José Palazzo “El festival fue pionero en la apertura de cabeza de la gente”
El creador del encuentro cuenta cómo evolucionó desde sus inicios, y por qué esta edición es especial.
José Palazzo tenía 29 años cuando ideó su primer Cosquín Rock. Transcurría el año 2000, había sido gerente de televisión de VCC y trabajaba en Córdoba, Rosario y Buenos Aires. “Además, tenía un amigo dueño de una disquería, con el que hacíamos los shows en Córdoba. Nada muy grande... Cuando decidimos hacer el Cosquín Rock número uno, nuestra productora empezó a crecer”, cuenta.
“Don Julio Mahárbiz tenía la concesión de la plaza Próspero Molina con Norberto Bacón y Palito Ortega. Un día me lo cruzo y me propuso hacer un festival de rock ahí. No teníamos ni prensa ni publicidad. Y el boca a boca hizo que estallara. Un amigo salió a vender con una cajita registradora de metal y una banqueta. En un momento había seis cuadras de cola para comprar entradas”, recuerda el cordobés, de 47 años, en diálogo con Clarín.
“Esta edición tiene un valor sentimental muy importante: primero porque cumple la mayoría de edad (se ríe), segundo porque coincide con esa fecha histórica del nacimiento, y tercero porque hicimos un esfuerzo muy grande para poder traer algunos artistas internacionales. Hicimos una apuesta económica muy fuerte”.
-¿No especularon por una posible caída en las ventas si lo hacían en tres días, como ocurrió el año pasado?
-No. Si analizás la grilla, son tres días puestos en dos. Entre todas las bandas que hay, lo podríamos haber hecho perfectamente en tres jornadas.
-¿Que haya buenos o malos Cosquín Rock, con respecto a las ganancias, se relaciona principalmente a los humores de la economía?
-Tiene que ver con eso y, suponé, el año pasado, el Indio en Olavarría tocó diez días después del Cosquín Rock y la situación económica era muy delicada. La gente optó por ir a verlo, entonces tuvimos una merma en la cantidad de gente. En 2016, el Cosquín se hizo el mismo fin de semana que los Rolling Stones tocaron en La Plata, así que pasó lo mismo. Los años 2007, 2008 y 20 09 fueron muy buenos. Y las ediciones del 2005 y 2006 fueron muy malas.
- ¿Tenés idea cuánto perdieron en la edición de 2005, luego de la tragedia de Cromañón?
-Fue devastador, perdimos fortunas. Esa edición ocurrió 30 días después de lo que pasó. Perdimos el cien por ciento de los sponsors. El 31 a la tarde, un día después de lo de Cromañón, me llamaron todos los sponsors para decirme que se bajaban, por más que ya tenían contratos firmados. Ahí fue un quiebre en nuestro festival porque mis socios dijeron que no lo hagamos porque íbamos a perder fortunas. Lo hicimos igual.
-¿Qué pasó que finalmente Iggy Pop no va a estar en el festival?
-Se filtró la información, porque en realidad estábamos negociando con su agente. Pero nosotros no habíamos cerrado nada. Nuestra esperanza estaba puesta en Foo Fighters y Queen of the Stone Age. Cuando nos pusimos de acuerdo con el dinero y con mi socio nos abrazábamos, felices, ellos cambiaron a marzo y se nos acabó el sueño.
-¿En qué te basás para la elección de bandas? ¿Sólo en cuestión de ventas y/o promoción?
-No. Hice un tratamiento para dejar las drogas, y no es tan complicado como decirle a una banda que no va a tocar. La mitad de mi sesión con el psicólogo hablo de cosas personales y la otra mitad de los problemas que me genera decirle que no a Catupecu o a Kapanga, por ejemplo. Es como un hijo tuyo, que estuvieron en estos años y esta vez le decís que no. Es bastante traumático y no es posible que estén todos. El problema es que la banda se siente embolada porque no la llamás y el fan de esa banda cree que lo traicionaste porque no la llevaste. Si no te gusta que te puteen, tal vez recomendaría que no te dediques a hacer festivales. Tampoco técnico de fútbol (Risas). Desde que se fue mi hija a vivir a Barcelona tengo un equipo que se encarga de ver bandas de diferentes estilos, que sabe de reggae, de heavy metal y de pop para que nos ayude. En esta curación participaron siete personas, que en otros años no sucedía.
-¿Te preocupa que te hayan etiquetado por defender a ultranza el rock “chabón”?
-No. Estuve en todo el proceso de la vuelta de Callejeros y considero que ese rock fue parte de una etapa muy importante en cuanto a la masividad del estilo en el país. Le guste a quien le guste. En la época de la explosión de Los Piojos o La Renga, que vendría a ser este rock “cabeza”, cobró cierta dimensión, más popular que en esta época. No hay que renegar de los estilos musicales que tiene el rock.
-¿Nunca sentiste chiflidos o algo que pudiera llegar a incomodar?
-Nunca. Por lo general los chiflidos sólo ocurrieron cuando hubo “apologías políticas” o cuando alguno dijo “que se vaya tal” o “venga tal”. Pero en lo musical, y me “toco un huevo”, el festival fue pionero en la apertura de cabeza de la gente.
-¿Te sumó o restó en cuanto a tu imagen salir con famosas como Andrea Rincón o Juanita Viale?
-Yo salí con mujeres famosas porque me gustaban las mujeres con las que salí. La casualidad es que eran famosas. Para mí fue muy traumático salir en las revistas, porque mi exposición tiene que ver con la difusión de mis actividades. Y de golpe, verme atrapado en esa parte me generó mucha angustia e impotencia.