Gira nacional del escritor desconocido
-¿Cuántos lugares recorriste de la mano de tus libros?
-Uff, tendría que hacer memoria, pero fui a muchos más de los que me hubiera imaginado. Primero empecé con colegios de la Capital y el Conurbano, pero un día me llamaron de la ciudad de Bolívar, que está a 500 kilómetros, y resultó todo tan bien que me volvieron a llamar... volví varias veces. Llevo el registro de esas visitas por las notas que me hicieron en el diario local.
-¿Dónde más?
-La Feria del Libro de Moreno. Tigre, Rincón de Milberg, Salón Municipal de Lanús, Marcos Paz... ¿Sigo?
-Sí.
-Mar del Plata, Chacabuco, Chivilcoy, Colonia Santa María, Coronel Suárez… Esta historia es interesante, porque es una zona de inmigración alemana. Bueno, además hice un master de posgrado en Literatura Latinoamericana en la Universidad de Maryland, Estados Unidos.
-Eso no cuenta.
-El mes que viene me voy a Sierra de la Ventana. Me olvidaba de que también fui a Bella Vista, provincia de Corrientes, y Villa la Angostura, Neuquén. Recién acabo de llegar.
-Tengo entendido que sos autor, editor y distribuidor a domicilio en cualquier lugar del país. Cumplís como nadie el lema de la Feria del Libro: “Del autor al lector”, sin intermediarios...
-Acompaño mis libros, sí. Es cierto que si visito un lugar, también averiguo cuáles son las principales librerías y les dejo a los dueños libros en consignación, confiando en que al año siguiente me vuelvan a llamar de la misma localidad. De hecho, sucede. Un año después me encuentro con los mismos libreros y me cuentan cuántos ejemplares vendieron.
-Fabián Casas habla de vos, ¿sabías?
-¡¿Casas?! ¿El poeta? ¡Qué maravilla!... ¿Es Casas o Casa?
-¿Cómo se arma un circuito por fuera de la promoción editorial?
-El circuito es espontáneo. Además de mis novelas y cuentos, yo tengo una serie de libros que tratan temas escolares: leyendas de América Latina, de Argentina, y también tengo uno de Mitología para niños. Yo armo el contacto: me presento como escritor y eso ya es bastante atractivo porque no hay muchas ocasiones en las cuales los chicos, por ejemplo, puedan conocer a un escritor de carne y hueso.
-¿Te presentás diciendo: “Hola, soy escritor” y te invitan?
-A La Angostura fui porque se bajó un ilustrador conocido que vive en Bariloche, Pablo Bernasconi. Me hosperdaron en un hotel maravilloso. Un lujo. Gente muy amable. Yo mando una carta de presentación que dice así –y pasa a leer en voz alta-: Hola, amigos, ¿cómo están? Espero que bien. Soy escritor, de Buenos Aires. Tengo varios libros publicados y cierta trayectoria. Les mando información más abajo, pero confío también en el boca a boca que se da siempre entre las comunidades de escritores. Lo que les quiero pedir es si existe la posibilidad de participar en la Feria del libro de 2017. Estoy muy interesado en presentar allí mis libros. Les escribo con tiempo, para ver si pueden hacerme un lugar. Espero que la propuesta interese. Espero su respuesta y que se encuentren bien, Atentamente.
-¿Cómo es vivir de la literatura?
-Se vive y con eso alcanza. Hay una recompensa espiritual que hace mucho bien. Cuando veo las fotos de viaje reparo en que me cambia la cara y que muestro una felicidad de la cual muchas veces no me doy ni cuenta. Hay otro contacto que puede hacerse en lo destinos, ¿sabés cuál es? Las bibliotecarias. Son amorosas y fomentan mucho la lectura.
-¿Sos autor de muchos libros?
-Diez libros. Esto tiene una explicación: cuando yo iba a las editoriales con mis cuentos, me decían que no era un autor conocido, hasta que en la editorial Lea me sugirieron buscar, justamente, un tema conocido; o sea, los libros iban a vender por el tema, sin importar tanto el autor, según las sabias palabras de Adrián Rimondino, editor de Lea. Fue así. La publicación de estos libros permitió que yo publicara los míos.
-¿Sobre qué estás escribiendo ahora?
-Sobre el rey Sebastián de Portugal. Me gustaría, algún día, que me inviten de ese país, ya que toqué un tema vinculado a su historia. Siempre pienso que es difícil que un europeo escriba sobre San Martín, pero que un argentino escriba sobre historia portuguesa debe producir curiosidad... ¿Vos sabías que en mis presentaciones de libros -supongo que lo sabés- yo voy con músicos, cuentacuentos, invitados...?
-La gente por ahí no lo recuerda: aclaremos que vos también sos una suerte de “curador” de presentaciones de libros, ¿no es cierto?
-Es que el tema no es editar, sino difundir. Sigo sosteniendo que la presentación de libros es la
vernissage más tardía del arte. Creo particularmente que hay que creérsela un poquito.
-Una vez en la presentación de un libro en la Biblioteca Nacional había salamín de campo y ferné. Vos dijiste: “El cabernet no se usa más”.
-No lo recuerdo, pero comprendo dónde vas. Si se hace una presentación de... no sé, de una biografía de Muscari, ponele, habría que servir naranja Crush en vasos de plástico…
-¿Y para un libro de Martín Sivak?
-Mmmm, dejame pensarlo.
-¿En qué estábamos...?
-Me enteré de la feria del Libro en Villa La Angostura y les escribí. Me encontré con una respuesta que decía “dale para adelante”. En muchos casos es así: si me pago el pasaje, ellos me cubren comida y estadía. Empecé a averiguar y el viaje en micro tarda 24 horas y no me convenía. El avión es caro. No me convenía por la plata, pero pensé que más allá de recuperar el dinero, podía ser un viaje personal, un autoregalo.
-¿Sos de autoregalarte?
-Sí, claro. También estuve en Pinamar, y no sé si me estoy olvidando de algún otro lugar. Me autoregalo, pero en realidad vendo más libros de los que imagino y puedo amortizar los viajes.
-¿En La Angostura fue así?
-Sí. Y se agotaron.
-¿En qué lugar te ubicarías entre el “éxito” y el “fracaso”?
No sé si estoy cerca del éxito o del fracaso, no lo pienso así. En realidad, uno podría pensar en todas las veces que lo rebotaron a García Márquez y no perder las esperanzas. Pero también encontré otra manera que evita ese desgaste: a mí, la publicación independiente me da resultados. Me gustaría visitar muchos más lugares. Hay ferias en todo el país.w
“En realidad, uno podría pensar en todas las veces que lo rebotaron a García Márquez y no perder las esperanzas...”