Clarín - Clarin - Spot

“Me encanta el cine, no quiero abandonarl­o”

A los 82 años es senador y cineasta. El jueves estrena “Viaje a los pueblos fumigados” y viaja al Festival de Cannes.

- Pablo O. Scholz pscholz@clarin.com

Fernando “Pino” Solanas”, que hoy es senador, fue es y parece que seguirá siendo cineasta. A los 82 años enfrentará otro que un Mayo francés. El jueves 3 estrena su nuevo documental Viaje a los pueblos fumigados, con el estilo que nos tiene acostumbra­dos: él mismo lo relata, se muestra ante la cámara e investiga y denuncia. En el caso, la tala indiscrimi­nada de bosques y el (ab)uso de agroquímic­os.

Y el 17 de mayo, a medio siglo del Mayo francés y de la suspensión de funciones en el Festival de Cannes, allí mismo exhibirá en la sección Cannes Classics La hora

de los hornos, el documental que codirigió con Octavio Getino, y que también cumple medio siglo de su estreno.

-¿Con qué estás más inquieto por el viaje a Cannes, o el estreno del documental?

-El estreno. El viaje a Cannes es un viaje de placer y turismo, la proyección... Ya está todo dicho. El INCAA ordenó hacer un acopia en 4 K de La

hora de los hornos. Cannes sólo acepta películas restaurada­s. Y ya hay 12 invitacion­es de otros tantos festivales, y en la (Sala) Lugones Luciano Monteagudo la programó para el 7 u 8 de junio. Son cuatro horas y diez minutos… En cuanto a Viaje…, la película funciona bien en muchas proyeccion­es previas, el asunto es tener salas para estrenar. El cine independie­nte no tiene salas, es una karma.

-Lo estás experiment­ado desde hace rato.

-Lamentable­mente. Y el formato no es algo que la gente corra para ver. El cine de entretenim­iento y ficción, sobre todo, es el que mueve al público, y no se sabe adónde va a ir a parar con las nuevas plataforma­s como Netflix y Amazon.

-¿Cómo hiciste para filmar la película mientras te desempeñás como senador de la Nación?

-Empleo mis vacaciones para filmar una película, para terminar la que está en curso desde el verano anterior… Hay secuencias que son de lo que filmé en 2013, con (Jorge) Rulli andando entre la soja.

-¿Por qué seguís haciendo cine?

-Hago estos documental­es, primero porque me encanta el cine, no quiero abandonarl­o. Las películas son continuida­d de mis investigac­iones y trabajos acá en el Senado. Algunos van a la playa, pasan el verano en Cariló o Punta del Este. Tengo proyectos de ficción que no los podría hacer trabajando en el Senado, porque te demanda el armado industrial que tiene un rodaje de ficción. Estas películas las he podido hacer y las he financiado yo.

-¿Por qué decís que el público no corre a ver los documental­es?

-La gente no va al cine a ver estas películas, las espera ver en la Facultad o en el canal Encuentro. Aunque las mías no pasan por el Canal Encuentro, ni antes ni ahora. Ojo, es un grupo de muchachas macanudas, tuvimos el proyecto de hacer Viaje... en serie, pero hay un recorte sobre la cultura y sobre el cine monumental. Es salvaje. Pero no me puedo quejar. Mi película sobre los ferrocarri­les... El Canal Encuentro me encargó una serie de 8 capítulos que tenía más material, militaba contra el tren bala y lo criticaba a Ricardo Jaime, ponía el foco en cosas muy urticantes. Encuentro la pagó, y la puso en el cajón en aquella época… El filme milita por la reconstruc­ción de los ferrocarri­les de servicio público. Sigue en el cajón.

-Solés trabajar con tus hijos, Victoria y Juan.

-Juan hizo el color. Y le encontró la vuelta al llevar la película a un contraste extremo y saturar el color, es un logro del filme. El problema no es el tema, sino inventar la película. Victoria es escenógraf­a e hizo la producción de películas de Juan, dentro de esta concepción gasolera del cine, se paró tres meses, nos llevó tres años.

-¿Te resultó difícil hacer el rodaje?

-No. He viajado mucho desde Memorias del saqueo, fui construyen­do una serie de relaciones con la gente. Y soy presidente de la Comisión de ambiente sustentabl­e en el Senado, es el quinto año que me eligen, he- mos hecho mucha legislació­n. Muchos de los temas abordados en los filmes fueron presentado­s como proyectos de ley. Por supuesto, pocos han salido. Si algún sentido tiene la película es la de promover un gran debate sobre un tema que consideram­os grave.

-Está claro que la salud de la población está en riesgo con los agroquímic­os. ¿La agricultur­a intensiva no puede reemplazar­se por una orgánica?

-Hay experienci­as en el mundo, que se están haciendo en el mundo en desarrollo. Viene creciendo la demanda de alimento sano, ecológico por parte de los consumidor­es. Es una experienci­a extraordin­aria. Los pioneros son los Estados Unidos, Canadá, Australia. Acá todo lo que se produce de alimentos orgánicos se exporta. Hay un importante desarrollo de productore­s ecológicos y orgánicos, y en el filme hay testimonio­s, en Sierra de los Padres, de una chacra de 400 hectáreas, y un grupo de productore­s en el sur de la provincia de Buenos Aires desde hace 20 años. Es el trigo de mejor calidad del mundo. O vas a Alemania, y en todas las cuadras hay negocios que te venden alimentos orgánicos, en los mercaditos y supermerca­dos, ha crecido enormement­e la cultura para alimentars­e sanamente. Allí la gente sabe lo que compra, se informa.

-Es un cambio cultural también.

- Ojalá la película despierte en el público la necesidad de saber qué es lo que está comiendo. Dicen que las grandes marcas cuidan nuestra salud y priorizan… Cuando en verdad nadie sabe lo que le ponen. En realidad lo primero que deben cuidar los gerentes de las marcas es cumplir con las metas de producción y de rentabilid­ad.

-¿Qué documental vas a hacer a futuro?

-Tengo 2 o 3 ideas, desearía seguir con ficción, pero no tengo productor. He tenido que dirigir y producir, es una pesadilla, es muy desgastant­e. Si me preguntás qué desearía hacer... Y, hacer un par de proyectos de ficción que llevo aguantando desde años. Si fuera documental, en el sur, en la Patagonia. El tema de la pesca me apasiona. El derroche de un recurso extraordin­ario que tenemos… He publicado un libro. La Argentina hace años que le ha dado espalda a la pesca. Se tiran 300.000 toneladas de pescado porque no son las especies que el mercado quiere, o no son negocio. Las flotas extranjera­s roban un millón de toneladas por año…

Ideas y material, como decía Pino, hay.

 ??  ?? Hecho un pibe. Solanas filma y edita en sus vacaciones, cuando no trabaja en el Senado.
Hecho un pibe. Solanas filma y edita en sus vacaciones, cuando no trabaja en el Senado.
 ??  ?? Veneno. Su documental ataca la fumigación indiscrimi­nada.
Veneno. Su documental ataca la fumigación indiscrimi­nada.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina