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Amigos son los amigos, en las malas y en la buenas también

Cuando el autor de “Café la humedad” estaba internado y nadie pensaba que volvería a cantar, el creador de “La felicidad” lo acompañó y alentó. Cinco años después de aquellos días difíciles, harán un Luna Park y planean una gira.

- Federico Ladrón de Guevara flguevara@clarin.com

“Hagamos de cuenta que vos sos

Perón y yo soy Evita”, le dice Palito Ortega a Cacho Castaña, mientras lo abraza para las fotos y le apoya con cariño la cara sobre el pecho.

Estamos en el Café La Humedad, en San Cristóbal, cuyo dueño es el mismo Cacho y en el que los fines de semana se organizan shows de tango. Entre otros detalles, en las paredes del local hay fotos del autor de El matador con Rodrigo y con los integrante­s del programa Buenos muchachos, que se emitía por C5N: Guillermo Coppola, Coco Basile, Héctor Veira, Beto Casella... Un combinado de monaguillo­s.

También, al lado de la puerta de entrada hay una estatua de Cacho Castaña en versión licenciosa: de traje blanco y camisa negra, lleva un cigarrillo en la mano derecha y un vaso de whisky en la izquierda. “Mi amor, ¿querés comer algo?”, le pregunta al verdadero Cacho su mujer, Marina Rosenthal, que acaba de apoyar sobre una de las mesas una bandeja con portentoso­s sándwiches de miga. “Sí, querida, pasame uno de salame y queso...”

Enseguida, mientras lo maquillan, Cacho le dice a Palito: “Dos potencias se saludan”. Y se vuelven a abrazar. Se los ve entusiasma­dos, de muy buen ánimo. Se han reunido con Clarín para hablar de lo que se viene: el show que darán en el Luna Park. Será la primera vez que compartan un espectácul­o.

“Esto es un sueño que se hace realidad”, arranca Palito. Y agrega: “En 2013, cuando Cacho estaba internado (por un cuadro de “neumopatía aguda”), yo iba todas las tardes a la clínica y le hablaba al oído: “Dale, Cacho, vas a salir...”, le decía. “Dale, Cacho, tenemos que cantar juntos, hacer una gira... Nos están esperando...”. Las enfermeras me miraban y pensaban que yo estaba loco. Cuando Cacho despertó fue una emoción muy grande para todos”.

“Es cierto”, confirma Cacho. “Este show arranca ahí, cuando yo estaba en coma, en la clínica... Se ve que la propuesta de Ramón me quedó grabada en el inconscien­te. Ramón venía a verme todos los días, a chamu-

yarme al oído, a remar conmigo... Todos creían que yo no me iba a despertar más. Pero el amor, sin dudas, puede más que la medicina. Gracias al amor de Ramón, al amor de mi mujer, desperté. Fue milagroso. ¡Qué emoción sentiría hoy mi vieja si me viera cantar con Ramón! ¡Mi vieja era devota de Ramón! Cuando yo era joven, a Ramón lo veía por televisión, con mi vieja, en la cocina... Para que la imagen sintonizar­a mejor, encima del televisor poníamos una aguja de tejer clavada en una papa”. -¿Cómo va a ser el show?

-Cacho: Ni idea (se ríe con ganas). -Palito: Vamos a cantar nuestras canciones más recordadas. Y tenemos un guión, claro.

-Cacho: Un guión que no vamos a respetar... No, en serio: yo voy a cantar canciones de Ramón, Ramón va a cantar canciones mías, vamos a cantar los dos juntos... Además, estamos en tratativas para que vengan algunos invitados, como Tini Stoessel, la Princesita Karina... -¿Y Charly García?

-Palito: A Charly lo voy a invitar para que venga a ver el show. Nuestra música va a estar apoyada con imágenes. Será un repaso de nuestras carreras. El público nos sigue desde hace más de medio siglo... Será inevitable que yo cante La sonrisa de

mamá. O que Cacho haga Café La

Humedad o Garganta con arena. Me pasó algo parecido cuando traje a Frank Sinatra al Luna Park, en 1981. Antes del show, cuando estaba armando el repertorio, él me preguntó si el público argentino tenía alguna preferenci­a. Le respondí que lo único que quería el público era tener a Frank Sinatra ahí, cantando las canciones de toda la vida. Entonces, cuando estábamos firmando el contrato, que era de dos millones y pico de dólares, su abogado le dijo: “Te vas a llevar todo esto por ir a Buenos Aires y hacer 'shubi, dubi, du...'”, que era Extraños en la noche. -Cacho: Con Ramón, los dos juntos, podemos cantar Sabor a nada. Y con los primeros acordes, la gente la identifica y la empieza a cantar.

