“No voy a hacer una Fátima Florez de Betty Olave”
Para retratar el entorno de Rodrigo, Fernán Mirás será su manager, José Luis Gozalo; Jimena Barón, su novia Marixa Balli; Daniel Aráoz, su padre. Y a Florencia Peña le tocó nada menos que la madre, Betty Olave. “Estoy muy acostumbrada a interpretar personajes que han hecho otras actrices, pero no a gente que existe. ¿Con qué me enfrenté con este personaje? Con dos cosas: primero, yo no voy a hacer una imitación, no voy a hacer un Fátima Florez de Betty Olave, sino a interpretar a una persona desde mi perspectiva y entendimiento del guión. Segundo, ella es cordobesa y yo no, así que lo primero que hice fue pedir un coach de cordobés. El cordobés es difícil, porque uno tiende a imitarlo a grosso modo. El cine es muy finito y es muy importante que la gente que tiene mucha data de Florencia Peña entre por un tubo: si le molesta mi cordobés estamos en el horno. Sabía que el cordobés era una barrera que tenía que traspasar. Después, la gente me conoce por el humor y es lo que más he hecho, pero me gusta hacer drama. Me divierte salir de lo esperable. Porque el personaje de Betty Olave no es gracioso. No vas a ver a Florencia Peña haciendo mohínes y caritas”. -¿Hablaste con ella? -Hablé. No la pude conocer, porque entendí su dolor. Pero sí chateamos. Le dije que iba a defender este personaje con amor, porque le podía doler la forma en que mostráramos este universo. Esta es una película que tiene mucho corazón. Algo que pasó con Gilda: se podría haber contado de tantas maneras distintas, y a mí me gustó mucho el camino que eligió Lorena. La luz, la ambientación, el amor. Y esta película es eso también: tiene mucho amor.