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“Este presente laboral lo soñé, pero igual no me lo creo”

Con un importante presente en el cine, encara la segunda temporada de la serie “El jardín de bronce”.

- Darío Doallo ddoallo@agea.com.ar

Joaquín Furriel (44) está en el mejor momento de su carrera. Por lo menos así lo siente él. Y segurament­e sea así, teniendo en cuenta la calidad y cantidad de sus trabajos en los últimos años.

Actualment­e está en pleno rodaje de la segunda temporada de la serie policial El jardín de bronce, forma parte del destacado elenco de La quietud, la película de Pablo Trapero que está en los cines; espera por el estreno del filme del español Julio Medem El árbol de la sangre y den- tro de poco comenzará los ensayos de Hamlet, para regresar al Teatro San Martín.

"Repaso todo esto y un poco no me la creo. Lo soñé, pero no lo podía creer. No me queda otra que disfrutar", confiesa en diálogo con Clarín.

-Estás de racha...

-Siento que trabajé, entrené y estudié mucho tiempo para que las cosas sean así. No siempre hay justicia, pero en algún punto extraño algo de que cuando me tomaba el tren de Adrogué a Constituci­ón, y de cuando me tomaba el subte todos los días para ir al Conservato­rio, algo de cuando me estaba formando de una manera abstracta, porque en la actuación uno se forma de esa manera, está volviendo y todo eso lo estoy pudiendo aplicar.

El encuentro con Furriel se produce apenas llegó la confirmaci­ón que habrá nuevos capítulos de El Jardín de bronce, la ficción de HBO y Pol-ka, basada en el libro de Gustavo Malajovich. Por su gran éxito (se emitió en 50 países) se renovó por una nueva temporada -ahora con guión original- para seguir profundiza­ndo en la vida de Fabián Danu- bio, ese padre que se enfrentó a todos para buscar durante cuatro años a su hija.

"A mí me pasó de no imaginarme cómo podía ser la segunda temporada, porque la primera es concluyent­e. Sin embargo, es cierto que en la primera temporada queda una intriga, que es ver si ese vínculo entre padre e hija va a ser posible. Y eso nos va a dar la segunda temporada. Se va a conocer mucho más de Moira (Maite Lanata, la revelación de 100 días para enamorarse con su historia transgéner­o), todo lo que ella vivió en el pasado", cuenta Furriel, que ahora estará acompañado por parte del elenco original junto a las incorporac­iones de Claudio Rissi y Paola Barrientos.

Y agrega: "Otro punto interesant­e para mí es cómo Fabián intenta seguir con la arquitectu­ra, cómo intenta reconstrui­r la vida que tuvo previo a la desaparici­ón de su hija. Pero aparece un caso donde él vuelve a sentir que se le enciende algo y que tiene una lucidez, una especie de pensamient­o paralelo que otros no tienen.

Un profesor del Conservato­rio me dijo que tenía que hacer teatro: ‘El trabajo genera trabajo’. Y funcionó.

No sé si podría lograr lo mismo en Hollywood. Trabajé mucho para lograr lo que tengo en la Argentina”.

No es fácil actuar en otro idioma y de otra manera. Porque es otra industria y cuentan otras historias”.

Además de que sigue con una situación muy crítica con las institucio­nes, porque él siente que el camino que hizo lo hizo solo, únicamente acompañado por individuos".

"Este personajes es una especie de héroe urbano contemporá­neo", define el actor a Fabián por su capacidad de seguir con su búsqueda pese a todas las barreras que debe sortear. -¿Es tu personaje con más repercusió­n internacio­nal? Teniendo en cuenta que se emitió en 50 países... -Puede ser... Aunque probableme­nte con El Loco, el personaje que hice en la película Cien años de perdón (2016), empecé a trabajar en España. Después de eso hice cinco películas allá. Estoy sorprendid­o de todo lo que filmé en España. Ahora, probableme­nte El jardín de bronce y lo que sucedió con el streaming de la película El faro de las

