Adultos, jugando a los soldaditos
Representando a infantes de la 2° Guerra o patrullas romanas, dirimen viejos conflictos en paz.
“Nos juntamos para entrenar combate, marcha y órdenes. Y discutimos teorías”.
Diego Lauricella (28). Soldado romano de la Legión X Gemina
La locomotora Stephenson, fabricada en 1906, es la estrella indiscutida del Museo Ferroviario Raúl Scalabrini Ortiz, en Haedo. Esta máquina deja salir su vapor, tanto por la chimenea como por los costados de su caja de humos, e impregna la fotografía con detalles de otra época.
Frente a ella, posa un grupo de personas que parece devuelto de la máquina del tiempo. Son algunos de los integrantes de la Asociación Argentina de Recreadores de la Segunda Guerra Mundial (AARSGM), quienes se dispersan en el predio ferroviario para asombrar con su vestimenta y puesta en escena. “La serie Band of
Brothers fue la que me hizo inspirar en mi personaje. También los videojuegos, como Medal of Honor y Brothers in Arms ”, explica Matías Kaczor (35), uno de los fundadores de la Asociación y quien recrea a Matt Bael ker, un paracaidista estadounidense de la división 101 aerotransporada.
A la charla se suma Flavio (51), que con un tono de voz imperativo reúne y ordena a la tropa recreacionista, en una invernal y soleada, tarde de sábado. Y aclara de antemano. “Para posar en fotografías, jamás apuntamos nuestras armas a cámara, sólo en el simulacro de combate en dirección al enemigo. En esto no hay que creérsela, es fácil confundirse”, explica.
Suena lógico. Al verlo portar el atuendo de un soldado alemán -como a tantos otros- las preguntas brotan solas. ¿Cómo hacen para no comerse el personaje? ¿Qué pensará la gente al verlos así vestidos? ¿Los tildarán de nazis o pro-militaristas? El sitio de Facebook de la Asociación deja en claro que repudian la violencia. “El armamento exhibido no es real, son réplicas inertes. La asociación fue creada a nivel histórico e informativo, y no representa ninguna ideología política”, comenta.
Es más, el filtro para entrar a la AARSGM es representar a ambos bandos. “Acá nada de trajes negros, no se puede recrear a la SS alemana. Rechazamos a algunos que se quisieron sumar pero no entienderon nuestro mensaje”, explica Flavio, que tiene tapadas las esvásticas y sólo exhibe el aguila aria o cruces de hierro.
ruido del vapor que sale de la locomotora es una constante de fondo en la charla. Estrechar la mano a cada uno de los soldados o miembros de este grupo recreacionista es un viaje al campo de batalla. Se lo toman en serio, aunque hay lugar para el humor (selfies y chistes) como también para el amor. Sino pregúntenle a Juan Manuel y Adriana, 19 años en pareja. Ella encarna a un miembro de la Resistencia Francesa, y él a un soldado de la infantería norteamericana. La foto cae de maduro, un beso entre ambos, un símbolo de la liberación de París, por parte de los aliados, ocurrida en agosto de 1944. “Mi tía me contaba historias de la guerra, mis abuelos vinieron ayudados por comisarios políticos”, comenta Juan Manuel. “Ella comenzó a venir hace poco, es la segunda vez que recrea. Le llamó la atención el equipamiento”, dice este aspirante a piloto privado de avión, en nombre de su mujer.
Otro peculiar tuneo bélico es el de Mario Campos (49), un portero que en sus tiempos libres recrea al capellán Francis L. Sampson, de quien entrega un folleto con su semblanza y referencia a un filme que marcó a muchos de los recreacionistas bélicos: Rescatando al soldado Ryan, la joya de Steven Spielberg de 1998. “Estamos recortando la historia y, guste o no, la escriben los que ganan”, dice con una falsa Biblia en mano.
A la charla se suma Eduardo (49), que hace un año participa en la AARSGM y quien invirtió, en seis meses, unos 13.000 pesos en su equipamiento. Caracteriza a un médico que no está en la carpa de campaña, sino codo a codo con los combatientes. “También caracterizo a un soldado de infantería, un suboficial”, agrega este coleccionista de diarios argentinos de época, quien conserva un recorte de la llegada de los alemanes a Francia en 1940.
