Una de muñecos, para adultos
El filme, dirigido por el hijo de Jim Henson, creador de los Muppets, es deliberadamente para mayores de edad.
Todo transcurre en un mundo donde los seres humanos conviven con las marionetas. Pero una serie de brutales crímenes destruye el equilibrio: alguien está matando al elenco de Pandilla Happytime, un viejo programa infantil. Una pareja despareja de detectives toma el caso: la agente Connie Edwards (Melissa Mccarthy) y un muñecote azul llamado Phil Philips, cuyas aventuras no son aptas para menores de edad e incluyen sexo, drogas y toda clase de guarradas.
Llegado este punto, hay que hacer una aclaración: los derechos de los muppets -hasta el uso de la palabraestán en manos de Disney. Y esta película ya tuvo problemas legales: en mayo, Sesame Workshop, responsable de la producción de Plaza Sésamo -el programa infantil protagonizado por muppets- inició una demanda por uso indebido de la imagen. Es que el eslogan de ¿Quién mató a los puppets? hace alusión al título en inglés de ese ciclo -Sesame Street- en un juego de palabras : “No Sesame. All Street” (Sin Sésamo. Pura calle).
Suele ocurrir: la demanda fue rechazada y tuvo un efecto boomerang, a los productores de la película les sirvió para publicitarla. Incluso difundieron un comunicado en el que señalaron que su intención era “honrar
el legado de las creaciones previas de The Jim Henson Company” tanto como “trazar una distinción clara entre los personajes de los Muppets o Plaza Sésamo y el nuevo mundo que crearon Brian Henson y su equipo”.
Esto empezó hace unos quince años, cuando Todd Berger le llevó a Brian Henson el guión que había escrito, pero el hijo mayor del creador de los Muppets lo rechazó por ser demasiado subido de tono. Pero después Henson creó Puppet Up!, un espectáculo de stand up protagonizado por marionetas también destinado a adultos. Y cambió de idea, según contó en una conferencia de prensa: “Encontramos una nueva voz para las marionetas. Es agresivamente divertido. Es un buen lugar para llevar al estilo Henson de manejo de títeres”.
Entonces recordó el guión de Berger y retomó el trabajo con él: “Es una comedia de shock con marionetas, donde hacen cosas que creímos que jamás les veríamos hacer. Los personajes son bien desarrollados”.
La calificación, que deja a las familias fuera del cine, para él no es un problema: “Siempre fuimos un poco traviesos. The Henson Company es considerada una marca muy familiar, pero no somos Disney. Somos los piolas y los raros. Y esta película es deliberadamente sólo para mayores de 18 años, porque quería que quedara claro que es para adultos. Todo nuestro humor proviene de un lugar muy sucio. Incluso los Muppets fueron desarrollados a partir de ese instinto. Mi parte favorita de ver trabajar a mi padre era ese atrevimiento, que era tan divertido”.