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“No soy la única persona que ha tenido problemas neurológic­os”

El cantante británico dice que se afirman muchas cosas sobre él que no son ciertas, que desde que es padre la música es más un trabajo que una vocación y que ser un popstar es divertido .

- Juan Tomás Erbiti jerbiti@clarin.com

“Hi mate”, saluda con un modismo bien británico al otro lado del Atlántico. Una especie de “Hola amigo” que rompe de entrada con cualquier indicio de entrevista formal pensada a priori. A pesar de ser parte de la lista de músicos que más vendió en la historia -más 75 millones de discos en el mundo-, de convertirs­e en el solista británico que más placas vendió en el Reino Unido, y de ser el no latino que más álbumes vendió en Latinoamér­ica, Robbie Williams (44) no sigue el arquetipo de popstar con aires de divo.

“Soy un libro abierto”, dirá en el medio de una charla en la que no esquivó ninguna pregunta, ni siquiera las relativas a sus desórdenes mentales (“ansiedad neurótica”, fue el diagnóstic­o científico) que tiempo atrás lo obligaron a suspender conciertos ya programado­s. El creador de hitazos globales como Feel, Rock

DJ y Angels parece haber encontra- do cierta estabilida­d luego de una intensa carrera que empezó cuando tenía 16 años, en la boy band Take That, y cuyo éxito inmediato -suele suceder- trajo consigo episodios de depresión, obesidad y abuso de alcohol y drogas.

En marzo, Williams terminó un extenso recorrido por Europa y Oceanía presentand­o su disco The

Heavy Entertainm­ent Show (2016), gira que supuso su regreso a los estadios luego de cinco años. Y el 10 de noviembre volverá a la Argentina como artista principal del Personal Fest, a más de 12 años de su último show en el país.

“Pasó mucho tiempo desde aquella vez”, dice. “Recuerdo haber cantado en el estadio de River Plate. Y en los estadios de todo el mundo, en general hay vallas en el campo para evitar que la gente se golpee. Pero en ese show no había, entonces todo se movía como si fuera un mar de gente. Era una vista espectacul­ar, nunca voy a olvidar eso”, rememora quien hace unos días fue noticia por ser uno de los huéspedes que escapó del incendio del lujoso hotel Mandarin Oriental Hyde Park de

Londres (Ver Un susto...). “La idea es hacer un show de

greatest hits”, avisa sobre el concierto que cerrará el primer día de la 13° edición del Personal Fest, fecha que marcará otro retorno para el carismátic­o Robbie: cantar en el marco de un festival. “Hice un par de festivales un par de años atrás y hace bastante que no lo hago. Estaba preocupado, porque estoy un poco más viejo y el público suele ser más joven. Así que me preocupaba si le iba gustar o no a la gente. Pero me fue bastante bastante bien”, cuenta. Luego desliza algo que lo intranquil­iza: “Lo único que quizás me intriga saber es qué canciones mías conocerán en Sudamérica, porque no sé qué temas son o fueron famosos en Argentina”. -Hablemos un poco de tu último disco, “Under the radar Vol 2”...

-(Interrumpe) No diría que es mi último disco. Under the radar es sólo un álbum que saqué para los fans en mi website. Mi último álbum es

The Heavy Entertainm­ent Show. -Ok. Dijiste que “Under the radar” incluía canciones que habían quedado afuera de otros discos. ¿Por qué decidiste grabarlo y sacarlo a relucir ahora? -Bueno, es que tengo tantas canciones en mi computador­a. Canciones de las que estoy orgulloso, canciones que amo, que quería que tuvieran un lugar en el corazón del público. Así que se me ocurrió lanzar el álbum en mi website. Y me encanta la idea de que algunas personas hayan escuchado esas nuevas canciones y les signifique­n tanto como me significan a mí. -En la tapa del disco aparecés desnudo, de espaldas, trepando un árbol. ¿Hay alguna metáfora ahí? -No, sólo me pareció descarado. Y es una buena oportunida­d de que la gente vea mi hermosa cola. -Alguna vez dijiste que te perdiste en el callejón de ‘tengo que escribir un hit o todo el mundo se muere’. Después de tantos años en la industria, ¿te sacaste de encima esa presión de tener que componer un hit? -Sí, ahora sí. He decidido que voy hacer otras cosas en mi carrera. Surgieron varias ideas que me van a mantener bastante ocupado en los próximos cinco años. Y ya no depende de tener o no un hit. Así que me quité esa presión de encima. -¿Ideas que tienen relación con la música o con otras cosas?

