Laurie Vaquer Francia
Dice la leyenda que la Tarte Tatin lleva su nombre en honor a sus creadoras, dos hermanas que la inventaron hace más de un siglo por error: se olvidaron de poner la masa como base debajo de las manzanas. El resultado es una tarta exquisita que en Buenos Aires se consigue en esos espacios gastronómicos donde proclaman hacer patisserie en vez de pastelería. Según la francesa Laurie Vaquer, salvo la que preparan en Ninina Bakery (Gorriti 4738), no encontró otra que sea tan rica como la que ella misma cocina en su casa una vez por mes.
Esta especialista en marketing digital, creadora de la plataforma Take me cooking (www.takemecooking.com), asegura que el secreto es tomarse el tiempo de hacer una masa quebrada casera con mucha manteca, azúcar y harina y precocer las manzanas: “Como esta tarta tiene la rareza de que se cocina con la masa arriba, hay que poner las manzanas en el horno antes y recién después cubrirlas con la masa. Si no la fruta se reduce y la tarta queda con huecos al desmoldarla”, explica. Sugiere acompañarla con helado de vainilla o yogurt y consumirla como postre, desayuno o merienda.
Otro de los platos franceses que le gusta preparar a Laurie es la Raclette, una comida a base de queso y papas que se cocina sobre la mesa con un aparato que tiene una plancha sobre la superficie: “En Francia, en cada casa hay uno porque es delicioso y divertido de hacer en familia. El único problema en Argentina es que no se consiguen quesos buenos a precios razonables y por eso no lo preparo tan seguido. También me resulta difícil conseguir buen pan, el típico que venden acá no me parece nada bueno y no se conserva bien. Por suerte vivo cerca de la confitería Malvón (Serrano 789) donde hacen uno riquísimo”, comenta.
Laurie no frecuenta el amplio circuito de los restaurantes franceses porteños: “Sólo fui a Cocu (Malabia 1510) a almorzar alguna vez y me pareció rico. Pero prefiero investigar la cocina local, ir a parrillas o restaurantes asiáticos que en general son más accesibles. Vuelvo muy seguido a mi país, así que no veo por qué pagar tanto dinero por algo que puedo comer muy pronto en su lugar de origen”. Platos como el Ratatouille (a base de berenjena, tomate, zapallitos) pimientos y albahaca, la Quiche Lorraine (tarta con cebollas, huevo, crema y panceta) y el distinguido Foie Gras son los más conocidos en nuestro país, sin embargo a Laurie le llama la atención cuántas personas asumen que los franceses comen de forma frecuente ranas o caracoles: “Son parte de comidas muy regionales que podés encontrar en un restaurante. Pero la verdad es que siempre me pregunto por qué acá nos relacionan tanto con productos que nunca comí y que tampoco sé de nadie que los prepare habitualmente en su casa”, reflexiona.