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Recetas para picar mientras vemos a Messi

Casi tan malo como un gol adversario es tener que ir y venir a la cocina para servir la mesa. Aquí van, entonces, varias opciones “finger food” para seguir el Mundial con las manos llenas.

- Gimena Pepe Arias gparias@clarin.com

Estos días se siente fútbol, se respira fútbol y, por supuesto, se mira fútbol. El Mundial une familias y amigos. En silencio o a los gritos, como si muchos quisiesen que los jugadores escucharan sus presuntos saberes o sus súplicas y ruegos. Rodeados de cábalas, alientan a la Selección con toda su fuerza y pasión.

Esta vez muchos partidos son mañaneros y en algunas ocasiones nos obligarán a poner el despertado­r aunque sea fin de semana, como en el debut ante Islandia. Nunca mejor dicho: “El que quiere celeste, en este caso blanquicel­este… que le cueste”.

Como en toda celebració­n no puede faltar el “buen morfi”. Así somos los argentinos, así nos gusta ser cuando el fútbol nos convoca. Corazón puro y buen diente siempre. Si bien los horarios no coinciden con ninguna comida central, como podría ser almuerzo o cena, nada impedirá que se arme la mesa colmada de cosas ricas, tanto saladas como dulces. Arrancando por el café con leche o mate hasta llegar a la cerveza o un rico aperitivo que calme la ansiedad. El menú ideal sería una mezcla de brunch (mix de almuerzo y desayuno) y finger food (bocados o raciones para comer con la mano). De esta manera no hay que ir y venir de la cocina, nadie se pierde ni un segundo del partido y de paso se evita el apodo de “mufa” al anfitrión que justo se levantó para traer más cerveza helada cuando llega el glorioso grito de gol. Recordemos que debutamos ante Islandia el sábado 16 a las 10; el próximo rival será Croacia, el jueves 21 a las 15, y en el tercer partido enfrentare­mos a Nigeria el martes 26, también a las 15. Esto recién empieza…

“Si se trata de un partido de la Selección argentina, me gusta verlo en casa, en el sofá, con la tele en frente y acompañado de mi familia y tres o cuatro amigos (mejor si no son demasiados). Recomiendo tomar cerveza y comer una buena tortilla de papas”, comenta Shanti Aboitiz, dueño de Leketeio, restaurant­e de cocina vasca y agrega: “Es un plato que se puede cocinar un día antes, reservar en heladera cubierta en papel film y sacar un rato antes del partido. Además, no hace falta que esté totalmente hecha (súper cocida), porque antes de servir se le puede dar un golpe de horno para calentarla y así terminar de cocinarla”. Al momento de servirla, se le puede agregar por encima un hilo de un buen aceite de oliva que aporta aroma y sabor. Si se prefiere, la tortilla se puede hacer con chorizo colorado o panceta, o también se puede acompañar con un rico jamón crudo.

Es muy importante que se pueda comer con la mano para no sacar los ojos de la pantalla. “La fainá es una buena opción porque se puede servir en triángulos con pasta de berenjenas, por ejemplo, pero va bien con cualquier dip. Es una opción diferente para no recaer siempre en la típica tabla de fiambres. Además, como no tiene harina de trigo (lleva harina de garbanzos) es menos pesada que un pan común y más rica”, asegura Juan Migueres, socio y dueño de Tetuán Brasero Marroquí. Otra ventaja de esta preparació­n es que es muy sencilla de hacer y se puede tener lista desde el día anterior. Migueres recomienda darle un golpe de horno antes del partido para que esté calentita y crujiente. Los dips o “cremitas” son ideales para untar tostaditas, grisines, o para acompañar a la famosa fainá.

Y si de panificaci­ón se trata, no pueden faltar las chipá. Esos pancitos de queso que al llegar a la mesa desaparece­n en cuestión de minutos... o menos. A Juan Braceli, chef de

Cocineros argentinos, le gusta mirar los partidos de la Selección comiendo esa masa esponjosa tan sabrosa. ”Son una preparació­n riquísima, altamente adictiva”, comenta entre risas. Para que queden perfectos, el chef recomienda comerlos recién horneados. Si ya están cocidos se pueden regenerar llevándolo­s unos minutos a horno fuerte. “Salen de diez... Son un gol de

media cancha, ¡como los que necesitamo­s para el Mundial!”, asegura Braceli, tan rotundo como un tiro libre de Messi.

Por si nos toca vivir algún trago amargo en algún partido, ¡no olvidemos la mesa dulce! Como inicio o cierre de esta velada tiene que haber algo goloso. Opciones hay miles: alfajores, cookies, tortas que no requieran plato ni cubiertos, budines... la premisa es siempre la misma: que no haya cubiertos. Juliana Herrera Dappe, chef patissier de Mada, propone endulzar el momento con dulce de leche: ya que alentamos a la celeste y blanca vamos con algo bien argento, ¿no? Los cuadradito­s de coco y el manjar untable son una perdición. Se pueden preparar con varios días de anticipaci­ón y tenerlos freezados ya porcionado­s, o en la heladera bien cubierto con papel film. Esta torta tiene la particular­idad de ser bien golosa, pero sencilla de comer ya que el dulce no chorrea. La chef comenta que si el partido es a la mañana lo indicado sería empezar con unos mates y acompañarl­o con algo dulce rico como rogelitos o alfajores de maicena. “Soy de los productos muy argentinos para esos momentos y después del partido siempre sale picada”, expresa. En cambio si el encuentro es por la tarde invita a hacer una picadita y terminar con una torta, por ejemplo rogel.

Platea futbolera, el morfi ya está resuelto. Para beber, crece el auge de las jarras. No sólo son prácticas, además visten la mesa. La versión sin alcohol, muy recomendab­le y de onda, es la limonada con jengibre y menta. Súper fácil de hacer y muy refrescant­e, nos ayudará a combatir los estados de estrés y ansiedad. Nicolás Calderone, gerente general de La Panadería de Pablo, del chef Pablo Massey, comenta que la limonada es uno de los tragos más pedidos en el local. Para hacerla en casa basta con exprimir dos limones, endulzarlo con azúcar a gusto, agregar un litro de agua, unas hojas de menta, mucho hielo y unas rodajas de jengibre machacadas. Si el horario del partido lo permite, o para un festejo posterior, la jarra puede contener alcohol. “El gin tonic es un trago típico de todo argentino al que nosotros le damos su toque de sabor, desde sus inicios se recomendó no mezclarlo con jugo de limón ya que el mismo hace que se pierdan las burbujas de la tónica. Nosotros le agregamos pieles y ramitas de romero que representa­n la esencia de todo gin”, comenta Calderone. En una jarra de 750 cc se colocan láminas de pepino sin cáscara, varias ramitas de romero, pieles de lima, limón y pomelo. Se añaden 120 cc de gin y se revuelve. Sólo falta sumar varios cubos de hielo y agua tónica. ¡Lista la bebida para compartir! Ahora sí, la Messi está servida, perdón, la mesa está servida. Arriba el telón, que lleguen los goles y… ¡Vamos Argentina!w

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