La pluralidad de rasgos del arte actual
El futuro, esa idea convertida en acción, atravesó el corazón de la Feria madrileña, que fue muy visitada.
Chus Martínez, Rosa Lleó y Elise Lammer, las curadoras de la exposición El futuro no es lo que va a pasar, sino lo que vamos a hacer, junto a un diverso grupo de artistas y galerías internacionales, provenientes de distintas regiones, han logrado ubicar su exposición en el centro de las reflexiones de la edición número 37 de esta feria que hoy cierra sus puertas a las ocho de la noche, hora de Madrid. El proyecto se ocupa de vaciar al concepto futuro de la idea de novedad, con la que lo solemos asociar, para invitarnos a pensar en la promesa de proyección que el arte nos ofrece.
El arte contemporáneo está organizado por todo tipo de prácticas en las que conviven distintos lenguajes, métodos, épocas y generaciones. Por ello, en El futuro… se exponen desde los bocetos de la colección de ropa que Salvador Dalí - representado por la galería Mayoral de Barcelona-, diseñó para un empresario en 1965 y que nunca fue fabricada; las esculturas orgánicas y multiformes de Eva Fàbregas, representadas por la londinense Tenderpixel, hasta las investigaciones sobre lo que une y enfrenta a los colectivos artísticos de la joven Ramaya Tegegne (1985, Ginebra), de la galería Maria Bernheim (Zúrich).
Esta voluntad de conjugar pasado y presente, acción social y nuevas estructuras organizativas artísticas, o sexualidad vegetal y robótica, permite descubrir la pluralidad de rasgos que caracterizan el arte de nuestros días.
Es interesante descubrir un proyecto de tales características en un escenario comercial, más cerca de una pequeña bienal que de una de las secciones de una feria de arte, ya que permite ver el intercambio económico desde un punto de vista muy diferente al de una mera transacción. Apoyar económicamente a artistas como Lili Reynaud Dewar, Regina Giménez, Eduardo Navarro, Petrit Halilaj o Teresa Solar Abboud, implica permitirse construir las condiciones para que una obra pueda existir, pero también para que un tipo de artista pueda exponer su trabajo en un espacio de visibilidad.
Diseñada por el arquitecto Andrés Jaque y su equipo, a esta plataforma ubicada al final de uno de los pabellones y cubierta en su totalidad por una alfombra color verde croma, se accede a través de unas escaleras y se la abandona al descender una amplia rampa.
Recorrer el espacio implica literalmente aproximarse a las obras, ya que no presenta la habitual división por stands dedicados a cada artista. A cambio nos ofrece paredes muy bajas donde cuelgan las obras y un entorno de convivencia donde las distintas piezas se mezclan. Como sucede con los dibujos fluorescentes realizados sobre monitores de TV, las esculturas animistas y tótems de Patricia Domínguez, de la galería Patricia Ready, y las vitrinas de objetos de consumo contemporáneo de Maryam Jafri (Laveronica). Ambos grupos pueden verse como parte del mismo ejercicio de antropología radical.
El conjunto de propuestas nos permiten pensar en el papel importante que juegan este tipo de piezas en la sociedad. Su audacia nos habla de apertura, pero también de libertad.
Para profundizar y aportar puntos de vista extra-artísticos las directoras de la sección presentaron el seminario El Futuro: más allá de la bola de cristal.
En un foro circular, habitado por las esculturas móviles de Álvaro Urbano se pudieron escuchar las intervenciones del filósofo Santiago Rico y de Timothy Morton, el principal responsable de desarrollar nuevos puentes entre arte y ecología. Pero también de artistas como Trevon Paglen, Julieta Aranda y Ramaya Tegegne o la filósofa y activista Nina Power. Debatir y definir tanto lo contemporáneo como nuestra actual concepción de futuro fue el eje central del encuentro.
Estas conclusiones, aportadas por Santiago Rico, resumen el tono de las intervenciones del foro: “No somos contemporáneos de nada, excepto de la corporalidad común y de la fragilidad de la naturaleza. Una naturaleza de la cual dependemos, y de cuya supervivencia ella depende de nosotros”.
Y su conclusión fue: “El futuro en nuestro presente irrumpe de manera vertical. Es un rayo que genera un efecto inmediato”.w
El arte contemporáneo está organizado por todo tipo de prácticas y distintos lenguajes.