NOTICIAS (MALAS) DE HARARI
Bestseller y un respetado divulgador, el israelí reflexiona sobre el futuro y señala los riesgos que corremos.
Es profesor de Historia en la Universidad Hebrea de Jerusalén, pero cultiva cierto aire de profeta agnóstico, capaz de vaticinar qué nos espera a los seres humanos en las próximas décadas, en medio de la ola de una revolución tecnológica nunca antes experimentada por la hu- manidad. Sus libros previos, Homo Deus y Sapiens cuentan con la devoción de millones de lectores, entre ellos, personalidades como Bill Gates, Barack Obama, Mark Zuckerberg o el Nobel Kazuo Ishiguro, entre otros nombres eminentes. Ahora, Yuval Noah Harari la emprende contra la tranquilidad de los que creen que el futuro es inevitablemente promisorio con su nuevo ensayo, 21 lecciones para el siglo XXI (Debate). En él aborda cuestiones como la ética, la libertad, el impacto de la informática y las biotecnologías en la vida cotidiana, Dios, el terrorismo, la justicia, las inmigraciones, la posverdad y hasta la meditación transcendental. –Usted señala que corremos el riesgo de quedar prisioneros de los dictados de tecnologías cuyos avances son cada vez más acelerados, lo cual podría generar que millones de personas queden fuera del sistema económico. ¿Cómo enfrentar esa amenaza? –Debemos actuar tanto en el nivel nacional como en el global. En el nivel nacional, la clave es reentrenar y apoyar a la gente. Como los viejos trabajos van a desaparecer, se crearán otros nuevos, pero la mayor parte de los nuevos empleos probablemente demandarán altos niveles de experiencia y creatividad, y los nuevos trabajos también cambiarán rápidamente y se desvanecerán. Por lo tanto, la gente necesitará reentrenarse y reinventarse no sólo una vez, sino muchas veces. Supongamos que usted es un camionero de 40 años, y en 2040 pierde su trabajo debido a un camión que se maneja automáticamente. Por lo tanto, dedica dos años a estudiar yoga y se reinventa como un profesor de yoga. Pero diez años más tarde, los profesores de yoga se vuelven prescindibles porque las computadoras equipadas con sensores biométricos pueden enseñar yoga mucho mejor que cualquier ser humano. Entonces debe reeducarse nuevamente,
esta vez para ser un diseñador de mundos virtuales. Este trabajo probablemente desaparecerá también dentro de una o dos décadas. –¿Entonces, qué hacer?
–Los gobiernos deberán intervenir y ayudar a la gente durante los difíciles períodos de transición. Tanto proveyendo generosos seguros de desempleo y financiando los cursos de reentrenamiento. Así como en el siglo XX, los gobiernos establecieron sistemas de educación masivos para los jóvenes, en el siglo XXI deberán establecer sistemas masivos de reeducación para adultos. Sin embargo, muchos gobiernos no podrán hacerlo. Entonces tendremos que crear una red de asistencia global para proteger a los humanos contra los shocks económicos que probablemente producirá la Inteligencia Artificial. La automatización creará una nueva inmensa riqueza en los centros hi-tech como Silicon Valley, mientras que los efectos más nocivos se sentirán en países en desarrollo como Honduras. Habrá más trabajo en el área de software para ingenieros en California, pero menos oportunidades laborales para trabajadores textiles y camioneros hondureños. El gobierno hondureño no tendrá los recursos para reentrenar y asistir a sus ciudadanos. ¿Entonces los gobernantes americanos elevarán los impuestos