Más curadoras en Arcomadrid 2018
Entre el 21 y el 25 de febrero tendrá lugar Arcomadrid y da curiosidad saber cómo habrá de sostenerse -de modo fértil y visible- la oportunidad de 2017, cuando Argentina tuvo el lugar de Honor en la feria española. Este año no hay un país homenajeado, sino que el tema de investigación girará sobre la pregunta por el Futuro, bajo la invocación de una cita borgiana. “El futuro no es lo que va a pasar sino lo que vamos a hacer”, tal el título elegido por la curadora Chus Martínez, hoy comisaria en el Instituto de Arte y Diseño de Basilea. También participan las curadoras Elise Lammer y Rosa Lleó. La idea, explican, es recrear “un espacio que permita imaginar, producir y proponer” visiones de la complejidad que se avecina.
Son siete las galerías argentinas que irán a Arcomadrid, contra las doce de 2017. Según Julia Converti, de arteba, de todas formas es un buen número. Estas son Jorge Mara Laruche, Del infinito, Ruth Benzacar, Barro, Henrique Farias, Calcaterra y Zmud. Converti considera “clave que quede una presencia argentina activa después de la Feria de 2017”. Según ella, uno de los aspectos destacados fue, además del primer plano internacional para el arte argentino, el hecho de que viajaran coleccionistas locales para seguir el panorama globalde galerías. En otras palabras, a los argentinos “se les amplió el apetito” por el arte.
Sobre la cosecha simbólica y material, un año después de ser el país invitado, el director de Arcomadrid destaca que las ventas fueron positivas tanto para los artistas como para las galerías participantes. En diálogo telefónico, Carlos Urroz subraya la importancia de la donación de Patricia Phelps de Cisneros -39 obras de artistas latinoamericanos para el Reina Sofía, que incluyen a argentinos como Luis Benedit, Osías Yanov y Matias Duville. Cisneros también hizo una donación al MAMBA de Buenos Aires. Urroz lo vincula con este salto propiciado en 2017.
Pero el mundo del arte quizá no sea el mismo hoy. En diálogo con Andrea Giunta, quien participará de la apertura de ARCO, “por estos meses el foco está en el género. En el país, la acción del grupo ‘Nosotras proponemos’, que reúne a 100 creadoras, ha sido movilizante. El panorama local empieza a estar matizado por esta inquietud; muchos (y muchas) hoy se cuidan de incluir a mujeres y están cambiando la programación”.
El propio Urroz va a este punto: “En esta edición todas las secciones están curadas por mujeres, no porque se lo haya dispuesto así. Las designaciones preceden a los movimientos de #Metoo y Time’s up; cuando lo advertimos, nos gustó que se entendiera como una compensación histórica por décadas de comisarios varones”. Estas curadoras, sostiene, se encargaron de que haya mayor representación y ante todo, “un campo de investigación del arte hecho por mujeres, que tradicionalmente solían aparecer solo mencionadas como musas o compañeras”.
España tiene algo específico al respecto, porque siendo el Museo del Prado el que ostenta la mayor colección de desnudo femenino del mundo, históricamente ha dado nulo espacio a artistas mujeres. La primera pintora que mereció una retrospectiva en el gran palacio fue, a fines de 2016, la flamenca Clara Peeters, pintora de sublimes naturalezas muertas.
Urroz menciona la reciente muestra El surrealismo y ellas, en el Museo Picasso de Málaga, con obras de 18 creadoras, que han estado fuera de la atención crítica, tomadas como mero contorno social o amoroso de artistas varones consagrados. Entre ellas figuran Dorotea Tanning, Leonora Carrington, Dora Maar, Maruja Mallo y Lee Miller. El director de ARCO puntualiza que las ventas de las artistas no necesariamente son más bajas por una cuestión de género, “dado que son otras las circunstancias que influyen en la formación de precios, como el país donde se despliega una obra y la galería que la representa”.