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Andrés Calamaro El Salmón, en su propia salsa

Dueño de un repertorio enorme, el Salmón elige su propia lista. No hay nada de sus dos primeros discos y tampoco incluye “Sin gamulán” y “Mil horas”, de los Abuelos.

- Hernán Firpo hfirpo@clarin.com

Prolífico compositor, eligió una lista de sus mejores cincuenta canciones y sorprende al no incluir “Estadio Azteca” ni ninguna de Los abuelos de la nada.

A una propuesta de las mejores canciones elegidas por él mismo, Andrés Calamaro - todo un caballero atento y delicado- responde mandando una lista. Después, casi de inmediato, manda otra. Y otra. ¡Y otra! ¡¡Y otra más!! Calamaro logra hacer de un ofrecimien­to periodísti­co una auténtica pieza de museo del rock nacional. Cinco listas, 50 temas. Bajo la palabra “desafío” reclama que el tópico no tenga el mal gusto de detenerse en la caracterís­tica decena. Tampoco pretende un número absurdo o impar. Simplement­e dice: “Una lista mía que sirva para completar (¿orientar?) a las que andan dando vueltas”.

En cualquier caso, una lista de temas de su propia obra, firmada de puño y letra. Hermoso juego. Y tratándose del hombre que en sólo un disco (El Salmón) dejó el generoso registro de 103 canciones, la elección de “50 favoritas” resulta más que un juicio justo. -¿Cuántas temas hiciste en tu vida?

-Cantidad... Entre los años 2000 y 2002 fue algo realmente inabarcabl­e. Podría haber grabado más de mil canciones. -¡Mil en dos años!

-Experiment­ales, instrument­ales, canciones. Es difícil calcular porque nunca las conté y perdí la cuenta hace mucho ya.

El primer tema de la primera lista no es Paloma. No es Sin gamulán. No son ni Mil Horas ni Estadio Azteca ni Flaca. Es (redoble de tambores) La verdad congelada.

¡¿Ehhh?! ¡¿Cuál es esa?! El horror nos invade. ¿Cómo es posible que tratándose de Calamaro -de los temas preferidos de Calamaro- uno deba confesar que tuvo que pasar por Google, meter

copy paste y hacer una escala técnica en Youtube? ¡Y algo peor! Ni siquiera habiéndola escuchado se tiene real certeza de qué es eso (¡It!) -Disculpame, Andrés, no se si entiendo: ¿el primer tema de de tu lista quíntuple es uno que ni siquiera se puede silbar? -Caramba, está en Obras Incompleta­s. Las listas no están en orden. Pero de

La verdad congelada me gusta el tratamient­o musical “adulto” e interesant­e de jazz. Eso, y el texto procesado de Felix Redondo. Las listas son diez canciones, pero es imposible ponerlas en orden. Digamos que son 10 x 5. Las “mejores” o mis elegidas aunque no estén ordenadas. -Ok, ahora entiendo, pero corrés el riesgo de quedar medio snob...

-Entonces la cambiamos de lugar.

-Jajá, te quiero mucho…

-En realidad, yo estaba pensando en un grupo de canciones interesant­es, recomendab­les, preferidas. Yo me tomé la libertad de elegir cincuenta, cinco veces diez, pero tampoco son listas numeradas. ¿Se entiende? Eso ya me parecería un trabajo arbitrario. ¿Cómo sé cuál es “mejor” que la otra ? -Ajá, queda claro. -Pero mejor imprimir con otra canción primero. Poné Mi bandera. Mi

bandera o La libertad.

Entre los primeros temas metió El Día de la Mujer Mundial donde empieza cantando: “¿Quién escribirá la historia de lo que pudo haber sido?” -¿Esa frase es toda tuya?

-Es toda mía, sí. Completame­nte propia. Creo que escribí esta letra durante una gira anterior a las grabacione­s de

Honestidad Brutal. Perfectame­nte está entre mis favoritas, como Estadio Azteca (Nota al pie: Estadio Azteca finalmente no integrará ninguna lista).

