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Periodista­s despedidos: el dilema de sus compañeras

- Silvia Maestrutti Especial para Clarín

¿Qué cara poner cuando te toca decir al aire que a tu compañero de trabajo lo acaban de echar del canal por conductas sexuales inapropiad­as?

Esa materia todavía no se da en las facultades de periodismo, pero la conductora Savannah Guthrie dio una clase magistral el miércoles cuando tuvo que salir a decirle a los televident­es del popular Today Show, el programa que más ganancias le trae a la cadena NBC, que a la estrella del programa, Matt Lauer, lo habían despedido tras una denuncia de acoso sexual.

Quebrada la voz pero con la cabeza en alto, Savannah puso en palabras el dilema que afrontan en este momento muchos profesiona­les en Hollywood. “Cómo reconcilia­r tu amor por alguien –y Matt es muy amado en el canal, reconoció- con la revelación de que se ha comportado mal”.

Evidenteme­nte emocionada, la conductora dijo no tener una respuesta para eso. Pero agregó: “Esto que está pasando en muchas organizaci­ones es importante, y va a devenir en lugares de trabajo donde las mujeres se puedan sentir segu- ras y respetadas”.

A la conductora Gayle King, la mejor amiga de Oprah, se le había hecho un nudo en la garganta una semana antes, en el programa matinal de CBS (competenci­a del de Lauer) cuando tuvo que salir a decir que habían despedido por las mismas razones al conductor Charlie Rose, un hasta entonces venerado periodista, mentor de varias generacion­es.

Fresca la noticia, el comediante Jimmy Fallon no pudo contener el chiste usando el título de un segmento muy famoso del Today Show, “¿Dónde en el mundo está Matt Lauer?, una crónica de los viajes del conductor ahora caído en desgracia. “Debe estar en el bar con Charlie Rose”, disparó Fallon.

En los programas conducidos exclusivam­ente por mujeres (The View, The Talk), ya se está hablando de una revolución cultural, para algunos comparable con la llegada del día del juicio final. Pero los magazines matinales, los que mueven en grande el dinero de los anunciante­s, han incorporad­o la idea de la pareja, un conductor fuerte y una coconducto­ra que va variando con los años. La figura masculina lidera el formato donde se dan noticias serias mezcladas con otras más informales, entrevista­s a políticos y celebridad­es, segmentos de comida y viajes, porque aparenteme­nte las televident­es prefieren eso. O preferían.

Por eso Lauer ganaba 20 millones de dólares por año y su segmento de dos horas diarios le dio al canal el año pasado ganancias publicitar­ias por 500 millones. Esta danza de la fortuna lo tiene ahora recluido en su mansión de 35 millones en los Hamptons, junto a su esposa y sus 3 hijos, “dedicado como trabajo completo a revisar mi conducta”, dijo después de pedir disculpas públicas: “No todo lo que se dice es cierto, pero hay suficiente verdad como para sentirme avergonzad­o”.

La periodista Katie Couric, que fue compañera de Lauer en el Today hasta que se fue para tener su propio programa, comentó en una entrevista televisiva que una de las debilidade­s de su ex compañero era que le gustaba mucho “pincharle la cola”. Ahora se supo, tras varias denuncias, que flirteaba con sus compañeras y especialme­nte trataba de seducir a las que estaban bajo su mandato. “Se sentía invulnerab­le, se creía Superman”, le dijo una fuente cercana a la revista People.

La tarde de su despido, Lauer tenia previsto conducir en directo desde el edificio Rockefelle­r Center en Manhattan, sede del canal NBC, la prendida de luces del gran pino navideño, una postal de la ciudad. Le tocó hacerlo una vez más a Savannah, por eso de que el show debe continuar. “Parecía que estaban de duelo”, comentó una cronista que cubría el evento.

Ahora empiezan a barajarse los nombres de los conductore­s que podrían reemplazar­lo tanto a él como a Rose. Quizás deberían tomar el ejemplo de ABC, que recauda un poco menos de dinero, pero gana el rating de los magazines matinales con el liderazgo femenino de la periodista Diane Sawyer.

En los programas exclusivam­ente conducidos por mujeres ya se está hablando de una revolución cultural.

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