La distopía que ganó en España
“Los que no duermen en el polvo”, de Horacio Convertini, cuenta una historia de zombies argentinos.
Bajo el cielo encapotado de una Buenos Aires apocalíptica se teje una trama de historias imprevisibles. Ante la proliferación de una epidemia que contagian los “bichos” -criaturas que han perdido su condición humana y matan a los hombres a mordiscos- los sobrevivientes se abroquelan tras un cordón sanitario ubicado en la Patagonia. Quién cuenta esa aventura es Jorge, el narrador de esta historia, un empleado que en cierto momento enfrenta la inesperada desaparición de su esposa.
Este es parte del argumento de Los que duermen en el polvo, la novela de Horacio Convertini que en las últimas horas resultó merecedora del Premio Celsius 232 como mejor novela de ciencia ficción en la Semana Negra de Gijón, el festival literario que se desarrolla por estas horas en el norte de España.
Otro argentino, Miguel Ángel Molfino, recibió el Premio Espartaco, mientras que el galardón principal fue para el español Juan Bas, que logró el Dashiell Hammett de novela negra, por El refugio de los canallas, que aborda la violencia de la banda terrorista ETA.
Convertini, quien desarrolla en paralelo una prolífica carrera como periodista y escritor, y se desempeña como editor jefe de la revista Viva de Clarín, es reconocido actualmente como un talentoso y multipremiado autor: su nombre está asociado al género de la novela negra, una territorio literario que domina con destreza.
En relación a la obra ganadora, define a Los que duermen en el polvo como una “novela distópica” en la que nuestro país padece una epidemia que obliga a las clases pudientes a refugiarse en una región amurallada en el Sur. Pero hay un problema: intramuros también se reproducen las escenas de violencia y los crímenes.
Básicamente, se trata de un libro que aborda a través de la ficción las conductas sociales derivadas del hambre, “de cómo el hambre puede desatar el lado más oscuro de los seres humanos”, explicó él mismo a los periodistas tras conocer el fallo del jurado.
Según señaló en entrevistas recientes, la idea nació a partir de su
Un virus se expande y, en un país en crisis, los sobrevivientes se refugian en el Sur.
fanatismo por las películas de zombies y lo que orientó la escritura fue “un conflicto moral básico del género: en qué nos convertimos, para no convertirnos... Cuál es el rasgo inhumano que aparece en el ser humano que no quiere convertirse en zombie. Esa es la pregunta que da pie a las historias de amor y los enigmas que conforman esta novela”.
Molfino, por su parte, se hizo con el Premio Espartaco de género histórico por Pampa del Infierno, en la que narra las aventuras del cazarecompensas Ken Parker en su labor de búsqueda de los delincuentes prófugos Sundance Kidd y Butch Cassidy en la Patagonia.
En el caso de Bas, el jurado, compuesto por Ernesto Mallo, Inma Luna, Ignacio del Valle y Miguel Barrero valoró la “profunda implicación” del autor con “la temática de la violencia y de las consecuencias en el País Vasco sin descuidar una elevadísima calidad literaria”.