“En medio de estos líos se te agudiza el oído”
El prestigioso “Luthier” y director habla sobre el desafiante estreno de “Serment” de Xenakis, el jueves 25 en el CCK.
Carlos López Puccio es, además de uno de los integrantes históricos de Les Luthiers –sí, el más alto, flaco y a esta altura tan canoso como todos los históricos del grupo-, el director del Estudio Coral de Buenos Aires, el coro de cámara con más tradición y laureles que tiene el país y que el 25 de octubre se presentará en el CCK con un programa excitante que incluye el estreno de Serment, la obra que el autor de ascendencia griega Iannis Xenakis escribió sobre el texto del juramento hipocrático.
“Es un desafió enorme -dice López Puccio-. No sólo para el grupo vocal, sino sobre todo para el público. El público que sigue al Estudio Coral no es el habitual del Colón Contemporáneo ni del Ciclo de Música Contemporánea del San Martín. Es gente que sigue al Estudio, que le gusta la música coral y que tolera bien estos desafíos. Por otra parte, cuido a mi público: alrededor de Xenakis puse un repertorio más amable y con algunas perlas, como las piezas de Cornelius y Delius. Es un programa encantador en el que también sonará esta obra de Xenakis. Serment es una obra que puede enmarcarse dentro de la estocástica, una estética que maneja una cuota grande de imprevisión”.
-Supongo que debe llevar mucho tiempo aprender una pieza así. La lectura es complicadísima, ¿no?
-Trabajosa, pero muy interesante. Empezamos a trabajarla en el 2016, pero recibimos un encargo y tuvimos que postergarla. La retomamos en 2017.
-Perdón por la vulgaridad, pero cuando la escuché pensé que lo del juramento hipocrático era una ironía porque realmente hay momentos en que se escucha como si estuvieran matando a alguien, pero sin verdadera emoción.
-(Fuerte carcajada) Xenakis hizo esta obra como encargo para un congreso de cardiología. Los formalistas creen que si hay una estructura fuerte se percibe en algún nivel del inconsciente. Piensan que del caos que programa una máquina se percibirá, finalmente, una estructura.
-Pero el resultado a nivel consciente son sílabas y ruidos a los que no los une nada.
-Son fonemas del griego antiguo. A mí me interesa escuchar cómo va pasando de una cosa medianamente previsible a algo completamente imprevisible. Porque hay un momento en que parece que estuviéramos cantando cualquier cosa, con unos desplazamientos rítmicos mínimos, que suenan realmente mal, y es que está todo calculado para que suene así de mal. No sé qué va a pensar la gente.
-Presencié ensayos tuyos donde había gritos por un si bemol demasiado alto. En esta obra no podrías señalar a nadie porque reconocé que no tenés la menor idea de qué es lo que está bien, ¿o sí?
-(Se ríe). No te creas. La tengo bien estudiada. Pero hubo momentos durante los ensayos en los que podía perderme. Igual, en algunos momentos de gran lío, me di el lujo de señalar a alguien, acusarlo de que estaba cantando cualquier cosa, eh.
-Un grito cada tanto, de manera de conservar la autoridad, ¿no?
-(Más risas) Claro, además, es necesario creer que hay un tipo de caos que debe sonar y que no se puede permitir un caos diferente del que está escrito. Hablando en serio, no escucho todo, pero es cierto que en medio de estos líos se te agudiza el oído.w