Un cuarteto de viajeros sentado a la orilla del fuego
La banda de Don Torcuato se presenta hoy en La Trastienda. “Estamos alejados del rockero pomelo”, dicen.
Ya desde su nombre, Todo aparenta normal, es una invitación a repensarnos musicalmente, poéticamente, socialmente y humanamente. La banda de Don Torcuato formada por los hermanos Nicolás y Juan Pablo Alfieri, junto a Alexis Koleff y Albano Barzán, presentará esta noche en La Trastienda su tercer disco: En el desaprender. La pregunta, entonces, sería: ¿Qué es la normalidad y para quién? “Era un latiguillo sarcástico que usábamos cuando pasaba algo que era “normal” y a nosotros nos hacía ruido. Nos gusta reflexionar y usar el doble sentido para pensar sobre qué cosas nos acostumbramos a ver como “normales” cuando en realidad no deberían serlo”.
La banda viene de una temporada viajera. Estuvieron girando por Europa y pasaron un verano a puro fogón y guitarreada componiendo a la vera del Lago Traful, en el Parque Nacional Nahuel Huapi. “Lo aprendido es lo que uno no cuestiona. Es llenarse con toda esa información que recibimos desde la infancia. Desaprender es hacerse cargo de que uno tiene un valor y una decisión ante lo que nos viene dado. Cuando logramos sentirnos tamiz para tomar partido por algo”, agrega Nicolás, voz de la banda.
-¿Qué desaprendieron acerca de lo que significa tener una banda? -
Juan: Desde lo humano, siempre estuvimos muy alejados del rockero pomelo. Somos cuatro pibes que nos juntamos a tocar y ya. Igual que cualquier otro, sólo que bajamos la información que nos llega y sus sensaciones en música. No nos rige el patrón del hit o la canción normal, en este disco desaprendimos mucho. Tocando las canciones en cuatro guitarras y cantando, sin electricidad, volviendo al origen.
-¿Cuánto influyen los viajes en esto?
Alexis: El aislamiento más poderoso hoy es no tener señal, lo más lindo que te puede pasar. Generás otro vínculo con el ahora, con lo real, con las miradas, con la naturaleza. Nicolás: Somos una banda viajera. Los momentos más inspiradores para la composición surgen en los viajes, en el contacto con la gente. Necesitamos irnos. Es inspirador ser simples y el fuego tiene algo mágico, suelta cosas, conectás con una profundidad muy grande.
-En “La dicha de los cobardes” dicen: “No soy sensatez, soy sentimiento”.
Nico: El cobarde está quieto. No toma riesgo. Tiene que ver con un pseudo confort, una tranquilidad inverosímil. “Aquellas aguas no nos deben mojar”, dice y se queda en la orilla. Nos tocó nacer en este lugar y hay ciertos juegos que tenemos que jugar, pero no por eso los damos por válidos. “La eterna duda de la certeza que da el civilizador”, es algo que nos decimos para adentro también. Uno es su propio civilizador. Por algo no estamos en una montaña.
-Hablan de la importancia de las señales. “Aquelarre”, una de sus canciones, es un encuentro de brujos. ¿Por dónde pasa su misticismo?
Nico: Hay cosas que no podemos ver con los ojos y realmente suceden. Tuvimos episodios extraños. Esa canción habla de una experiencia real. Nos encontramos con un aquelarre en Amsterdam, en el medio de un bosque. Un encuentro de mujeres todas vestidas igual, encapuchadas abajo de la lluvia, de noche, haciendo oraciones tomadas de la mano, movimientos. No podíamos dejar de mirar, pero sabíamos que no estaba bueno. Una energía muy extraña. Nos fuimos.
-El productor del disco fue Twetty González. ¿Cómo fue su trabajo?
Nico: En el proceso creativo llega un punto en el que estás tan viciado de ese romanticismo sobre la canción que terminás peleando las partes. No fuimos a buscar un tipo que nos acartone y nos diga cómo hacer las canciones, sino alguien en quién confiar para darnos certezas. Nos pareció muy sincero. Nos brindó el aporte justo, la data de un sabio.
-¿Sienten que estamos ante una generación dorada del rock argentino?
Nico: Sí, como respuesta a una monotonía que fue visible. Tiene que ver con lo que es mainstream o no. ¿Qué sale en pantalla y qué no? Hoy la movida emergente hace tanto ruido que ya no se puede disimular. El rock debe ser rupturista.