson, que es como jugar al fútbol al lado de Messi. Y tengo un sueño pendiente: tener mi escuela de motocross: enseñarle a los más chicos sería lo máximo.w