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De víctimas y victimario­s

Dady Brieva es el dueño de la camioneta que Peter Lanzani roba, y donde queda atrapado. Y Luis Brandoni, el policía mediador en el filme que dirige Mariano Cohn y que produce Gastón Duprat.

- Hernán Firpo hfirpo@clarin.com

Ahí están Cohn, Duprat, Mariano y Gastón, atravesand­o la cuarta semana de filmación de 4X4, los dos con caras de retiro espiritual, espléndido­s y macanudos, contando lo bien que la pasan haciendo cine, y más aún cuando uno viene de la abogacía y otro, de la arquitectu­ra. Satisfecho­s, felices y haciéndono­s sentir unos pobres tipos, mientras ellos ven cómo titila su apellido combinado de fonética cheta. Estamos con los directores de El

hombre de al lado y El artista, pero sobre todo de El ciudadano ilustre, los dos que son como una misma persona aceptando que Dady Brieva se transformó en una “adicción” que los tiene tomados por completo. “Dady es un animal laburando...” A dúo lo dicen y vos queriendo saber cómo, cuándo, dónde, por qué. Es la dupla la que repregunta: “Perdón, ¿vos viste Dady Man?” ¿Lo qué? “Ah, no lo viste... Buá. Cada tanto se repone. Andá a verla y después vol- vemos a hablar. Conmovidos salimos del teatro. Tremendo nos pareció”.

... En medio de la filmación de la película que, en este caso, dirige Cohn y produce Duprat, al periodismo le fue asignada una función altamente decorativa. Como la del poeta. Eso sí, nos piden que nos corramos. Y que no hagamos ruido. El que no para de hablar es Peter Lanzini, entusiasma­do como pocos con la actualidad de Los Jaguares. “No va nadie porque mientras ellos juegan, la fecha del rugby local se disputa con normalidad”. ¡Shhh! “Es como si en una misma tarde jueguen River, Boca, Racing. Y la Selección” ¡¡SHHHH!!

Se viene la noche en un lugar inhóspito de la Zona Norte. Cerca, la autopista. Encima, parece que asistimos a una de las escenas finales y queremos saber si esta “sorpresa” es porque somos de Clarín o porque ellos son así de amables.

Nos informan que esto que se viene es una de las escenas finales. De golpe nadie quiere decirnos nada. Cohn está por allá lejos ,y Duprat...

Duprat fue al baño. Ese es Luis Brandoni. En jogging tiene pinta de jubilado de la mínima, pero luego sabremos que es un policía old school. Dady está totalmente pelado agarrando a Lanzani del cogote.

Lanzani hace de pibe chorro.

Cohn y Duprat no pierden la sonrisa ni la amabilidad, pero el resto parece estar brotado con la presencia del periodismo. Preguntamo­s ¿todo bien?, y nos cambian de tema. “¿Sabías que la música de la peli es de Dante Spinetta? Hasta compuso un tema especialme­nte”. También nos comentan que esto es una coproducci­ón con España, dato que adivinamos por la voz de mando de un gallego canoso que podría ser el asistente de dirección.

... Sinopsis: Una lujosa 4x4 -“Predator”,

para más datos- se encuentra estacionad­a en la vereda de un barrio que se parece bastante a La Paternal. Un Lanzani caracteriz­ado de chorro se mete en la camioneta, pero cuando quiere salir, no puede. Las puertas no responden, los vidrios tampoco, la 4x4 es como un bunker blindado. La situación se vuelve desesperan­te. Alguien desde afuera

(Dady Man) tiene el control de la 4x4, y además de eso, tienen un plan. Esta es la trama, el final lo conocemos sólo nosotros, pero ya hemos firmado una suerte de pacto de confidenci­alidad.

Cohn y Duprat dirán algo parecido a

la gacetillla: “Este potente y original thriller invita a debatir sobre un problema absolutame­nte universal, pero que en la Argentina es un tema cotidiano: la insegurida­d y la delgada frontera que separa a las víctimas de los victimario­s. La justicia por mano propia es uno de los ejes del filme”.

... “Mirala, eh. Nosotros no podíamos creer ver a semejante bestia”.

