Dos estilos opuestos que suman
Yésica Miño (29) y Natalia Depascuali (30) se conocieron a través de sus maridos, que juegan al fútbol en el mismo equipo amateur. Natalia trabajaba en turismo y Yésica, diseñadora industrial, la fue entusiasmando para que le picara el bichito del mundo de la moda. Finalmente, Natalia estudió y se recibió de diseñadora de modas. Es que tenían ganas de emprender algún negocio juntas, que tuviera que ver con la ropa. “Desde antes de empezar ya teníamos el nombre de la marca: ‘Bendita conjura’ -comentayésica-. Queríamos un nombre que nos remicca presentara, que nos diera identidad. Natalia es naïf, más angelical, y yo soy más rockera”.
A simple vista, las amigas y socias son diametralmente opuestas. Natalia es nívea, con gestos suaves y cierta inocencia. Yésica, en cambio, tiene tez mate, mucha potencia y sensualidad. “Somos antagónicas, pero nos complementamos. Somos dos mujeres distintas en estilos de vida. Ella es vegetariana y yo soy recarnívora”, resume con una sonrisa, la morocha.
Con el nombre definido, empezó la marca con 50 prendas: remeras, calzas, blazer de lycra, pantalones oxford y un vestido. “Empezamos con 45 mil pesos y cuatro o cinco artículos; algunos nos acompañan desde nuestros inicios, hace tres años”, revela Natalia. Una vez que tenían las prendas hechas, abrieron un showroom con venta al público, los fines de semana. “Soñábamos despiertas que la gente veía lo que hacíamos -dice Yésica-. Hasta que a los seis meses abrimos un local en un shopping de Villa del Parque. Era un proyecto chiquito: diseñar y armar pequeñas colecciones. Pero fue un antes y un después. Armamos el local, le imprimimos nuestra identidad e hicimos la gráfica. Recuerdo que trabajábamos por las noches, sábados y domingos. Teníamos miedo por lo que pudiera pasar, pero la respuesta de la gente nos incentivó más”.
Al año de haber iniciado las actividades, el local les quedó chico y se fueron a uno que daba a la calle, mucho más grande, en el mismo barrio. “Este local nos impulsó a generar nuevos desafíos. Empezamos a querer algo más grande, a expandirnos -reconoce Natalia-. En esa época hicimos nuestro primer desfile en el hotel Hilton. Ahí hubo otro antes y después en nuestras vidas. Explotaron las redes sociales y la marca empezó a sonar”.
El año pasado Natalia y Yésica dieron un paso más: abrieron un showroom en Palermo Soho. “Queríamos acercarnos al centro de la moda, donde están instaladas las marcas -dicen-. También hacemos ropa para clientes con locales multimarcas que tenemos en Santa Fe, Entre Ríos, La Pampa, Buenos Aires y Córdoba”. Las diseñadoras, que hacen cinco mil unidades mensuales, tienen el objetivo claro. “Nuestras prendas son funcionales y cada colección se adapta al estilo de vida de la mujer multifacética y activa”, aclaran. Y Abrieron otro local.w
Nuestras prendas son funcionales y cada colección se adapta al estilo de la mujer actual, multifacética y muy activa.”