Historia de la incompresión Crítica
La obra, basada en un hecho real, retrata a un adolescente transexual con Asperger, con una actuación impactante.
Millones de segundos
De: Diego Casado Rubio. Con: Raquel Ameri, Estela Garelli y Víctor Labra. Teatro: El Extranjero, Valentín Gómez 3378, Sáb, 20.30. $300. Una historia sobre la incomprensión al cuadrado. Lo que sucede en Millones de segundos es conmovedor de principio a fin. Una obra que expone en carne viva hasta dónde alguien puede sentirse afuera del mundo y hasta dónde el mundo puede ignorarlo.
Alan es un adolescente transexual con síndrome de Asperger. Algo dificil de imaginar contenido en una sola persona. Alan se siente de otro planeta y desde sus cinco años cuenta los segundos, para todo lo que hace y todo lo que siente. Y lo que más ansía es poder transformar su cuerpo de mujer al nacer en el de un varón, que es como se siente. Pero si eso puede resultar una lucha ardua para cualquiera, para Alan es doblemente áspero el camino. Por su condición, los médicos se niegan a realizar el cambio de sexo y no acompañan la decisión de Alan sobre su identidad sexual.
Por su edad, está acostumbrado a grabarse en videos que sube a Youtube donde los comentarios favorables le dejan uno de los pocos segmentos de reconocimiento que le dan un respiro. Su mundo se restringe a su madre, que hace lo posible por comprenderlo, pero eso posible es bastante escaso; y su perro. La relación con él es la más entrañable y profunda de su vida, quizás la más auténtica.
Con Millones de segundos suceden un par de cosas impactantes. Una, es que está basada en hecho reales, inspirada en la historia de una adolescente en los Estados Unidos que sufrió las consecuencias de ser Asperger y transexual a la vez.
El autor y director Diego Casado Rubio adaptó el drama a una versión local de manera eficaz y demostrando la universalidad de ciertos temas.
La otra es la actuación de Raquel Ameri en la piel de Alan. Nunca antes mejor dicho lo de la piel, lo de encarnar un personaje.
Ameri, que está recibiendo, más que justificadamente, nominaciones y premios al por mayor, interpreta a Alan. Más que eso, es Alan. Incomoda y conmueve. Ameri expone su cuerpo y su alma en esta composición, porque es la única manera de mostrar ese drama en toda su dimensión.
La actriz logra que veamos el drama del adolescente a centímetros de distancia en su mayor crudeza, en su intimidad más despojada, en la relación con su madre, con sus vecinos, con sus compañeros de escuela, con su perro.
Estela Garelli y Víctor Labra completan el elenco y ponen todo lo que hace falta para sostener el clima agobiante en el que vive inmerso el personaje.
La puesta en escena, con efectos más modernos y un tanto cinematográfico, está al total servicio de la trama con la estructura justa.
De esta manera, toda la tolerancia y la comprensión que este Alan desgarrado no obtiene en su vida, logra transmitirla al público en una auténtica catarata de sensaciones para interpretar cómo aceptar al otro y generar eso tan vital para la subsistencia de cualquier ser humano como es la empatía.w