-Palito:sí,yoempiezoa­cantarsabo­ranada,mecalloyla­siguecanta­ndoelpúbli­co... -Cacho: Es maravillos­o que la gente siga teniendo ganas de cantar. Se ve que hay algo fuerte, que atraviesa todas las necesidade­s.

Palito, por si hace falta aclararlo, es Ramón Bautista Ortega. Tucumano, de 77 años, llegó a los 14 a Buenos Aires y empezó a ganarse la vida vendiendo café. Antes de sumarse al Club del Clan, su primer nombre artístico fue Nery Nelson. Después, gracias a La Felicidad, Despeinada y Media novia, entre otros éxitos, se convirtió en el cantante

más popular de la Argentina. Hincha de River, se casó con Evangelina Salazar y tuvieron seis hijos. De 1991 a 1995, con Carlos Menem como presidente, fue gobernador de su provincia. Y luego, senador.

A su vez, el verdadero nombre de Cacho, que tiene 75 años, es Humberto Vicente Castagna. De Flores, a los 14 ya era profesor de piano. Hincha de San Lorenzo, se casó tres veces. Cada vez que puede, recuerda su affaire con Susana Giménez y la vez que tuvo que esconderse en el baúl de un auto para que Carlos Monzón, que era el novio “oficial” de Su, no se diera cuenta de que Cacho había estado con ella. -Palito, ¿cuál es la canción de Cacho que más te gusta?

-Hay muchas. Café La Humedad me gusta mucho. -Y vos, Cacho, ¿con qué canción de Palito te quedás?

-Me gusta Un muchacho como yo, Sabor a nada... El repertorio de Ramón lo hice toda la vida. Él tiene un don: puede hacer un show de cuatro horas sin repetir un tema. Y con cada tema la gente explota. Yo creo que Ramón no escribió ninguna canción: les pone la firma. El lápiz se lo maneja alguien desde arriba...

-Palito: Hay muchas cosas que te movilizan a la hora de componer. Un aroma, un paisaje...

-Cacho: Pero lo que más te inspira son las ausencias.

De alguna manera, el show que harán Palito y Cacho en el estadio de Corrientes y Bouchard está inspirado en los que armaron Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina, otra dupla de peso. “Sí, los españoles lo han hecho varias veces”, señala Ortega. Y continúa: “Con Sabina y Serrat, con Víctor Manuel y Ana Belén... No hay nada más lindo que compartir el escenario con amigos.

Te divertís arriba y abajo del escenario. Lamento mucho que con Cacho nos hayamos hecho amigos tan tarde: hará unos cinco o seis años... A Cacho lo seguía desde sus primeras películas, pero nunca trabajamos juntos. Es que era muy difícil que juntaran a dos protagonis­tas. En España, en cambio, filmé una película que se llamaba Amor en el aire con Rocío Dúrcal, que ya falleció. -Cacho: ¡Qué linda era! -Palito: Con Sandro me pasaba lo mismo que con Cacho. Él tenía su oficina en el mismo edificio que yo. Cada vez que nos veíamos, decíamos: “¿Cuándo vamos a hacer una película juntos?”. Y no. Hubiera sido muy complicado filmar algo con nosotros, y que uno de los dos tuviera más protagonis­mo que el otro. Con Cacho pasaba lo mismo. Para que filmáramos juntos tendría que haberle puesto una peluca…

-Cacho: Si me ponía tacos altos y me pintaba la boca, podía ser... Pero me hubiera parecido a mi tía.w

 ?? JUAN MANUEL FOGLIA ?? Encuentro cumbre de la canción popular. A lo largo de cinco décadas Cacho Castaña y Palito Ortega crearon varios “himnos” de la música popular argentina.
JUAN MANUEL FOGLIA Encuentro cumbre de la canción popular. A lo largo de cinco décadas Cacho Castaña y Palito Ortega crearon varios “himnos” de la música popular argentina.
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