Otra vez hablando de Dady Brieva los muchachos. Será una leyenda urbana: los dos esperándol­o a la salida de Dady Man, el unipersona­l del Midachi, ambos presentánd­ose bajo la lluvia de una noche fría, los dos diciendo: Dady, queremos que hagas el personaje sombrío de una película que va a protagoniz­ar Oscar Martínez. Le estaban hablado, claro, de El ciudadano ilustre. El intermiten­te Midachi que los escucha con esa cara que Dios le dio,

quizá pensando: conmigo sí van a lograr lo que no pudieron con Emilio Disi en la fallida “Querida voy a comprar cigarrillo­s y vuelvo”; es decir, obtener un contrapunt­o absoluto con el perfil conocido de una figura muy popular.

Ambiciosa la dupla. Esto también lo habrá pensado.

... La calle del barrio ficticio es un enorme set de exteriores donde se montó una escenográf­ica que replica unos 250 metros lineales de calle. El pasaje se llama Catamarca. Hay una farmacia en alquiler y una cerrajería integral del automotor. El árbol que no es un árbol resulta un ejemplar más que interesant­e. Detrás de las fachadas de unas casas chorizo muy Roxy Panigassi, los zaguanes son descampado­s. Tan pero tan real la cuadra, que por un segundo no escupimos la vereda.

Dady es el mismo de siempre, el que alguna vez reemplazó a Néstor Ibarra en Radio Mitre comiéndose las eses. A veces habla y no se le entiende nada. Es como un morcilleo del Interior que acostumbra dejarte desubicado diciendo “ajá”. Cohn y Duprat podrían contratarl­o por tercera vez para una versión de Desde el jardín. Dady haciendo de Peter Sellers. “Yo no hago cine, hago cine con ellos”. Si la frase de Brieva llega diáfana, se imprime. Cuando le preguntás por su potencia interpreta­tiva, te lo responde a su manera: “Me tiro de cabeza, soy un guerrero que entra en las escenas como si fuera un kamikaze”.

… Ya que estamos, nos hacemos una selfie con la 4x4, al fin de cuentas la verdadera protagonis­ta de la película que se va a estrenar en el primer semestre de 2019. Nos comentan que Lanzani estará encerrado cinco días en la camioneta. Para definir la aventura, Peter se refiere al filme como un “tour de force”. A lo 27 años, Peter lleva un corte de pelo como el de cualquier futbolista y una capucha. Es probable que haya compuesto el personaje mirando a Centurión, el jugador de Racing.

Dady es como el padre putativo de Lanzani. No son amigos, pero Dady está por convencerl­o. Lo abraza: “Vos decí todo lo que pensás”.

Lanzani arrancó haciendo publicidad­es de ropa para chicos y luego se sumó a las juventudes crismoréni­cas. Le gusta hablar de sus amigos y de rugby y hasta puede explicar con facilidad la diferencia entre Jaguares y Pumas. La famosa silla de director dice “Beto”, por Brandoni. ¿Qué tal laburar con Bradoni? “Es riguroso”, devuelve Duprat. “No le gusta el cine contemplat­ivo. Prefiere la acción”.

Cohn incrustó un chiste interno en la cuadra de mentira. Es un afiche publicitar­io de El hombre de al lado 2 que está justo en la falsa ochava. Acuerdensé.

Al final de la calle pálidament­e iluminada queda el catering más pobre del cine nacional: medialunas del Abuelo y jugo de paraguas.

Mingitorio mediante se le pregunta a Lanzani si no le molesta un poco leer “Peter” en las marquesina­s. Y Peter lanza una carcajada (sin salpicar).

“Si me gritan Pedro, te juro que ni me doy vuelta”.

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FOTOS: JUANO TESONE Acción.1. Luis Brandoni, Peter Lanzani, Cohn y Duprat, apoyados contra al verdadera protagonis­ta de la película, una 4x4 “Predator”, que funciona como trampa. Lanzani hace de pibe chorro. 2. La filmación nocturna se hizo en un barrio de 250 metros lineales de una calle ficticia en Zona Norte. 3. Dady Brieva, pelado. Exigencias del guión.

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