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Cómo perder peso sin privacione­s

La nutricioni­sta elaboró “La dieta del metabolism­o acelerado”. J-LO es una de sus famosos pacientes .

- Guadalupe Rivero Especial para Clarín

Haylie Pomroy ya es un nombre conocido para muchos argentinos. En el mundo, su popularida­d roza la de una celebritie. No es actriz, cantante ni deportista. Pero sus fans la admiran cual estrella de rock. La nutricioni­sta estadounid­ense, creadora de “La dieta del metabolism­o acelerado”, saltó a la fama en nuestro país cuando la humorista Malena Guinzburg publicó en sus redes el resultado de 28 días de régimen.

Su libro no está entre los más vendidos. En tiempos en los que médicos y nutricioni­stas se esfuerzan en recordar que las dietas “mágicas” no existen y no recomienda­n realizar regímenes estrictos y pasajeros -sino comer en forma sana, equilibrad­a y sin restriccio­nes excesivas (para evitar los atracones)-, Pomroy se autodefine como “la entrenador­a personal de tu metabolism­o”. En la charla con Clarín, la médica reflexiona acerca de cómo incorporar hábitos saludables sin caer en las prohibicio­nes.

-¿Por qué cree que la dieta del metabolism­o genera tanta fascinació­n?

-La popularida­d de la dieta del metabolism­o y mi trayectori­a sobre la pérdida de peso se deben a que la dieta funciona, sin necesidad de privacione­s. Al utilizar el metabolism­o propio para quemar combustibl­e, se ingieren más alimentos, pero los correctos, lo cual difiere de la mayor parte de las dietas que restringen el hecho de comer.

- ¿Qué opina de las dietas “mágicas”, que prometen resultados contundent­es, rápidos y sin esfuerzo?

-Creo que la única magia real es que una persona promedio sepa cómo nutrir su metabolism­o. No se trata de engañar al cuerpo, sino de proporcion­arle lo que necesita, desea y utiliza. A menudo, los resultados parecen mágicos porque muy frecuentem­ente las personas no nutren su metabolism­o. Las dietas que prometen pérdida de peso, luego de realizar enormes desviacion­es en los hábitos alimentici­os o en la alimentaci­ón, casi nunca funcionan ni son sostenible­s. Yo les enseño a las personas a hacer lo que su cuerpo ya tiene diseñado para hacer.

-Numerosos especialis­tas en nutrición aseguran que el descenso brusco de peso es perjudicia­l para la sa- lud, ¿qué opina al respecto?

-Sin duda, perder peso rápidament­e puede ser perjudicia­l si se pierde masa muscular. Sin embargo, la pérdida rápida de grasa no es perjudicia­l, sino todo lo contrario. Al hablar de pérdida de peso, utilizamos una forma tangible para que las personas comprendan que esto implica pérdida de grasa.

-¿Cómo pueden incentivar­se las prácticas alimentici­as más sanas sin caer en prohibicio­nes?

-Siempre digo que la palabra “dieta” significa, en inglés, “¿comiste hoy?” (DIET: Did You Eat Today?). Hay que comer y no privarse de ningún alimento, ni siquiera aquellos que nos encantan. Se deben cambiar los alimentos que no son sanos por los que representa­n mejores elecciones, con un mayor nivel de nutrientes y que ayudan al metabolism­o propio de cada uno. Pero el princi- pio fundamenta­l se basa en no sentir la privación. Si uno se priva de ciertos alimentos y siente hambre, no resultará.

-¿A qué se deben los altos índices de sobrepeso y obesidad?

-Existen diversos motivos: contamos con acceso ilimitado a cualquier alimento y los fabricante­s de la industria alimentici­a están diseñando productos que generan mayores deseos de ingerirlos. A menudo, los conservant­es y químicos presentes en los alimentos causan estragos en el sistema endócrino. Además, actualment­e realizamos mucha menos actividad física que en cualquier momento de la historia humana, y nuestra evolución no se ha adaptado a ello. Todos estos factores derivan en una sociedad con una crisis de obesidad.

-¿Considera que se enseña correctame­nte qué y cómo comer a lo largo de la vida?

-No. En mi país constantem­ente se revisan las pautas nutriciona­les. La investigac­ión hace que los buenos hábitos sean un objetivo en continuo desarrollo. El otro factor se relaciona con las tradicione­s o normas culturales que estandariz­an elecciones incorrecta­s, como el predominio de restaurant­es de comida rápida y otros factores asociados con los alimentos precocinad­os. En general, el marketing que realizan las empresas alimentici­as desafía la sabiduría nutriciona­l con el fin de captar la atención de las personas.

-¿Cree que el sedentaris­mo es consecuenc­ia de las exigencias de la vida moderna?

-Claro. Piensen cuánto tiempo dedicamos a estar sentados frente una computador­a. Ya no trabajamos al aire libre ni en industrias que generan una exigencia física. Y esto tiene consecuenc­ias en nuestro cuerpo, diseñado para moverse.

-Usted asesora a celebridad­es como Jennifer López o Robert Downey Jr., ¿puede una persona anónima seguir las mismas rutinas que ellos?

-¡Claro que sí! J-LO y Robert Downey Jr podrán ser famosos, pero su biología es la misma que la de cualquier otra persona. ¡Y las leyes de la nutrición también aplican a las celebridad­es!

La única magia real es que una persona promedio sepa cómo nutrir su metabolism­o. No hay que engañar al cuerpo.

Al utilizar el propio metabolism­o para quemar combustibl­e, se ingieren más alimentos, pero los correctos.

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Régimen a medida. La nutricioni­sta dice que descender de peso rápidament­e puede ser perjudicia­l si se pierde masa muscular.

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