El dream team de arte mexicano en el Malba
Son grandes obras de más de 170 artistas de la primera mitad del siglo XX. Está el Rivera cuya venta fue récord.
El Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires el jueves reinaugurará parte de su edificio y aprovechará la ocasión para presentar una muestra que promete ser un hito, “México moderno: vanguardia y revolución”: más de 170 obras de artistas mexicanos fundamentales, como Diego Rivera, Frida Kahlo, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco, Remedios Varo, Eleonora Carrington y Rufino Tamayo, entre otros.
Entre los dibujos, pinturas, fotografías, grabados y documentos que se presentarán hay algunos que se destacan , como el autorretrato de Frida Kahlo con un mono y un espejo, Fulang-chan y yo (de 1937): es el primer autorretrato en que la artista se pinta junto a una mascota, su mono-araña Fulang-chan. Una de las curadoras, la argentina Victoria Giraudo, explica: “La obra también tiene un marco del folclore popular mexicano, oaxaqueño y un espejo ubicado al lado de la pintura, que refleja al público que la observa en la misma escala que el autorretrato de Frida”. Perteneciente a la colección del Museo de Arte Moderno de Nueva York (de donde no había salido hasta ahora), es una pintura que Frida pintó en 1938 y regaló a su amiga Mary Sklar, una de sus mecenas. En ese momento, la artis- ta era amante de León Trotsky: se trataba de una época de libertad, cosmopolitismo y vida moderna y bohemia para los artistas mexicanos. “Cuando Frida pone el espejo en un marco también oaxaqueño está invitando a su amiga a ser parte de la obra”, explica la curadora. La misma artista se lo aconsejó a Sklar: le dijo que debía colocar el autorretrato y el espejo uno al lado del otro, así la mecenas podría contemplarse siempre al lado de la artista. Recordemos que Frida tenía una obsesión con los espejos; los ponía por todos lados en su casa. Quizás, como una forma de sentirse acompañada, ya que regularmente sostenía que se sentía sola.
También se destaca Baile de Tehuantepec, la pintura de Diego Rivera que Eduardo Costantini, el dueño de Malba, compró el año pasado por 15,7 millones de dólares. Es la obra más importante de Diego Rivera en una colección privada fuera de México y Costantini pagó por ella el precio máximo en la historia del arte latinoamericano.
Los trabajos de esta muestra vienen de colecciones públicas y privadas de toda América. La exposición fue organizada en conjunto con varias instituciones mexicanas y en especial con el Museo Nacional de Arte de México e intentará demostrar que el muralismo mexicano sí, fue importantísimo, pero que durante esos años de Modernidad -primera mitad del siglo XX- en ese país del norte también ocurrían otras cosas en el terreno del arte, igual de importantes. Una de las curadoras de la muestra, la argentina Victoria Giraudo, comenta al respecto: “Si bien el muralismo es un referente del período y la exposición incluye algunos ejemplos de pintura monumental transportable, buscamos también indagar en los múltiples mecanismos que se dieron en la época”.
Otra de las grandes obras que podrán verse en el Malba es Accidente en la mina, de 2 metros de ancho por 1,50 de alto, pintado en 1931 por Siqueiros. Es interesante ver esta obra “en grande”, porque Malba tiene sólo su boceto a lápiz, en una escala mucho más reducida.el Paisaje zapatista de Rivera (una pintura cubista de 1915) y su Retrato de Martín Luis Guzmán (mismo año, mismo autor), serán joyitas que el público podrá apreciar. El sueño de la Malinche, un trabajo de un artista quizás no tan conocido como los anteriores, Antonio Ruiz, para mí también es esencial”, explica Giraudo, “porque la Malinche fue la amante del conquistador Cortés y como tal, actuó como traductoraentre él y el pueblo originario de México”.
¿Pero por qué habría que realizar esta muestra en Buenos Aires? ¿Acaso hay motivos específicos para esto? Las curadoras -Sharon Jazzan Dayan y Ariadna Patiño Guadarramacontestan que sí, que durante la primera mitad del siglo XX México y Argentina tuvieron una amplia relación cultural. “De hecho”, comenta Sharon Jazzan Dayan, “Siqueiros viajó a Argentina en los años 30 para promover el muralismo como forma de arte para el pueblo, e incluso pintó el mural Ejercicio plástico" (la espléndida obra que ahora está en el Museo Casa Rosada). "Siqueiros tuvo resonancia en artistas como Antonio Ber-
ni, quien luego inventó sus propios murales móviles”, dice Jazzan Dayan. La pregunta del millón es cuán presente está la Revolución Mexicana
en esta muestra. Contestan las curadoras: “Mucho del arte mexicano del siglo XX estuvo marcado por la Revolución. Se puede ver en el idealismo de Rivera y en la crudeza de Orozco. O en movimientos como el Muralismo, impulsado desde el Estado”.
La exposición será un regalo para los amantes del arte latinoamericano. Si usted planeara visitarla, no deje de pasar por las extrañas pinturas de Remedios Varo y las obras de la surrealista Eleonora Carrington. Malba decidió inaugurar la muestra y las reformas edilicias… el 2, Día de los Muertos, una celebración importantísima en México, que simboliza tanto el paso de la vida a la muerte como el renacimiento. Y se celebra con música, comida y baile. Aquí habrá dos altares en la explanada del Museo y una ofrenda dedicada a las víctimas del sismo en México.