La fauna recreacionista da para todo, como al escuchar hablar a Rodrigo (22) con su vocabulario de otra época, tratando de usted al entrevistador. “Represento a la caracterización histórica de un voluntario de la 250° División de Infantería de la Wermacht, conocida como División Azul, destinada a luchar contra los soviéticos, hombres valientes que son injustamente olvidados”, comenta el estudiante de profesorado de Historia.
Otro de los más jóvenes es Juan (16), quien hizo de un soldado aliado herido en el simulacro de batalla y por segunda vez se acercó a recrear. “Desde que tengo memoria me gusto el tema de historia militar y la Segunda Guerra, me prestaron la vestimenta para esta recreación”, dice este joven quien también a futuro aspira a dedicarse a la Historia.
Cerca de ellos se escucha ruidos de armaduras, cascos, espadas, escudos que golpean. Se viaja simbólicamente desde mediados del siglo XX a los comienzos de la era cristiana, cuando Roma regía el mundo conocido. La recreación corresponde a la Legión X, Gemina. Allí, Diego Lauricella (28),
“Para recrear hay que comprometerse con el grupo y estudiar cada personaje”.
Matías Kaczor, (35). Paracadidista estadounidensse de la AARSGM.
caracteriza a un legionario raso, acompañado por Roberto Osuna (39), Ezequiel Baños Cachatore (20) y Gabriel Amaya Ples (47), quien se metió a recrear luego del impacto que le causó el filme Gladiador. “Nos juntamos para entrenar combate, marcha, postura, ordenes. También discutimos teorías, cómo era la armadura, cómo se lleva el cinturón, recreamos el primer siglo después de Cristo”.
Este grupo se reúne un domingo por mes en la Sociedad Friulana Buenos Aires, ubicada en Villa Devoto, y a modo de agradecimiento, ellos tomaron el nombre de una legión que haya estado en la zona del Friuli-venecia Julia, al noreste de Italia.
Para recrear hace falta, por un lado, dinero y, por el otro, un estudio muy profundo del tema. “Nos cotizaron la fabricación de seis escudos a unos 2.500 cada uno, es un hobbie caro. Mi espada la compré en España mientras que el casco romano se hace en una sola pieza, y lo tenemos que mandar a pedir afuera. A la hora de estudiar, la información correcta es dificil de encontrar, por eso evitamos las fuentes en idioma español”, explica Lauricella, cargando una armadura de unos 20 kilos.
Con el paso del tiempo, a los integrantes de la Legión X Gemina (que cuenta en total con nueve miembros) le gustaría sumar equipamiento de otros períodos, como también incorporar civiles (tanto hombres o mujeres) que quieran participar caracterizando ciudadadanos romanos. “Esto no es sólo para representar batallas. Yo sueño con que haya una feria de historia antigua y este recreacionismo sea masivo”, suma Ezequiel fanático de período de la República romana. Osuna, de pocas palabras, dice que caracteriza a un optio -un suboficial, segundo al mando luego de un centurión-, mientras que Baños Cachatore a un soldado raso. “Nos han dicho desde Power Rangers hasta espartanos, o gladiadores o Leónidas (por el filme 300). Y muchos se sacan una foto con nosotros y nos dicen ‘ahora no me tengo que ir a Roma’, ríe Ezequiel.
La sociabilidad es un punto importante en esto de los grupos recreacionistas. Los miembros de la Legión X Gemina concurren a varios eventos y se quejan de que no hayan ferias romanas exclusivas. Por ende, se acoplan a las ferias medievales, uno de los recreacionismos más populares en el país. “Nuestro objetivo es ser miembros activos de la comunidad. En la otra legión que participábamos éramos más vistos como parias”.
Y en esto coincide Gonzalo Amico, responsable de la Legión IX Hispana, de la que proceden los muchachos de la X Gemina. “Hay que tratar de no mezclar, no tiene lógica que participe en un evento conjunto con gente de Star Wars, los medievales o de las guerras independistas nacionales”, cierra este pionero que fundó el grupo en 2008 y también hizo recreacionismo en Europa.w