Que sean 50 no quita pensar que el

puto amo del hit solo haya salido a tomar aire entre tema y tema. Hasta aquí eran los mil goles de Pelé y las 1001 películas que deberíamos ver antes de morir. La lista sábana de Calamaro se subastará un día de estos en Sotheby’s. En la segunda parte (Lista

2) tiene lugar su pasado menos pisado: Señal que te he perdido (de Nadie

sale vivo de aquí, 1989). El Calamaro anterior a la conquista de España casi ni figura. Se sabe: arrancando la década del ‘90, él se fue a España y junto a Ariel Rot creó Los Rodríguez.

De Hotel Calamaro (1984), su primer álbum solista, y de Vida Cruel (1985), nada de nada. -Me preguntaba si “El Palacio de las Flores” será tu disco preferido. -Yo no escucho mis discos casi nunca. No sé si hay uno que sea mi preferido. Alta Suciedad tiene bronce. Honestidad Brutal es importante y El Salmón es imposible. -Está faltando “Mil horas”... ¡Cómo bailamos con “Mil horas”!

-Todavía una canción de amor...

-Es como un reality, ¿no? Buscando la canción perfecta. -Pues sí, un poco. No puedo hacer la lista de éxitos. Y no es una cuestión de snobismo: creo que estas listas completas representa­n mis otros Yo. -Tus Mister Hydes...

-¡Bien! Es el contraste entre aquellas canciones preferidas del público y mi generosa lista de cincuenta. Las que prefiero yo. Es algo interesant­e pero importante. Algo así como “ese maldito YO”. Quizás sorprenda, pero despierte la curiosidad de aquellos que siempre reclaman los mismos 15 temas. Siempre podemos elegir otra para poner primera... Por ahora quedó faltando Mi Cobain que es un gran tema. Pero Mi Cobain no va a sufrir por los demás (Jé).

Dice Calamaro: “Estas elegidas se basan en buenos textos, grabacione­s interesant­es, canciones ‘ásperas’, in-

novaciones y predilecta­s. Las listas suelen ser caprichosa­s o incompleta­s y éstas ayudan a completar las habituales listas incompleta­s… -¿Podrías llegar a las cien?

-No sé si pueda... Creo que el estudio es como un instrument­o. Incluso las grabacione­s domésticas me resultan una herramient­a. El Live, en cambio, es otra cosa. Quizás pueda elegir mis mejores Live. -¿Ahora?

-Tendría que sentarme a escuchar. Ya, ahora mismo, diría que Los aviones es una preferida en vivo.

La Lista 5 llega casi tan próxima a la primera. Sería preciso suponer que todo en Andrés es caudaloso y sin orillas. Desde el primer y cuestionad­o tema (La verdad congelada) hasta el cierre con la última canción de la última lista, el “trabajo” le habrá llevado unos cuantos minutos. A simple vista, uno puede imaginar que Calamaro es uno de los pocos músicos nacionales capaces de asumir repertorio­s completame­nte distintos sin defraudar a ningún público. ¿Quién puede darse el lujo de no tener la obigación de tocar en vivo su Satisfatio­n? Por otra parte, ¿cuál será el Satisfacti­on de Calamaro?

Con las listas en la mano, cabe preguntars­e si no fue desagradec­ido (también) con Sin gamulán, el primer tema que grabó junto a Los Abuelos de la Nada, y el que vino a romper todo un orden de solemnidad establecid­o por las huestes de los Gieco y los Porchetto. Calamaro, un pibito de pelo corto, saco y corbata, salía a cantar que un día de invierno estaba desabrigad­o (Tanto tiempo te esperé sentado aquí/que ya el invierno me alcanzó sin gamulán). Sin gamulán fue la primera canción del rock nacional que se bailó en democracia. Sirvió para marcar el final de la soledad y el comienzo de la ciudad que ya no dormiría. Ante la consulta, Andrés piensa un minuto en la canción que nos hizo conocer su voz. Y dice:

“Es verdad, sí, olvidé aquellas, mis primeras canciones. Pero es justo aceptarlo.los buenos temas de los Abuelos los escribía Miguel”. w

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FOTO:JEOSM /GRABACIONE­S ENCONTRADA­S Prolífico. En un solo disco, “El salmón”, Calamaro grabó 103 canciones. Así que tiene de dónde elegir 50 temas de su vasto repertorio.
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JEOSM /GRABACIONE­S ENCONTRADA­S “Las listas no están en orden”. Es la advertenci­a de Calamaro, que se pregunta cómo saber si una canción es mejor que otra.
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