El rap de la Muralla
Este género casi clandestino lucha por salir del anonimato en China, pero el gobierno comunista se opone.
El rap de China parece ser hoy mala palabra en el gran país oriental. Ese es el título de un concurso de rap (basado en Internet) que pasó a la pantalla chica y sacó del anonimato al rap semiclandestino de esta nación.
La primavera que vivió China con la primera temporada de este ciclo furor (que llegó a las 2.700 millones de visitas) parece que llegó a su fin.
El gobierno comunista puso el grito en el cielo e impulsó una dura campaña para “moderar” a estos artistas. ¿El motivo? “Los artistas con tatuajes y la música rap chocan con los valores esenciales y la moral del Partido”, dijo Gao Changli, director de la Administración Estatal de Prensa, Publicaciones, Radio, Cine y Televisión de la República Popular China.
El exitoso debut del ciclo televisi- vo (que arrancó en junio pasado) le dio visibilidad mediática a un género en crecimiento donde los ganadores sumaron fama y contratos.
Pero no todo era color de rosa, el ojo censor del Gobierno seguiría de cerca a los vencedores. Así sucedió con PG One, quien se las tuvo que ver con la ley luego de que se le reprochara haber hecho apología del sexo (¡en una canción compuesta en 2015!) y de haber mantenido una supuesta relación con una actriz casada.
Otro rebelde en la mira fue Xie Di, conocido como Fat Shady, quien llamó -en un tema- “extranjeros estúpidos” a aquellos no nativos.
Pero hoy también están los que tienen cintura política y se acomodan ante el vendaval anti hip-hop. “No tengo necesidad de convertirme en estrella, podría causarme problemas ahora”, dice -vaya paradoja- “Señor líos”, o Mafan Xiansheng (en su lengua de origen) un rapper de Shangai.
Este rapero de 28 años piensa que “hay que ser inteligente”. “Incluso si es un poco liviano y débil, sigue siendo un álbum de hip-hop. Alguien inteligente comprenderá el mensaje entre líneas”, declaró a la agencia AFP.
Con estas eventuales prohibiciones (la segunda temporada de El rap en China es un misterio), el país oriental vuelve al veto de artistas y canciones. Un retroceso cultural más.w