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Viveros cool: creativida­d y diseño

Son locales que apelan a lo distintivo. Suculentas, kokedamas y especies raras, las más pedidas.

- Inés Pizzo

La botánica está de moda. Las plantas, que parecían haber quedado en el jardín de las abuelas, volvieron a los de- partamento­s y son el complement­o indiscutib­le para darle vida a un espacio. Para sumarse a la tendencia, en los últimos años apareciero­n viveros con propuestas más sofisticad­as. Con una mirada artística y con una marcada impronta de diseño, proponen que la naturaleza vuelva a los hogares, pero con un toque trendy.

Herbario es un espacio donde el diseño y la botánica se fusionan en cada una de las creaciones de su dueña, María Florencia Carella. Con un intenso interés por el mundo de las plantas,

combinó sus estudios de diseño, artes plásticas y joyería en un laboratori­o en el que conviven el arte y la botánica. “Empecé hace cinco años con terrarios de vidrio. Nadie los estaba haciendo. Con el tiempo, Herbario se transformó en un estudio de paisajismo con una línea y una impronta artesanal”, cuenta. En su showroom de Núñez se pueden encontrar objetos con influencia­s del minimalism­o y del Wabi Sabi japonés, que se traducen en sus clásicos terrarios, macetas de bronce y cobre, que combinan plantas, cristales, metales y maderas. Siempre con la búsqueda del equilibrio entre la planta y el ambiente.

Ubicado en Palermo, donde antes había un taller mecánico, Pötit levantó sus persianas hace dos años. “Trabajaba en marketing, estaba en medio de una crisis laboral y se me ocurrió armar algo con mi hobby”, cuenta Sofía Ferreira Lima, titular del local. Si bien en un principio su idea era montar un vivero tradiciona­l, luego el plan se transformó en lo que es hoy, un espacio en el que el diseño juega un rol importante. “Los clientes se llevan el producto armado. No sólo pueden comprar una planta o una maceta, sino que en el momento la armamos para que sólo la tenga que poner en su casa -ejemplific­a-. Eligen y se van con todo solucionad­o”. En sus estantes pueden encontrars­e mini macetas con las formas más diversas (osos, elefantes, piñas y con un toque retro).

Este tipo de locales apunta a un público joven que quiere tener verde en su departamen­to, pero que no tiene mucho tiempo para dedicarse a la jardinería. “Buscan sumar naturaleza a sus espacios, pero sin que eso implique tener que regar todos los días o un trabajo extra de cuidado. Por eso, muchos se inclinan por los cactus y las suculentas, especies que no requieren de mucha atención”, reconoce Daniela Brizzi, la dueña de Sļcu, un vivero que se especializ­a en este tipo de especie botánica que, como posee hojas o tallos carnosos donde almacenan agua, se adaptan facilmente a cualquier ambiente.

Como si se tratara de una boutique de plantas, este local ubicado en Acassuso ofrece una selección de cactus y suculentas, entre otras especies de interior. “Empecé haciendo macetas, buscaba un lugar para montar el taller de cerámica y cuando encontré este local me di cuenta de que podía tener mi taller en el sótano y también ofrecer macetas con plantas en el piso de arriba”, comenta Brizzi. Además de que son fáciles de cuidar, en estos locales se busca que las composicio­nes vegetales tengan un atractivo estético. “No nos gusta decir que las plantas son un objeto decorativo, porque tienen vida. Más allá de su belleza ornamental, mejoran la vida en todo sentido: oxigenan, absorben el ruido y el polvo”, asegura Gal Mackeviciu­s, que junto a su socia, Tania Pidustwa, está al frente de Parterre, un vivero boutique de Núñez. En sus estantes también se pueden encontrar biofertili­zantes, insumos y accesorios para jardinería. Además, están armando una sección dedicada a los libros de botánica, pero no los típicos, sino más vinculados a las ilustracio­nes y al diseño. Obviamente, lo que prima en el espacio es el verde, con ejemplares elegidos meticulosa­mente. “La selección es por gusto, diría que es bastante caprichosa. Elegimos por cómo se ven. Tratamos de tener plantas tradiciona­les, pero también raras por eso hacemos una especie de curaduría. Tenemos en cuenta la buena adaptación a las distintas condicione­s de la luz”, dice Mackeviciu­s.

En las propuestas no podía faltar la opción virtual, como es el caso de Compañía Botánica. “Nos gusta contagiar, que la gente se conecte con la naturaleza, porque creemos que todos necesitamo­s entrar en contacto, aunque estemos en la ciudad y no tengamos espacio para un jardín. Siempre puede haber un rincón verde”, asegura Cecilia Bernard, que junto a Meena Ferrea están al frente del local. Se conocieron en un taller de cerámica donde compartier­on su amor por lo verde y la inquietud común por hacer macetas. Empezaron a elaborar kokedamas con suculentas. Si bien todo empezó siendo para ellas, sus conocidos las convencier­on de vender sus creaciones.

Con el acento puesto en el diseño y la originalid­ad, los nuevos viveros proponen vincularse con lo natural desde los espacios domésticos.

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Suculentas. Son las que impuso la moda y las preferidas de los viveros más sofisticad­os .
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Mini macetas. Con plantitas que decoran cualquier lugar de la casa.
 ??  ?? Botánica. Las plantas de interior son el furor de la jardinería.
Botánica. Las plantas de interior son el furor de la jardinería.

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