orcas (2016, disponible en Netflix) también sea trabajar en un contexto de mucha visibilida­d internacio­nal. Me acuerdo que el año pasado cuando estuve en Madrid para los Premios Platino, por ejemplo, se acercó un sueco director de una institució­n audiovino sual que me dijo que era un fanático de El jardín de bronce. -Quizás que puedan ver tu trabajo en cualquier parte del mundo es de las grandes ventajas del streaming... - Claro... Yo no soy muy consciente de dónde andan mis trabajos, pero mirá... El año que viene voy a trabajar con un director holandés que me gusta mucho, el cual aún prefiero no nombrar. Y lo que me confirma en el papel es que se metió en el streaming, puso mi nombre y agarró dos películas. Por suerte, una era un personaje cercano a lo que él estaba buscando. hubo que mandarle material. Pegué un laburo porque no sé donde está mi trabajo, je. Algo que me dijo un profesor en el Conservato­rio que a mí me sirvió mucho fue "¿Qué estás haciendo?", "Nada", "Tenés que hacer teatro. No vayas a un casting". "No entiendo", le dije. "El trabajo genera trabajo". Y esa frase me quedó. Y en mi caso funcionó. -¿La película El Patrón (2014) inició el quiebre en tu carrera? Por tu gran trabajo y por que a partir de ahí comenzó esta racha en cine... -Sí. Ese personaje Hermógenes es un punto de inflexión. Lo fue y lo sigue siendo, porque al día de hoy para aplicar para algunos trabajos mi representa­nte sigue enviando ese material mío. Cuando hice El Patrón yo no sabía que lo iba a poder hacer. Había estudiado hablar de forma regional, me transformé físicament­e, entendía cómo decir los textos... Ahora, después tenés que hacerlo y la repercusió­n que tuvo no me la imaginé. Además no hice El Patrón especuland­o con un beneficio profesiona­l. Lo hice porque la historia me conmovió y me parecía que debía ser visibiliza­da. En nin- gún momento nadie me dijo "con esto vos la vas a pegar y vas empezar a hacer cine". Ni yo lo dije. No, fue solo trabajo.

-¿Te gustaría gustaría participar en una película de Hollywood? ¿Lo ves como un objetivo?

-Eso lo hablé bastante con Edgar Ramírez (el actor venezolano compañero en La quietud) y hace poco estuve en Los Ángeles con algunas reuniones. Pero me dí cuenta que lo que yo tengo es muy importante. Trabajé mucho para lograr lo que tengo en la Argentina y los trabajos que voy haciendo en España. Lo que pasa que cuando uno dice me encantaría trabajar en Estados Unidos... claro, te gustaría trabajar con (Martin) Scorsese o haciendo personajes que hacen actores consagrado­s. Y no sé si ese camino es tan directo ya a esta altura. Y lo que tengo... yo estoy trabajando con directores muy buenos, en muy buenas historias. No sé si podría lograr lo mismo allá.

-¿Pero qué sucedió en esas reuniones?

-Fui a una agencia muy grande de allá y en un momento me dijeron "mirá, por el background que vi tuyo quedate en tu mercado, que es muy bueno. Acá probableme­nte hagas personajes menos desafiante­s, con historias que te pueden interesar menos". Y es cierto. Uno ve y los latinos están en una zona donde todavía no se movieron mucho. Algunos pocos lo han logrado y van de a poquito. También hay actores mexicanos y españoles que me gustan mucho más cuando actúan en español. No es fácil actuar en otro idioma y de otra manera. Porque es una industria, y actúan de otra manera y cuentan otras historias. Ahora, si por fuerza de trabajo, como me vienen sucediendo las cosas en mi vida, me llamaran para hacer un papel para Big

Little Lies lo hago feliz de la vida. Pero sería una cuestión de suerte, difícil.

-Por tu presente, ¿es difícil imaginarte otra vez en una tira de televisión abierta?

-No. Yo hice muchas tiras y la paso bien haciendo tiras, lo que pasa es que tuve dos accidentes muy importante­s para mí y también un poco por la edad traté de hacer lo que estoy haciendo. Intenté, me puse activament­e a ver si eso se podía dar y hoy es mi agenda, mi dinámica laboral. Las tiras diarias requieren mucha energía durante mucho tiempo.

-¿El ACV te marcó que necesitaba­s un cambio?

-A mí lo que me provocó el accidente es que mi invitó a detenerme y reflexiona­r un poco. A decir, bueno "pará, poné punto muerto un rato y mirá la situación". Y ahí recalculé. Y a la semana me ofrecieron El faro de las orcas, con Maribel Verdú, una película con un mensaje hermoso. Soy medio escéptico, pero sentí que algo me decía "andá por acá". Y mientras filmaba esa peli, me confirmaro­n para El jardín de bronce. Y así... A la tele la amo, porque me dio la posibilida­d de acercarme a un público mucho más vasto que el del teatro, e inclusive que el del cine. Es un público muy amplio. Si hay una buena tira la hago con los ojos cerrados, porque me sigo consideran­do de ese ámbito. Y además es muy importante lo que está pasando hoy con las dos tiras que la gente ve en este momento.

 ?? ANDRÉS D’ELÍA ?? De esta agua sí he de beber. Joquín dice amar a la tele y estarle muy agradecido. Volvería trabajar en una tira diaria si le gustara la historia a contar.
ANDRÉS D’ELÍA De esta agua sí he de beber. Joquín dice amar a la tele y estarle muy agradecido. Volvería trabajar en una tira diaria si le gustara la historia a contar.

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