Políticamente incorrecto
El cantautor asturiano habla de su nuevo álbum , “Violética”, inspirado en la chilena Violeta Parra.
Hay artistas que nacieron para ser independientes. Por incorrección política, por no seguir los estándares que propone la industria mainstream o por mera convicción. Nacho Vegas (43) es uno de ellos. Recién aterrizado de México, el cantautor español de folk-rock pasó por Argentina para promocionar Violética, su nuevo disco que planea presentar en octubre en Buenos Aires.
No es la primera vez que Vegas aterriza en suelo porteño: ha venido en cinco ocasiones desde 2007. La última vez se presentó en la Ciudad Cultural Konex, en 2016. A esta altura, el asturiano podría pasar por un latino- americano más. De hecho, el título de este séptimo álbum solista -tiene cerca de otros diez editados entre Manta Ray y Eliminator Jr., las dos bandas que integró- es un guiño a Violeta Parra y a la técnica de convertir todas las palabras en esdrújulas, que la cantautora chilena aplicó en la canción Mazúrquica Modérnica.
“El título no iba a ser ése, pero lo terminé dejando porque es un homenaje a algo que me gusta de ella: cómo manejaba el idioma español”.
Está claro que Vegas es un admirador de poetas cantautores que, como Parra –o Bob Dylan, otra de sus claras influencias-, rescataron ritmos tradicionales de su tierra y los aggiornaron a su época. El disco tiene un poco de eso: las canciones miran al folk por un lado y al rock por otro; y las letras combinan lo íntimo con una dimensión más social. -¿Y sentís que estás rescatando algo de la tradición de la música española?
-Hay una mirada al folclore asturiano. Digamos que hay dos canciones: una que abre el disco (El corazón helado) y la anterior a la que cierra, que es Aida, que habla de Aida Lafuente, una guerrillera asturiana que a los 16 años se unió a la revolución minera de octubre del '34 y la asesinaron los fascistas. Es un ícono revolucionario y de empoderamiento feminista.
-¿Cómo describirías a la escena actual de rock español y dónde te ubicarías vos en ese marco? -No sé. Yo soy un autor de canciones. Vengo de la escena indie, que se fraguó un poco en los '90 en España. Hoy es muy difícil ubicar a los artistas, porque ahora el indie es un género en sí mismo, un género algo vacío de contenido, más esteticista que otra cosa.
-Te ubicas en la escena indie, y hasta tenés tu propio sello. ¿Cómo te definirías dentro de la industria? -Bueno, la palabra industria no me gustadel todo, porque muchas veces hablan de la industria como si nosotros formáramos parte de ella. Y no es así. Yo y la gente que trabaja conmigo sentimos que somos trabajadores de esa industria, pero no somos trabajadores asalariados, por suerte. Tenemos este grado de autogestión. Me veo más como un trabajador de la canción.
- ¿Creés en la música como una herramienta transformadora?
-Es una pregunta que me hago muchas veces. En principio, no creo en el poder transformador de la música. Porque las transformaciones vienen de la mano de las luchas colectivas, como hoy en día, el feminismo. Creo que la música puede acompañar esos procesos sociales y ayudar a visibilizarlos.