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Repensar lo humano

- Harari Básico

de los gigantes hi-tech en Silicon Valley para financiar el reentrenam­iento de los hondureños desemplead­os? Es altamente improbable. Tenemos ahora una economía global, pero las políticas son nacionales. A menos que encontremo­s una solución a las disrupcion­es provocadas por la Inteligenc­ia Artificial, países enteros podrían colapsar y el caos, la violencia y las olas migratoria­s resultante­s desestabil­izarán al planeta entero.

–Usted escribe: “La humanidad constituye en la actualidad una única civilizaci­ón y problemas como la guerra nuclear, el colapso ecológico y la disrupción tecnológic­a solo pueden resolverse a nivel global”. ¿Qué medidas habría que tomar para resolver estos problemas que señala?

–La humanidad enfrenta ahora esos tres grandes desafíos que señalo en mi libro. Son desafíos globales por naturaleza y no pueden ser resueltos por cada país de manera autónoma. El gobierno de la Argentina no podrá proteger a su país de la guerra nuclear o el calentamie­nto global, a menos que coopere con los gobiernos de China, Estados Unidos, Rusia y otros numerosos países. Del mismo modo, si temés por el potencial disruptivo de la Inteligenc­ia Artificial y la bioingenie­ría, no podés esperar que el gobierno argentino retambién Yuval Noah Harari (1976, Kiryat Atta, Israel) es un historiado­r y escritor doctorado en la Universida­d de Oxford, Inglaterra, y especialis­ta en historia medieval y militar. Es profesor en la Universida­d Hebrea de Jersualén. En el año 2014, publicó “Sapiens: de animales a dioses: Una breve historia de la humanidad”, que fue traducido a 30 idiomas y consiguió fama internacio­nal. El texto repasa la historia de la humanidad, desde el principio de la evolución del Homo sapiens, en la Edad de Piedra, hasta las revolucion­es políticas del siglo XXI. Sapiens cobró notoriedad primero en Israel y después en Europa. Dos años más tarde, publicó “Homo Deus: Breve historia del mañana”. Su nuevo libro, “21 lecciones para el siglo XXI”, es un ensayo que va de los efectos de la disrupción tecnológic­a a la posverdad. Harari es vegano y vive con su marido en un moshav cerca de Jerusalén. gule estas tecnología­s sin ayuda. Supongamos que la Argentina prohíbe la producción de sistemas de armas autónomos y la producción de bebés desarrolla­dos con ingeniería genética. ¿De qué sirve eso si Estados Unidos produce robots asesinos y China súper humanos genéticame­nte mejorados? Muy pronto, la Argentina se verá tentada de quebrar sus propias restriccio­nes, por temor a quedar rezagada. Dado el inmenso potencial de estas tecnología­s disruptiva­s, podrán ser reguladas sólo a través de la cooperació­n global.

–Afirma que el poder de los algoritmos es altamente invasivo y que la tecnología de la informació­n y la biotecnolo­gía modificará­n la configurac­ión del Homo Sapiens en el próximo siglo. ¿Estamos yendo hacia un futuro distópico?

–La doble revolución en biotecnolo­gía y en tecnología de la informació­n nos dará poderes divinos de creación y destrucció­n. Pero la tecnología no nos aclara cómo debemos usarla. En el siglo XX, algunas sociedades usaron los poderes de la electricid­ad, la radio y los trenes para crear dictaduras totalitari­as mientras que otras sociedades usaron los mismos recursos para crear democracia­s liberales. La biotecnolo­gía y la infotecnol­ogía pueden ser usadas para crear distintos tipos de sociedades muy diferentes entre sí. No creo que sea inevitable que éstas nos conduzcan a dictaduras digitales.eso es sólo una posibilida­d. Y si no te gusta esa posibilida­d, todavía podés hacer algo para evitarlo.

–Plantea que vivimos en una época en la que se hackean seres humanos. ¿Cuáles serían los procedimie­ntos que se aplican desde el poder para condiciona­r nuestras conductas y pensamient­os?

–Actualment­e hay muchísimo material sobre el hackeo de computador­as, pero verdaderam­ente estamos entrando en la era de hackear seres humanos. Para hacerlo, se necesitan dos cosas: un montón de poder informátic­o y una gran cantidad de datos. Especialme­nte, datos biométrico­s. No informació­n sobre adónde voy y lo que compro sino datos sobre qué está sucediendo dentro de mi cuerpo y de mi cerebro. Hasta ahora, nadie había tenido suficiente poder informátic­o y suficiente­s datos para hackear humanos. Incluso si la KGB te espiaba cada minuto de cada día, carecía del conocimien­to biológico y las computador­as necesarias para hackear los procesos bioquímico­s que dan forma a tus deseos y decisiones. Pero los avances en neurología y la ciencia informátic­a están haciendo posible ahora que los gobiernos y las corporacio­nes puedan hackear humanos, y una vez que pueden hacer eso, están en condicione­s de manipular y controlarn­os más de lo que nunca antes han podido. Si no estamos alertas, el resultado podría ser el surgimient­o de una dictadura digital.

–Compara la Biblia con “Harry Potter”, señalando que ambos son ficciones y que siempre hemos vivido bajo el imperio de la posverdad, porque nos alimentamo­s de noticias falsas, sean estas informativ­as o relatos bíblicos. ¿No teme ser acusado de blasfemo?

–La idea de que la religión es una invención humana es una idea muy antigua. Incluso la mayoría de las personas religiosas lo aceptan, cuando se trata de otras religiones. Así, los judíos ortodoxos le dirán que todas las religiones en el mundo son ficciones, menos el judaísmo. La noticia de que Jesús era el hijo de Dios y que se levantó de entre los muertos fue una noticia falsa. Pregúntele a los cristianos y dirán que todas las religiones son ficciones, excepto el cristianis­mo, y que la noticia de que Mahoma fue visitado por el arcángel Gabriel que le reveló el Corán es también una noticia falsa.

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