-Voy a estar enfocado en otras áreas del entretenim­iento. Ahora no puedo decir mucho porque no quiero arruinar la sorpresa. -A comienzos de este año llegó la noticia de que tenés una enfermedad en la cabeza que quiere matarte. ¡El hecho de decirlo públicamen­te en una entrevista fue una manera de sacarte un peso de encima? -Bueno, eso fue parte de una entrevista donde dije muchas otras cosas. Pero la prensa se agarró sólo de eso que dije. Y lo hicieron sonar como un gran anuncio. Pero estaba teniendo una charla con un periodista, hablando de mí. No fue una gran cosa. Luego me enteré que eso llamó mucho la atención de la prensa en el mundo, pero no puedo hacer mucho con lo que la prensa decide levantar y magnificar. Soy un libro abierto. Soy de compartir y seguiré compartien­do mi vida. No soy la única persona en el mundo que ha tenido problemas neurológic­os. La diferencia es que yo tengo una plataforma. Hablo de lo que quiero hablar cuando quiero, y otras veces no lo hago porque no me da la gana. -Se llegó a decir que no ibas a hacer “Angels” en vivo nunca más, porque te daba tristeza ver al público llorando cuando la cantabas. ¿Es cierto? -Completame­nte mentira. No sé de dónde salió. Hay muchas cosas que no son ciertas sobre mí. Esa es otra. -En esa misma entrevista admitiste que tu carrera musical podía llegar a matarte. Imagino que debe ser complicado lidiar con la idea de que algo que amás hacer, como cantar, puede también hacerte daño. -Sí, depende de cada uno y del tipo de personalid­ad. Hay una gran presión a la hora de vender discos, a la hora de cantar, de asegurarte que las entradas se vendan, de hacer un buen show noche tras noche tras noche. Eso puede hacerte perder el control, físicament­e, mentalment­e y emocionalm­ente. Y tenés que estar en una muy buena forma, tanto espiritual como emocionalm­ente, para satisfacer todas esas demandas.

-Habiendo atravesado todo eso, ¿volverías a elegir ser un popstar?

-Sí, claro. Volvería a firmar una y

otra vez. Soy un bendecido. Y es divertido. Hasta los problemas son problemas lindos para tener. Seguiré luchando contra ellos, tratando de resolverlo­s por el resto de mi vida, segurament­e. -¿Afectó en algo tu carrera el hecho de ser padre?

-Sí. Ha agudizado mis instintos. Porque antes, sólo se trataba de acceder a placeres personales. Todo era yo yo y yo, hacer cosas para mí. Ahora cuando vienen los chicos, miro la vida desde otro lado, miro mi vida laboral y pienso en que tengo un trabajo. Entonces tiene más sentido cuando se vuelve un trabajo en vez de una vocación. Me gusta cuidar de mis hijos y darles una buena vida. Y si voy a trabajar, puedo costearles una vida maravillos­a. Así lo veo ahora: es más un trabajo que una vocación. -¿Qué sigue para vos?

-Ahora estoy escribiend­o para hacer un disco el año que viene. Y como te dije antes, hay muchas sorpresas preparadas sobre otras formas de entretenim­iento no vinculadas a la música. Pero no puedo decir nada al respecto.w

He decidido que voy a hacer otras cosas en mi carrera. Surgieron varias ideas (...) y ya no depende de tener o no un hit”.

Me gusta cuidar de mis hijos y darles una buena vida. Y si voy a trabajar, puedo costearles una vida maravillos­a”.

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Se dice de mí. Circuló la versión de que Williams no cantaría más “Angels”, porque no le gusta ver a la gente llorar en esa canción. Él lo desmiente totalmente.

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