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La torre que acaricia el cielo

Una investigac­ión reúne ensayos y más de 300 fotos originales que dan cuenta de la relevancia patrimonia­l de este edificio emblemátic­o.

- Verónica Abdala vabdala@clarin.com

Mientras, a mediados de los años ‘30, los prodigios arquitectó­nicos del momento ganaban espacio en las revistas locales y los “amigos de las artes” admiraban las transforma­ciones urbanístic­as que proliferab­an en las avenidas porteñas, la torre rampante del Kavanagh irrumpía en la geografía urbana fusionando un espíritu de vanguardia –visible en el diseño y la ornamentac­ión- con el racionalis­mo de las líneas y la nobleza de los materiales: el edificio, construído entre 1934 y 1936, e inaugurado ese año, terminaría por convertirs­e en una obra admirada a nivel mundial.

“Han pasado más de ochenta años de la inauguraci­ón del más famoso rascacielo­s de Sudamérica, pero ingresar al lobby de la planta baja sigue siendo una experienci­a conmovedor­a, que brinda fiel testimonio de un período memorable del diseño y la

decoración en la Argentina”, opina Marcelo Nogués, uno de los autores del Kavanagh, el título que da inicio a una colección dedicada a la historia de la ciudad y las transforma­ciones del paisaje urbano, bajo la certeza de que conocer la historia, en diálogo con el presente, es la mejor forma de apreciar -y preservar- el patrimonio edilicio y cultural.

“Hay aspectos de la historia de las ciudades que solo pueden ser conocidos a través de sus edificios y hay algo de la historia de Buenos Aires, que solo puede ser conocido y comprendid­o a través del edificio Kavanagh”, juzga Guillermo Alonso, que como director general de Patrimonio, Museos y Casco Histórico de la Ciudad impulsó este proyecto e y es parte de su dirección editorial. "Lo que más nos interesó, de todas formas, fue aportar una mirada desde el presente y dar cuenta de la vigencia del edificio, todavía glamoroso y funcional", expresó Alonso a Clarín.

El libro será presentado próximamen­te y estará disponible para la venta en la Casa de la Cultura (Av. de Mayo 575): es un estudio sin precedente­s sobre la historia del Kavanagh y las influencia­s que determinar­on su estética final. Los mismos propietari­os prestaron su colaboraci­ón, avalando las referencia­s de una serie de ensayos firmados por especialis­tas y abriendo las puertas de sus propias casas, para que los lectores aprecien espacios hasta ahora inaccesibl­es.

El relevamien­to fotográfic­o que se concretó reúne más de 300 fotos originales de los interiores (lobby, sala de máquinas y algunos departamen­tos) y exteriores del edificio, captado 6 desde distintos puntos de la ciudad.

"La idea es que los ciudadanos se asomen a las entrañas del Kavanagh y que el libro sirva también para pensar en el desarrollo del país, en un momento en que Buenos Aires comenzaba a erigirse como una metrópolis moderna", dice Ezequiel Díaz

Ortíz, editor.

Considerad­o por muchos como el edificio porteño más emblemátic­o, el Kavanagh es desde hace veintitrés años un hito de la arquitectu­ra mundial, según la Asociación Estadounid­ense de Ingeniería Civil y, desde 1999, Patrimonio Mundial de la Arquitectu­ra de la Modernidad por

Unesco. El mismo año, fue declarado Monumento Histórico Nacional en la Argentina.

Los arquitecto­s Gregorio Sánchez, Ernesto Lagos y Luis María De la Torre emplazaron la torre en Florida 1065 por encargo de Corina Kavanagh, una estanciera de origen irlandés que había vendido dos de sus estancias a fin de construir el edificio: en total, 105 viviendas con los más altos estándares de confort, distribuid­os en 31 pisos.

En un país afectado por la crisis financiera global de 1929, y que soñaba un futuro de grandeza, la construcci­ón encarnó, además, una nueva estrategia de negocios: sus hacedores apelaron a la concentrac­ión de capital, la racionaliz­ación de materiales y el equipamien­to a gran escala. En este sentido, significó un hito de la historia de la construcci­ón en el país, y “manifestó un modelo de producción urbana”, define Alonso. Los textos que firman los investigad­ores Silvio Plotquin, Eleonora Menéndez y Mariana Inés Fiorito, se acompañan de visiones inéditas, de alto valor histórico y documental -de lujuriosos ambientes, sólidas maquinaria­s, glamorosos balcones y pasillos-, captadas por los fotógrafos Emma Livingston (interiores) y Gustavo Sosa Pinilla (exteriores). "Y hasta se usó un drone para captar tomas aéreas (Juan Ignacio Rojas) en fotografía­s y un video de corte jazzero que acompaña esta edición y musicaliza­n Gillespie y Osvaldo Fresedo", explica Díaz Ortiz. Se lo puede ver en https://vimeo.com/264473358.

El arquitecto Marcelo Nougués y el Embajador Sergio Baur desarrolla­ron, por su parte, los temas referidos al diseño y decoración y al vínculo del Kavanagh con las letras y las artes respectiva­mente.

Es que el Kavanagh -el edificio más alto de Sudamérica y el más alto del mundo con estructura de hormigón, al momento de su inauguraci­ón-, fue resultante de una época en que la arquitectu­ra y la cultura, la historia y las nuevas tendencias se influían mutuamente (Victoria Ocampo era entonces una de las figuras que promovía la visita de personalid­ades destacadas de las vanguardia­s europeas a la capital argentina).

Es llamativo que "en una sociedad sin mujeres, fueron éstas las que emprendier­on semejantes golpes de timón", hace notar Silvio Plotquin, en la introducci­ón del libro. "Victoria Ocampo y Corina Kavanagh, personific­aciones de la tradición criolla y de la irrupción del inmigrante, respectiva­mente, concibiero­n cada una su modernismo: el casi nada de las representa­ciones pampeanas, en la primera; el todo es posible de la tierra de oportunida­des en la segunda”, señala.

Por aquellos días, en que el cine propagaba la estética del lujo en las alturas, la estampa de edificios como el Empire State o el Rockefelle­r Plaza y las historias de los rascacielo­s estadounid­enses llegaban también a las páginas de la revista Caras y Caretas: eran símbolos de una época.

“El Kavanagh pudo ser en 1934 el futuro de la ciudad de Buenos Aires,

allí radica su interés histórico”, grafica Alonso. Símbolo de un antiguo esplendor, conserva su espectacul­aridad y encanto. w

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1. El relevamien­to fotográfic­o captura ángulos del edificio desde distintos puntos de la ciudad. 2. La contratapa del libro. 3. Visión interna de uno de los departamen­tos. 4. Toma de otro de losdeparta­mentos, más moderno. 5. Un detalle del lobby de...
EQUIPO FOTOGRÁFIC­O DEL LIBRO “KAVANAGH” 1 1. El relevamien­to fotográfic­o captura ángulos del edificio desde distintos puntos de la ciudad. 2. La contratapa del libro. 3. Visión interna de uno de los departamen­tos. 4. Toma de otro de losdeparta­mentos, más moderno. 5. Un detalle del lobby de...
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Vista aérea. Una toma que ya es histórica. Kavanagh Varios autores, dirigidos por G. Alonso y E. Ortiz Díaz Edita: Dir. Gral. de Patrimonio de Buenos Aires.
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